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España lidera la incautación de cocaína en Europa

Las interceptaciones aumentaron un 5.000% desde 1987, cuando se dató la entrada de alijos

La policía incauta 1,5 toneladas de cocaína en un velero (Cádiz).
La policía incauta 1,5 toneladas de cocaína en un velero (Cádiz).Juan Carlos Toro
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Spain becomes Europe’s top interceptor of cocaine

España lleva tres décadas conteniendo la importación de cocaína que se ha multiplicado de forma imparable desde que surgieron en Galicia los primeros cárteles del transporte y distribución de Europa. Los archivos policiales y estadísticos dejan cifras reveladoras para la historia del narco que oficialmente aparece en escena en 1987, cuando el Ministerio de Interior empezó a documentar la entrada de alijos. Desde entonces, y hasta 2018, las incautaciones aumentaron un 5.000%, lo que supone el mayor volumen de droga decomisada de los países europeos del entorno.

Pese a todo, el coste que ha tenido para España liderar la batalla contra el narcotráfico ha sido enorme, no solo en términos económicos sino también de salud pública. Si en 1990 ocupaba el último puesto del ranking de la UE en cuanto al número de consumidores de cocaína, ahora lo encabeza desde hace una década (junto a Reino Unido) sin que las autoridades hayan logrado revertir la tendencia alcista, tanto del tráfico como de consumo.

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De una tonelada de coca que se incautó en 1987 (tres años antes de la Operación Nécora), la policía pasó a destruir casi 50 en 2017 y la cifra sigue subiendo. Los efectos de la superproducción de coca en Colombia han quedado patentes en 2018, al ser interceptado en Algeciras el mayor alijo en contenedores de Europa, y posteriormente otro en Málaga. Dos envíos que suman casi 15 toneladas que venían desde Sudamérica ocultos en bananas.

“Los años ochenta fueron un ensayo de cómo podría ser el futuro, cuando Europa apenas consumía drogas, y una referencia de dónde estamos, ante una superproducción de cocaína en Colombia que ya se considera una pandemia”, explica Antonio Duarte, comisario de la Brigada Central de Estupefacientes.

INCAUTACIONES DE COCAÍNA EN ESPAÑA

Fuente: Ministerio del Interior.

“Seguimos siendo el azote del narcotráfico porque somos el país que más droga interviene de Europa (casi la mitad) y uno de los referentes mundiales en estrategia policial y, aún así, no podemos bajar la guardia”. “Hay más cocaína que nunca pero también hemos dado los mayores golpes a los traficantes”, subraya el comisario.

Aunque la entrada de cocaína en España a través de las costas gallegas quedó policialmente registrada en 1987, hay evidencias de que las descargas comenzaron al menos dos años antes. Fue un salto sin retorno para las rentables redes del tabaco cuando estas tuvieron que abortar los desembarcos de cajetillas por la psicosis que generó la mayor redada policial contra el contrabando y el negocio tabaquero recibió una severa respuesta penal, mucho mayor que para el tráfico de hachís porque la cocaína era todavía un delito silencioso.

Estrategia conjunta

Mientras las primeras redes del transporte aéreo de cocaína operaban en México, llevando a EE UU avionetas repletas de la droga que producía el cártel de Medellín a las órdenes del patrón de todos los capos, Pablo Escobar, los jefes del contrabando gallegos comenzaban su aventura marítima en el mayor negocio de los narcóticos que atenaza el planeta hace más de tres décadas.

México y España se convertían así en terreno abonado de una escalada criminal de consecuencias sanitarias y económicas impensables entonces que, cambiarían para siempre la estrategia policial de los principales países receptores (EE UU y Europa) que han caído una tras otro en las redes del negocio cocalero, disparando los índices de adictos a esta droga.

La diferencia entre los embrionarios carteles que surgieron en España para el transporte y distribución de cocaína a Europa con sus colegas mexicanos, es que estos han sumido al país en una larga y sanguinaria pugna por el control, no solo mercados y territorios de los colombianos, sino también el de la producción, que se ha extendido a la heroína y marihuana.

Pese al progresivo desgaste que han soportado las organizaciones gallegas en estos treinta años de liderazgo, estas han conseguido mantener un mercado sólido que todavía dominan y un precio medio por kilogramo prácticamente constante (32.000 euros), aunque apenas queden cuatro grupos potentes con capacidad para fletar cargamentos. La presión policial les ha obligado a explorar otros territorios y nuevos socios en países emergentes en el tráfico de cocaína, siendo hoy, por ejemplo, la lejana Turquía un eslabón preferente para la compra o alquiler de barcos.

La siguiente batalla contra el narco será liderada desde España. Se ha diseñado en sendas reuniones que se celebraron a mediados de diciembre en Bogotá y Medellín (Colombia), en la que ha participado, además de la policía española, expertos de la Diran (Dirección Antinarcóticos de Colombia) y la Dijin (Dirección de Investigación Criminal e Interpol). Serán operaciones conjuntas en un intento por controlar el origen y destino de los alijos.

Una de sus tácticas se basará en la cooperación internacional, buscando aliados en países de la UE y, por primera vez, del continente africano. La prioridad de España es implicar a los Gobiernos de Marruecos, Mauritania y Guinea, principales ejes estratégicos en la ocultación y embarque de la cocaína que llegan a Europa.

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