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La policía de Australia decomisa un prototipo de máquina para suicidarse ideado por un médico

El doctor australiano Philip Nitschke presenta fotos de su prototipo, que libera lentamente dióxido de carbono, en Estados Unidos

El médico australiano Philip Nitschke, partidario de la eutanasia, presentó ayer en San Diego (EE UU) una máquina de su invención que facilita la labor a las personas que quieran suicidarse y anunció la puesta en marcha de un taller en el que 21 voluntarios usarán su invento, aunque sólo una planea morir. El doctor sólo pudo mostrar fotos del prototipo, ya que la policía de su país, donde la eutanasia está prohibida desde 1997, se lo confiscó en el aeropuerto cuando trataba de llevarlo a Estados Unidos.

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La muerte misericordiosa

La máquina de suicidio consiste en una bolsa con un tubo que pasa por un pequeño depósito de monóxido de carbono, del que sale una sonda a las fosas nasales por la que se libera lentamente el gas letal. Durante la presentación del macabro aparato, que se produjo en el transcurso de la conferencia nacional de la sociedad estadounidense Hemlock en esta ciudad estadounidense, Nitschke señaló que está dispuesto a ofrecérsela gratuitamente a las organizaciones que abogan por la legalización de la eutanasia.

Nitschke añadió, ante unos 200 asistentes, que continuará con la manufacturación de su invento, al que calificó de "eficiente y de bajo coste". Además, "produce una muerte pacífica en poco tiempo, entre cuatro y siete minutos", añadió. Con la ayuda de un sedante, la persona acciona la máquina que reduce paulatinamente el oxígeno de la bolsa con cada aspiración y aumenta el monóxido de carbono hasta que le produce la muerte. "Ésta puede ser una respuesta para muchas personas con enfermedades terminales que desean una muerte pacífica sorteando la ley. El equipo es legal porque también produce oxígeno", según argumentó el médico.

Un intento de sortear la legislación

El doctor australiano planeaba presentar el modelo original de su máquina, cuyo precio se sitúa entre los 30 y 100 dólares -según el sedante-, pero se lo confiscaron al salir de su país hace dos días. El coste del aparato estaría entre los 30 y 100 dólares. Además, Nitschke anunció que en un próximo taller utilizarán su máquina 21 personas, aunque sólo una planea suicidarse. El médico australiano fue cauteloso y no precisó ni el lugar ni la fecha en que se llevará a cabo esta prueba.

Para sortear la nueva legislación australiana respecto al suicidio, el médico dijo que busca sedantes que ayudarían a morir sin violar las leyes australianas de control de drogas ilícitas. "Una de las estrategias es buscar entre las sustancias rechazadas por las compañías farmacéuticas al considerarse muy peligrosas", afirmó. Actualmente, estudia algunos medicamentos "que bajan el nivel de la sangre a niveles mortales", dijo.

Este médico generalista se hizo célebre cuando en 1996 ayudó a suicidarse a cuatro personas enfermas de cáncer, después de que el Estado australiano del Territorio del Norte fuera el primero del mundo en legalizar la eutanasia activa. El Estado federal revocó esta legislación en 1997.

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