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El Gobierno prevé que los que repitan 1º de bachillerato puedan cursar parte de 2º

La medida planea fidelizar al alumno y evitar el abandono

Jessica Mouzo
Alumnos en el aula de un instituto público de Zamora.
Alumnos en el aula de un instituto público de Zamora.Uly Martin

El borrador para reformar la controvertida ‘Ley Wert’ ha puesto el foco en una de las asignaturas pendientes del sistema educativo español: la tasa de alumnos repetidores. En un país donde un tercio de los estudiantes de 15 años está repitiendo algún curso de secundaria, el Gobierno ha propuesto planes personalizados en la ESO para rescatar a los repetidores y evitar el riesgo de abandono escolar. Pero además, el Ejecutivo ha puesto sobre la mesa la posibilidad de flexibilizar también el número de cursos para superar el bachillerato en este grupo de alumnos y ampliar excepcionalmente la posibilidad de cursar esta etapa en tres años. Esto significa que, en lugar de repetir primero de bachillerato, los alumnos podrán cursar el segundo año solo con las asignaturas suspendidas —se repite con más de dos asignaturas suspensas— y, añadir, si quieren, alguna materia de segundo de bachillerato. El tercer año terminarían las materias pendientes del último curso oficial.

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Si en algo coinciden los expertos es en que las tasas de alumnos repetidores en España son muy elevadas y la medida funciona más bien poco. De hecho, España ha recibido más de un tirón de orejas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) para que reduzca el porcentaje de repetidores. “Repetir es una medida desaconsejada porque el alumno no solo no mejora, sino que empeora. Es contraproducente, genera estigma y, encima, es carísimo”, zanja Ismael Palacín, director de la Fundación Jaume Bofill, un centro de investigación sobre educación.

Las medidas del Gobierno buscan fidelizar al alumnado para que no abandone el sistema educativo. “Puede servir para que más alumnos terminen la etapa y accedan a la educación superior. Igual en dos años se les atraganta, pero en tres, pueden hacerlo”, valora Alberto Arriazu, portavoz de la federación de asociaciones de directores de centros públicos. Según datos del Ministerio de Educación, el 10,7% de los alumnos de primero de bachillerato repitieron en el curso 2015-2016. En segundo, la cifra era del 15,4%.

La medida del borrador se distancia de la propuesta que llevó el PP en su programa electoral en 2011 y que pasaba por ampliar el bachillerato a tres años a costa de recortar uno a la enseñanza obligatoria. “Un modelo de hace 40 años, más injusto socialmente y donde centrifugas a los pobres”, rechaza Palacín.

El borrador tampoco contempla extender los tres años de bachillerato a todos los alumnos —no solo a los repetidores— y retrasar un año el acceso a la educación superior. Esta medida, no obstante, sí ha generado discusión en el sector. “Es un debate que no está cerrado y no es ajeno al PSOE ni a algunos actores educativos. Es una propuesta que habría que calibrar para articular los estudios posobligatorios con más sustancia y coherencia. Pero se tendría que pensar cómo hacerlo y cómo se ubica en relación con la secundaria y la universidad”, apunta Pedro Badía, responsable de políticas educativas de CC OO.

“La solución es prevenir, evitar que repitan”

Los expertos advierten de que las propuestas del Gobierno para reducir las tasas de repetición son “un parche”. “En lugar de ir a la fuente del problema, dan por supuesto que habrá repetidores. La solución es la prevención, evitar que repitan, intervenir antes y detectar los alumnos que tienen necesidades educativas, dar clases adicionales pero antes de que repitan o flexibilizar el currículo”, avisa Álvaro Choi, profesor de la facultad de Economía de la Universidad de Barcelona y experto en economía de la educación. Coincide Ismael Palacín, director de la Fundación Jaume Bofill: “Todo lo que sea eliminar barreras ayuda. Pero hay que intentar evitar la repetición. Este es un recurso extremo, no una herramienta más”.

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Jessica Mouzo
Jessica Mouzo es redactora de sanidad en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela y Máster de Periodismo BCN-NY de la Universitat de Barcelona.

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