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El Congreso rechaza la despenalización de la eutanasia tras un nuevo debate

CiU y Coalición Canaria matizan la negativa radical del PP a permitir la muerte digna

Ni debate inmediato ni soluciones a corto plazo. La diputada Marisa Castro, de IU, retó ayer al Grupo Popular a que "se quite la sotana" y ayude a sacar a España del "pleistoceno europeo de las libertades" despenalizando la eutanasia como ya han hecho Holanda y "la católica Bélgica". Pero el PP, a través de Carlos Ollero, contestó relacionando eutanasia y asesinato. Menos radicales, CiU y Coalición Canaria sumaron su voto a los del PP porque "hoy por hoy" no hay demanda social a favor de la legalización. El PSOE pronosticó una pronta despenalización.

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"No traigo a la tribuna ni santos padres ni sumos pontífices porque mi grupo parlamentario no los necesita", replicó el diputado Ollero antes de remontarse a Thomas Hobbes (1588-1679), y a los más modernos Gilbert K. Chesterton, George Darwin o Jürgen Habermas, para oponerlos a los portavoces de Izquierda Unida, Marisa Castro; de Iniciativa per Catalunya-Los Verdes, Joan Saura; y de Esquerra Republicana, Joan Puigcercós, que acababan de defender ante el pleno sendas proposiciones de ley para despenalizar la eutanasia y regular su práctica con grandes medidas de control.

El derecho del hombre a una muerte digna está directamente relacionado con el derecho a una vida digna, sostuvieron ayer los proponentes como argumento inicial para despenalizar la eutanasia (literalmente, buena muerte). Las tres proposiciones de ley pedían la modificación del artículo 143 del Código Penal para que no incurra en delito quien cause o coopere activamente con actos necesarios y directos a la muerte de otro "por la petición expresa, seria e inequívoca de éste, que conste en documento público, y mediante dictamen facultativo que constate la situación médica del paciente". Éste debe sufrir una enfermedad que conduzca necesariamente a la muerte tras padecimientos físicos o psíquicos difíciles de soportar.

Desde 1995, con la reforma Belloch, el Código Penal no castiga la autoeutanasia, que numerosas comunidades autónomas y el propio Congreso han regulado en estos dos últimos años mediante leyes conocidas como testamento vital o de voluntades anticipadas. Pero ante esa corriente despenalizadora, que ya es firme en Holanda y Bélgica, y se debate en otros muchos países, entre otros en Francia, la tesis hobbesiana del diputado Ollero fue ayer tan tópica como inamovible. "La muerte es el peor de los males naturales, tan natural como la tendencia de la piedra a caer, y sería puro darwinismo permitir la irresponsabilidad de que alguien pueda quitarle la vida a otro con argumentos como el derecho a la muerte digna o el de la autonomía de la persona", dijo este diputado. "Ideas modernas que se nos han vuelto locas", concluyó apelando a una gracieta de Chesterton.

En cambio, la apasionada execración de la eutanasia que sostiene el Grupo Popular fue muy matizada por sus socios parlamentarios de CiU y Coalición Canaria, que basaron su negativa a las propuestas de la izquierda en razones de oportunidad y tiempo. También reclamaron del Gobierno un mayor esfuerzo para atender con unidades de cuidados paliativos del dolor a todos los enfermos que lo necesiten.

El Grupo Socialista votó a favor de las tres propuestas de despenalización y advirtió al PP de que la mejor forma de "desdramatizar" el término eutanasia es abriendo en el Parlamento un debate que ya está en la sociedad. "En un país laico el primer valor es el de la libertad. La vida tiene que tener la luz de la libertad y de la dignidad. El final de la vida también tiene que ser digno", dijo el diputado Javier Barrero.

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