La ayuda de un millonario a un niño que estudiaba bajo una farola desnuda la precariedad en escuelas peruanas
Un empresario de Bahréin vio el vídeo de Víctor Angulo y decidió localizarlo
Al niño peruano que hacía sus deberes en la calle por falta de luz en casa “le fascinan las matemáticas”, asegura su madre, Rosa Córdoba. Víctor Angulo, de 12 años, salió a la calle la noche del 27 de marzo con su material escolar y se sentó en la acera a estudiar. La cámara de seguridad de la municipalidad de Moche, en la costa norte, lo filmó y en pocos días el vídeo se hizo viral. Un filántropo árabe lo visitó la semana pasada y le ofreció ayuda para mejorar su casa y la deficiente infraestructura de su colegio. La escuela Ramiro Ñique de esta localidad del departamento de La Libertad, en Perú, es una de las 500 que desde el lunes suspendió las clases por los daños causados por el seísmo de 8 grados de la madrugada del domingo.
“Nos ofreció ayuda para levantar nuestra casita. Dijo que regresará porque va a traer todo su equipo para luego empezar a hacerla. Mi casa es una parte de adobe rústico y otra parte de tablero. Hace 18 años vivo aquí, antes tenía un corral abierto, pero con ayuda de mis hijos la he ido cerrando”, describe Córdoba en conversación telefónica con EL PAÍS.
La familia está formada por la madre y sus hijos de 23, 21 y 12 años. La mujer, de 49, trabaja lavando ropa en casas y también en la cosecha de tomate, pepinillo, brócoli y otras hortalizas. Cuando se difundió el vídeo de Víctor estudiando bajo la luz de una farola, a finales de abril la Universidad adventista Unión lo distinguió como embajador de la lectura y lo incluyó en su campaña Perú sí lee.
“A Víctor le gustan las historias, los cuentos, pero no escribirlos; si usted le dice que lea, lo va a hacer, pero más le gustan las matemáticas. Mi hijito hacía su tarea y se aburría en la mesa con la velita. Me dijo ‘me voy afuerita al poste a la luz, me alumbra más’. Se salió sin pensarlo dos veces”, recuerda su madre.
La primera semana de mayo, el niño grabó un vídeo que difundió la emisora Radioprogramas haciendo un llamado al gobernador regional y al presidente peruano, Martín Vizcarra. “Mire cómo está mi colegio, está cayéndose por pedazos. Esto no va a aguantar un terremoto, esto se va a caer y vamos a tener accidentes. Fujimori está preso, Alan García ya murió, le quiero hacer una pregunta ¿Y mi colegio para cuándo?”, cuestionó el escolar.
El empresario Yaqoob Yusuf Ahmed Mubarak encargó a su socio, el abogado mexicano Gilberto Rosas, localizar al niño y lo visitaron el 22 de mayo en su casa y en la escuela para ofrecer ayuda. Aunque en un primer momento Rosas refirió que el Ministerio de Educación puso trabas para hacer viable el apoyo, más tarde el filántropo firmó un acta de compromiso con el Ministerio de Educación para donar 35 ordenadores a la escuela Ramiro Ñique. Además, ha ofrecido dinero para la institución educativa.
Después de una reunión con el empresario de Bahréin y el abogado mexicano, el viceministro de gestión institucional del Ministerio de Educación, Gino Rospigliosi, informó de que la donación incluirá un sistema de videovigilancia para la escuela. Además, precisó que a mediados de mayo visitó la escuela de Víctor y acordó con el gobierno regional de La Libertad que este año termine de elaborar el expediente técnico de la construcción o reconstrucción de la institución educativa.
El funcionario respondía así al vídeo del niño, en el que mostraba la parte inferior de una de las paredes de su escuela, cuarteada y ahuecada, y alertaba de que la infraestructura no resistiría un terremoto. Los padres de familia de la escuela de Víctor, al saber de las posibles trabas burocráticas para la recepción de las donaciones, convocaron el pasado lunes una movilización para exigir al Gobierno central que haga viable la ayuda.
Como consecuencia del revuelo generado por el vídeo en las redes sociales y en la prensa, a los pocos días el alcalde de Moche gestionó la instalación del servicio de electricidad en la casa de Rosa Córdoba. Ya han cumplido dos meses con luz. Así terminó un largo trámite que la familia intentaba hacer en Hidrandina. "Me pedían un título de propiedad y luego otros documentos que no tenía. Luego fui con un arquitecto a la empresa de electricidad y él me dijo que me estaban solicitando requisitos que no correspondían. Entonces decidí ya no insistir, eso fue el año pasado", agrega Córdoba.
Después de que el empresario visitara la casa de Víctor, le regaló una camiseta roja y jugaron a fútbol en la cancha de tierra, junto con otros niños. “Cuando vi el vídeo pensé que este niño no es como otros, y merecía otra oportunidad. Si yo hubiera estado en la posición de Victor, con todo en contra, yo nunca jamás en la vida habría estudiado”, comentó Ahmed Mubarak a Radioprogramas.
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