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Patrones de movimiento de 24 horas o cómo introducir el ejercicio en nuestra rutina diaria

El cumplimiento de las pautas de movimiento está asociado a beneficios de la salud como menor riesgo de mortalidad, enfermedades cardiovasculares o distintos tipos de cáncer

Jogging on a seaside pier
Una mujer haciendo deporte en un muelle.doble-d (Getty Images/iStockphoto)

Vivimos continuamente en multitarea. Las personas adultas, a lo largo de un día, realizan multitud de actividades, tareas domésticas, organización familiar, vida laboral, hobbies (de infinita índole) y un largo etcétera. De hecho, todas las actividades que se realizan diariamente pueden estar englobadas en tres conceptos: actividad física (de más o menos volumen e intensidad), conducta sedentaria o sueño. Estos tres conceptos engloban lo que se denominan los patrones de movimiento de 24 horas. Según este paradigma, a lo largo de un día entero, mientras se está realizando un patrón, inevitablemente no se puede estar realizando otro; es decir, mientras se realiza actividad física no se puede estar ni durmiendo ni estar en conducta sedentaria; y, de la misma forma, afecta a la interacción de los otros dos patrones. Dentro de la edad adulta, estas recomendaciones se diferencian en dos grandes grupos de edad, 18 a 64 años y más de 65 años de edad.

Para el primer grupo de edad (18 a 64 años), las recomendaciones son, en cuanto a la actividad física, de carácter aeróbico a intensidad moderada durante al menos 150 a 300 minutos/semana y actividad física aeróbica intensa durante al menos 75 a 150 minutos. Y además, realizar dos o más días a la semana de sesiones de fortalecimiento muscular con intensidades moderadas o intensas. En cuanto a la conducta sedentaria, es recomendable no pasar de 8 horas y, dentro de ellas, no pasar más de 3 horas expuestos a pantallas de forma recreativa. Siempre que se pueda, intentar no pasar más de una hora seguida en conducta sedentaria. Y en cuanto al sueño, el consejo es dormir de forma continua y con buena calidad (dormir de forma continuada, no despertarse continuamente, tener sensación de descanso) entre 7 y 9 horas. Sería interesante que se adopte una rutina entre la hora de acostarse y levantarse.

Para el grupo de edad de más de 65 años, las recomendaciones son similares, con algún apunte, como en el caso de la actividad física: incluir, además, 3 días en semana sesiones prescritas por un profesional en ciencias del deporte que tengan contenidos relacionados con el equilibrio y el trabajo funcional. En cuanto al sueño, la cifra puede estar entre 7 y 8 horas.

Es importante destacar que estas pautas de 24 horas de movimiento para estas edades son adecuadas independientemente del género, la situación laboral o socioeconómica e, incluso, aspectos culturales. Eso sí, podrían no ser adecuadas para mujeres embarazadas, personas con alguna patología o enfermedad crónica. En este caso, sería necesario realizar un estudio con más profundidad sobre la situación concreta, desde un punto de vista holístico (entrenadores, médicos, fisioterapeutas, rehabilitadores), que analicen en conjunto el caso.

Lo que sí está claro es que el cumplimiento de las pautas de movimiento 24 horas está asociado a multitud de beneficios de la salud, como menor riesgo de mortalidad, enfermedades cardiovasculares, distintos tipos de cáncer o mejora de la salud ósea.

De esta forma, algunas recomendaciones en cada uno de los patrones que conforman las 2 horas de movimiento podrían ser:

En líneas generales, se destaca que, sustituir el comportamiento sedentario por pequeñas píldoras de actividad física ligera y, cambiar la actividad física ligera por una actividad física más moderada a vigorosa, preservando al mismo tiempo un sueño suficiente, conllevará un mayor cumplimiento de los patrones de 24 horas de movimiento y por ende, proporcionar mayores beneficios para la salud.

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