Desmantelada una red de explotación sexual que esclavizaba a jóvenes colombianas en España

Ofertas de trabajo realizadas en Colombia que acababan en explotación sexual y esclavitud en España. La Fiscalía del país andino y la Guardia Civil desmantelaron el lunes una red de trata que operaba en las dos orillas del Atlántico reclutando a jóvenes colombianas de escasos recursos para recluirlas en burdeles de Alicante y Albacete. Esta estructura criminal operaba en Palmira, una ciudad próxima a Cali y a la costa del Pacífico, desde donde contactaba a mujeres de la región y otros departamentos cercanos.

"Valiéndose de su condición de vulnerabilidad, las llevaban bajo engaño en España con el fin de explotarlas sexualmente", explicó Álvaro Osorio Chacón, delegado contra la criminalidad organizada de la Fiscalía colombiana. La operación fue posible gracias a la colaboración de una de las víctimas, que logró huir del encierro tras pedir ayuda a un hombre asiduo de un prostíbulo llamado La casita roja, ubicado en Alicante, que finalmente presentó denuncia. La joven narró "el trato inhumano" y los vejámenes a los que fue sometida por Flor Herminda Manilla Lindado, ya detenida junto a otras cinco personas y considerada por la investigación, que duró ocho meses, una de las cabezas de la red.

"Las llevaban bajo engaño en vuelos hacia Madrid, lo que les ofrecían era ir a trabajar como camareras", continuó Osorio. Se trataba de un negocio criminal orquestado por una familia de Palmira, según el relato de los agentes. Una mujer, Jésica Páramo Castellanos, se encargaba de los primeros contactos, pintando a las víctimas un futuro de oportunidades en España. Si estas se mostraban interesadas, les presentaba su suegro, Raúl Holguín. La joven que consiguió huir explicó que le ofreció "trabajo como camarera en un restaurante en España, con una remuneración mínima de 800 euros mensuales, más propinas". 

Holguín y su hijastro, Andrés Felipe Sánchez Blandón, la citaron en una casa y le entregaron dinero para los gastos del billete. La reconstrucción de la Fiscalía detalla que "le brindaron ayuda para la compra de su maleta y ropa adecuada para el viaje, además la acompañaron a Cali para los trámites relacionados con el pasaporte". Una sobrina del explotador sexual, Mónica Blandón, acompañó a la víctima en su desplazamiento. "Las dos viajaron de Palmira a Medellín, para de allí salir rumbo a Madrid. Blandón también se habría encargado de orientar a la mujer sobre la manera cómo debía expresarse tanto a la salida de Colombia como a su arribo a la capital española, y así evitar cualquier tipo de sospecha por parte de las autoridades migratorias", continúan los investigadores.

A su llegada al Aeropuerto de Barajas, las víctimas eran conducidas a Alicante o Albacete, donde eran recibidas por Manilla Lindado, de nacionalidad colombiana y española, a la que llamaban La madame, y otras dos mujeres. Una de ellas era la encargada de comprar los billetes de avión. Las autoridades detuvieron a seis personas, tres en Colombia y tres en España.

Las redes de trata y explotación sexual se han convertido en uno de los principales objetivos de la justicia colombiana, que en los últimos meses ha intensificado las operaciones. Hace tan solo una semana, fue desmantelada una estructura integrada por 14 criminales israelíes y dos colombianos que esclavizaban a niñas y adolescentes, aprovechándose también en este caso de sus necesidades económicas, en Cartagena de Indias y Santa Marta, en la Costa del Caribe, en Bogotá y en Medellín.