Cuando el vegetarianismo esconde un trastorno de la conducta alimentaria
Guía para detectar si un cambio a un modelo de alimentación más vegetal puede ocultar un comportamiento restrictivo peligroso
El vegetarianismo es una forma de alimentarse basada principalmente en vegetales, eliminando la carne y derivados. Hay diferentes variantes como la de los ovolácteos que, además de las fuentes vegetales, incluyen el consumo de huevos y derivados lácteos, pero excluyen el resto de los alimentos de origen animal, o los veganos, en los que no hay ningún consumo de alimento de origen animal, todo es vegetal. También están los flexitarianos, aquellos que llevan principalmente una alimentación vegetariana, pero puntualmente incluyen un consumo de alimentos de origen animal.
En sí, el vegetarianismo o veganismo, si no está bien planteado, no es más sano que una alimentación omnívora. Si eres vegetariano o vegano y te alimentas a base de pizza margarita y nachos con guacamole no estarías optando por una buena opción, lo mismo que en una alimentación omnívora basada en embutidos o ultraprocesados cárnicos. Según se elaboren los menús en los estilos de alimentación pueden ser saludables o no. La única verdad absoluta es que una alimentación basada en vegetales es más respetuosa con el medio ambiente y los animales.
En la adolescencia es donde más cambios en el modo de alimentación se experimentan y cada vez personas más jóvenes, con conciencia y compromiso medioambiental, se acogen a esta forma de alimentarse. Una dieta en la que se eligen principalmente verduras, frutas y legumbres puede pasar muy desapercibida, como algo que está encubriendo una restricción severa, por eso es bastante frecuente que personas que sufren un trastorno de la conducta alimentaria (TCA) hagan un giro hacia una alimentación más vegetal.
Con ello no quiero decir que el vegetarianismo pueda provocar TCA, sino que algunas personas pueden elegir este tipo de alimentación para restringir alimentos de origen animal, o más calóricos, y lo que en principio puede verse como saludable esté ocultando una conducta restrictiva y peligrosa.
¿Cómo saber si mi hijo está adaptando su alimentación o está desarrollando un TCA?
Al principio puede pasar desapercibido, o incluso valorarse positivamente, porque hay un mayor consumo de fruta y verdura, un mayor predominio de legumbres y frutos secos y se interesan por alimentos que antes no querían comer, o los descartaban directamente, pero hay señales a las que sí hay que prestar atención:
- Preocupación excesiva por la comida, no solo por no comer los alimentos de origen animal que ha descartado, sino por las calorías, número de comidas al día…
- Afán de controlar todo lo que tiene que ver con la comida: cantidades, compra, modo de elaboración, aliños…
- A pesar de que alimentos como la pasta, arroz, patata o pan están incluidos en su alimentación, evitan o dejan de tomarlos por temor a subir de peso. Y también restringen, en un segundo tiempo, los alimentos vegetales que ellos consideran calóricos como plátano, aguacate... Incluso pueden dejar de usar el aceite de oliva o reducirlo al mínimo.
- Evita técnicas culinarias más allá de plancha o el hervido.
- En los casos más extremos, se va a una alimentación frugívora, basada solo en frutas, frutos y semillas, o a una alimentación crudívora, basada en alimentos crudos o que no hayan sobrepasado un tratamiento térmico por encima de los 40º.
- Aislamiento social, al no haber tantas opciones veggies en la restauración, y con la máxima de controlar cada cosa que se lleva a la boca, evitan salir y prefirieren quedarse en casa.
- Mucha más atención a su cuerpo y a sus cambios físicos.
- Se pesa o se mide de manera insistente, pasn mucho tiempo frente al espejo.
- Usa apps para controlar las ingestas, pasos, consumo de agua…
- Las conversaciones se centran casi exclusivamente en torno a la comida y al cuerpo, hay desinterés por el resto de los temas.
¿Es el vegetarianismo o el veganismo un disparador de trastornos de la conduta alimentaria?
La realidad es que no. A pesar de que los estudios nos dicen que hay más prevalencia de anorexia en pacientes con una alimentación vegetariana, no se puede determinar si la enfermedad se desarrolló a raíz de esta nueva alimentación, o si era previa a ella y a través de este modelo de alimentación lo han llevado a la práctica.
Cuando se trata a estos pacientes lo adecuado es respetar su modelo de alimentación; no obstante, en algunas unidades de tratamiento de trastornos del comportamiento no está permitido llevar una alimentación vegetariana o vegana, ya que de por sí lo consideran una restricción. Como he comentado, nada que ver cuando no hay un trastorno de la conducta alimentaria de por medio. En todo caso, siempre sería recomendable que una alimentación vegetariana fuera guiada desde su inicio por un nutricionista especializado en ello, para evitar posibles déficits y aconsejar sobre el proceso de transición alimentaria.
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