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La OMS sitúa a los antivacunas entre los riesgos para la salud de los europeos

La institución destaca que los europeos viven más pese al creciente sobrepeso y al elevado consumo de alcohol y tabaco

Un niño recibe una dosis de una vacuna en Quimper (Francia).
Un niño recibe una dosis de una vacuna en Quimper (Francia). FRED TANNEAU (AFP / GETTY)

La Organización Mundial de la Salud (OMS) sitúa la insuficiente vacunación infantil, en buena parte causada por los padres que se niegan a inmunizar a sus hijos, como uno de los principales riesgos que acechan el bienestar de los europeos. Así lo destaca el informe presentado hoy por la oficina europea de la institución, que agrupa a 57 países del continente.

El documento destaca que Europa ha obtenido en los últimos años grandes avances en la salud de su población. Prácticamente todas las causas de mortalidad se han reducido (un 25% en 15 años de media), lo que se ha traducido en un aumento de la esperanza de vida (casi un año en un lustro, hasta los 77,9) y también en un aumento de la calidad con la que los mayores disfrutan de esos años que viven más.

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Estas mejoras, sin embargo, pueden verse "ralentizadas" o "invertidas" si no se adoptan medidas para hacer frente a problemas estructurales como la desigualdad y a fenómenos como la no vacunación de los niños. La OMS también pone el foco en los malos hábitos de vida —consumo de tabaco y alcohol, obesidad...— estrechamente relacionados con la desigualdad dentro de los propios países. Europa, por ejemplo, es el continente que más bebe (8,6 litros de alcohol puro por habitante), el que más fuma (casi uno de cada tres europeos lo hace) y el segundo en sobrepeso (más de la mitad de la población) tras América.

La literatura científica ha demostrado que, en sociedades desarrolladas como la europea, son los sectores con bajos indicadores socioeconómicos quienes peores hábitos de vida y mayores niveles de sobrepeso presentan. Las diferencias, por ello, son tanto entre países como dentro de los propios Estados. "Es muy alta", afirmó Claudia Stein, directora de la o ficina de la OMS en Europa, en referencia a la distancia existente en la esperanza de vida entre el país más longevo (Luxemburgo, con 83,1 años) y Moldavia (71,6).

La OMS apuesta por cambios legislativos y fiscales, como el impuesto sobre bebidas azucaradas del Reino Unido (Cataluña ha adoptado una medida similar en España), para combatir los malos hábitos de salud de la población.

Sobre las vacunas, la OMS insiste en sus conclusiones presentadas hace unas semanas que denunciaba, por un lado, el crecimiento de los movimientos antivacunas y, por otro, el acceso a las inmunizaciones por carencias de los sistemas de salud, especialmente en países del sureste del continente como Rumania. Stein lamentó que "haya mucha desinformación" en algunos países y sectores, con padres creyendo por "informes desacreditados" que algunas vacunas provocan autismo.

Con 83 años de media, España sigue a la cabeza de los europeos más longevos y disfruta de uno de los mejores sistemas sanitarios (el tercero, según el informe). La otra cara de la moneda es que los españoles beben y fuman más que el resto de europeos y presentan peores niveles de sobrepeso: un 68% tiene un índice de masa corporal superior a 25 y un 24% es obeso.

El informe también hace un balance de la marcha del proyecto Salud 2000, una batería de medidas destinadas a mejorar la salud de la población que tenía entre uno de sus objetivos principales reducir a un ritmo del 1,5% anual la mortalidad por varias dolencias. En general, y pese a todos los riesgos, los responsables de la OMS se muestran satisfechos y confirman que los objetivos se están alcanzando, aunque —otra vez— alertan de que los avances no se están logrando al mismo ritmo en todos los países.

El informe de la OMS de este año presenta algunas mejoras respecto a los anteriores, aunque mantiene algunas carencias. Entre las primeras, la más importante es que incluye datos subjetivos sobre la autopercepción que los ciudadanos tienen sobre su salud y la vida que llevan. En este punto destaca que los europeos se declaran como los más satisfechos con la vida que llevan de todo el mundo. En el lado negativo está el rechazo de varios países a que se publiquen muchos datos segregados por país, por lo que solo es posible conocer las medias del continente.

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