Un juez de EE UU resuelve que el fallo contra Chevron en Ecuador fue un fraude
La sentencia no anula la condena multimillonaria contra la petrolera por contaminación pero puede impedir que sea ejecutada en otros tribunales Es "una burla al Estado de Derecho ecuatoriano", según el abogado de los indígenas
Un juez de Nueva York ha dictaminado este martes que la sentencia que condenaba a la petrolera Chevron a una indemnización multimillonaria por contaminar durante décadas una región de la Amazonía ecuatoriana fue dictada de manera fraudulenta considerando probado que el abogado estadounidense que promovió la demanda falseó informes medioambientales y sobornó al juez que emitió el fallo. La resolución no anula la condena de 6.904 millones de euros contra la multinacional pero impide que puede ejecutarse en cualquier tribunal de EE UU y favorece que no lleve a efecto en los tribunales de Canadá, Brasil y Argentina, donde la empresa tiene activos.
Los demandados ecuatorianos han anunciado que apelarán la decisión, que ha sido tomada como "una burla al Estado de Derecho ecuatoriano", según Juan Pablo Sáenz, abogado de los indígenas y colonos que vencieron a la petrolera en las cortes ecuatorianas. "La arrogancia del Juez Kaplan le ha hecho pensar que está facultado, y calificado, para cuestionar el derecho ecuatoriano y las decisiones de sus jueces, y juzgar a ecuatorianos".
"La sentencia condenatoria fue adoptada por medios corruptos, más allá de si la causa era justa o no”, señala el juez Lewis Kaplan
“Este tribunal reconoce que sí ha habido contaminación pero el caso aquí no es lo que ocurrió en Ecuador hace más de 20 años o quién es el responsable, sino si la sentencia condenatoria fue adoptada por medios corruptos, más allá de si la causa era justa o no”, señala el juez Lewis Kaplan en su fallo de 500 páginas. Los vertidos de la compañía se han cobrado más de un millar de vidas por enfermedades derivadas de los mismos. Muchos indígenas y agricultores siguen afectados por las secuelas. La resolución supone una victoria largamente acariciada por Chevron a lo largo de las más de dos décadas que se ha prolongado uno de los procesos sobre contaminación medioambiental más controvertidos de América Latina.
Sáenz ha declarado que el pronunciamiento del juez estadounidense "constituye una ofensa a los principios básicos de la jurisdicción, el debido proceso y la cortesía internacional" y asegura que apelarán en el segundo circuito de Nueva York, que es un tribunal procesal superior a la corte de Kaplan. "Ya hemos tenido procesos ante ellos y en el pasado se han mostrado bastante justos, por ejemplo, frenaron a Kaplan cuando quiso decir que ninguna sentencia ecuatoriana es ejecutable en el mundo, quiso arrogarse competencias universales que no tenía", explica.
El origen de esta disputa legal se remonta a 1993, cuando el abogado estadounidense Steven Donzinger interpuso una demanda ante los tribunales de Nueva York en nombre de 30.000 indígenas de Lago Agrio, en el noreste de Ecuador, exigiendo una reparación económica a Texaco por haber contaminado las aguas de la región con sus prácticas extractivas entre 1964 y 1992. Texaco consiguió que la demanda fuera admitida en Ecuador y, cuando Chevron adquirió la compañía en 2001, también heredó la contienda legal.
En 2011, el juez Nicolás Zambrano resolvió en contra de la multinacional condenándola a una indemnización de 19.000 millones de dólares, la más dura contra una petrolera por contaminación medioambiental, hasta la fecha. La pena fue rebajada a la mitad, 9,5 millones, en noviembre del año pasado por la Corte Nacional de Justicia de Ecuador. En octubre de 2013 comenzaba en Nueva York el juicio en el que Chevron solicitaba que se reconociera que ese fallo había sido dictado de manera fraudulenta.
A lo largo de los tres meses que ha durado el proceso, la petrolera ha presentado pruebas del soborno de Donzinger al juez Zambrano, a quien prometió una participación de 500.000 dólares en la indemnización, de la manipulación de documentos e informes sobre daños medioambientales y sanitarios y de cómo fue otro magistrado, Alberto Guerra –que testificó en el proceso-, quien redactó buena parte de la sentencia a cambio de 1.000 dólares mensuales pagados por el letrado estadounidense. Donzinger, por su parte, insistió en que él no incurrió en ninguna acción ilícita y que todo el proceso es una muestra más de la agresividad de Chevron en el caso.
Hasta el momento, los demandantes en Ecuador solo han podido embargar el portafolio de propiedad intelectual que tiene Chevron en el país latinoamericano y esperan que por esta vía pueda cobrar entre 100 y 300 millones de dólares. Lo siguiente es conseguir que la sentencia ecuatoriana sea aceptada en los países donde la transnacional posee activos. Hasta el momento, las acciones de ejecución se encuentran pendientes en Canadá, Brasil y Argentina.
Para Kaplan las pruebas contra Donzinger “son voluminosas”. Su sentencia es la última de un proceso extremadamente complejo. Como Chevron ya no tiene presencia en Ecuador, los demandantes han pedido la ejecución de la condena en tribunales de otros países donde la petrolera sí tiene activos, como Canadá, Brasil y Argentina, los únicos Estados, de momento, donde se ha solicitado que el fallo se haga efectivo.
Chevron confía en que esta última resolución disuada a la justicia de estos países de ejecutar la sentencia ecuatoriana, toda vez que ha sido declarada fraudulenta. “La resolución confirma que la decisión del juez de Ecuador contra Chevron es un fraude producto de una estrategia criminal. Cualquier tribunal que respete el imperio de la Ley debería encontrar el fallo de Lago Agrio ilegítimo e inaplicable”, señaló la compañía en un comunicado tras conocerse el fallo.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, ha hecho de la negativa de Chervon a cumplir con la sentencia multimillonaria una cruzada nacional, llegando a asegurar que se trata de una cuestión de “honor nacional”. El proceso ha sido objeto de varios documentales y ha atraído la atención de grupos ecologistas, activistas y estrellas de Hollywood, entre ellas Daryl Hannah, cuya imagen con las manos cubiertas de petróleo para denunciar la contaminación petrolífera en la Amazonía ha dado la vuelta al mundo. El cantante Sting y su mujer Trudie Styler, asistieron a varias de las sesiones del juicio en Nueva York en apoyo de Donzinger y de los indígenas ecuatorianos que acudieron a declarar a favor del abogado.
Sin embargo, parte de esos documentales han servido como pruebas para Chevron. La compañía tuvo acceso a las cientos de tomas descartadas de la cinta Crude, que denunciaba la contaminación de las compañías de petróleo en las que aparecía Donzinger en conductas legalmente inapropiadas.
Fundamentos que según los ecuatorianos invalidan la resolución
Los abogados de los indígenas han señalado que Chevron no ha podido demostrar que sufrió un perjuicio real de parte de los indígenas y colonos de la Amazonía. Lo que sí fue demostrado judicialmente, según el comunicado de la Unión de Afectados por la Petrolera, es que la compañía es responsable de la contaminación, por lo que no cabe una medida cautelar para liberarla de responsabilidad.
Los juristas ecuatorianos añaden que bajo la ley RICO, los jueces no pueden dictar medidas cautelares como efectivamente ha hecho Kaplan. Este principio ha sido reconocido por los propios abogados de Chevron, varios jueces, y el Departamento de Justicia de los EEUU. Además el fallo viola los principios de cortesía internacional que obligan a los tribunales de un país a respetar las decisiones de los tribunales de otro.
Por último, invalidan todas las pruebas de supuesto fraude que Chevron ha presentado en Nueva York, porque ya fueron analizadas y rechazadas por los tribunales del Ecuador, como la falsa acusación de que un exjuez ecuatoriano fue "sobornado" por los demandantes. Este se ha convertido en el testigo clave de Chevron y actualmente reside en Miami con sus familiares.
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