Bruselas rechaza una iniciativa conservadora contra las células madre
La propuesta también quería acabar con los programas de ayuda al desarrollo en los que se apoya el aborto
Varapalo para los sectores más conservadores de la UE. El Ejecutivo comunitario ha rechazado hoy la propuesta de iniciativa legislativa ciudadana que abogaba por la protección del ser humano desde la concepción y que exigía a Bruselas que dejara de financiar actividades de investigación que conlleven la destrucción de embriones y que cesara en programas de ayuda al desarrollo en los que se apoye el aborto. Los impulsores del proyecto One of Us, entre los que se encuentra el exministro y excabeza de cartel del Partido Popular español en el Parlamento Europeo, Jaime Mayor Oreja, habían recabado dos millones de firmas en los 28 Estados miembros.
“Los Veintiocho y la Eurocámara han acordado proseguir la financiación de la investigación en este ámbito; las células madre de embriones son únicas y ofrecen un alto potencial de salvación de vidas humanas”, apunta la responsable europea de Investigación y Ciencia, Máire Geoghegan-Quinn, en una nota publicada esta mañana. En el texto, la Comisión Europea recalca que los Gobiernos nacionales y las instituciones comunitarias han aprobado una política común “recientemente” y defiende el marco financiero actual. “Es el apropiado”, sentencia. Por su parte, el comisario de Desarrollo, Andris Piebalgs subraya que los programas europeos en países del tercer mundo se proponen ampliar el acceso a unos servicios de planificación familiar “efectivos” con el fin de que los abortos “sean innecesarios”.
La UE ha puntualizado que las actividades de investigación financiadas con fondos comunitarios tienen que ver con el tratamiento de enfermedades como el Parkinson o la diabetes. Entre 2008 y 2012, Bruselas financió iniciativas de sanidad reproductiva y planificación familiar por valor de 104 millones de euros, mientras que entre 2007 y 2013 los Veintiocho desembolsaron un total de 157 millones de euros en 27 proyectos de investigación con células madre. Todos ellos, matiza un portavoz del Ejecutivo comunitario, cumplen la legislación nacional del país en el que tienen lugar y pasan un “examen ético” antes de echar a andar. “Además, no se ha producido ningún cambio normativo”, incide.
Los impulsores de One of Us, han hecho público un comunicado muy crítico con el “veto” europeo. “La respuesta de la Comisión es hipócrita y desdeñosa; la UE desea seguir financiando prácticas biotecnológicas que no son éticas y están obsoletas, así como el aborto en los países en desarrollo, incluidos aquellos en los que está prohibido”. Por su parte, el secretario del Foro Parlamentario Europeo sobre Población y Desarrollo, Neil Datta, se felicita por la decisión del Ejecutivo comunitario en un comunicado firmado conjuntamente por un ramillete de organizaciones en favor de los derechos reproductivos. “La iniciativa podría haber tenido consecuencias catastróficas para la salud materna y global en los países más pobres”, concluye.
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