María Jesús Montero, la médica que saneó las cuentas de Andalucía
La nueva ministra de Hacienda llega al Gobierno tras 14 años como consejera de la Junta
María Jesús Montero (Sevilla, 1966), hasta ahora consejera de Hacienda y Administraciones Públicas de la Junta de Andalucía, llegó a la política en 2002 desde un hospital. Licenciada en Medicina, era subdirectora gerente del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla cuando en septiembre de 2002 fue nombrada viceconsejera de Salud. Dos años después, Manuel Chaves la ascenció a consejera, cargo en el que permaneció hasta que Susana Díaz la cambió de cartera en 2013 nada más llegar a la presidencia de la Junta para ponerla al frente de las cuentas de la Comunidad.
Durante su etapa en la Consejería de Salud convirtió la sanidad andaluza en la joya de la corona de la Junta, impulsando normas como la primera ley autonómica de muerte digna o proyectos de investigación biomédica que situaron a Andalucia como un referente en la gestión sanitaria.
Vivió con vértigo el nombramiento como consejera de Hacienda, un campo del que admitía desconocerlo casi todo. Pero ayudada por un equipo de confianza y por una capacidad política que todos los que han trabajado con ella le reconocen, Montero se hizo con las riendas de las cuentas de la Comunidad y, desde entonces, Andalucía ha cumplido puntualmente con las reglas de estabilidad presupuestaria impuestas por el Gobierno central. Al frente de este departamento ha aprobado cinco presupuestos sin tener mayoría absoluta en el Parlamento, uno con Izquierda Unida y cuatro con Ciudadanos
Montero comparte con Susana Díaz su origen en el barrio sevillano de Triana, aunque sus carreras políticas tienen poco en común. Mientras Díaz se crió en las juventudes socialistas, la nueva ministra de Hacienda aterrizó en política casi por casualidad y cuando se afilió al PSOE llevaba ya varios años formando parte del Consejo de Gobierno de la Junta. Durante el enfrentamiento entre Pedro Sánchez y Díaz por la secretaría general, Montero se mantuvo fiel a la presidenta de la Junta e incluso contribuyó, como miembro del comité de garantías del PSOE, a la caída del secretario general en octubre de 2016 al suscribir un escrito en el que se consideraba “disuelta” la ejecutiva federal tras la dimisión de la mayoría de sus miembros y se pedía el nombramiento de una gestora. Sin embargo, la nueva ministra nunca ha sido considerada del núcleo cercano de confianza de Díaz y su permamencia durante 16 años en el Gobierno andaluz (es la única superviviente de la etapa de Chaves) se atribuye mas a sus méritos afrente de las carteras que le ha tocado dirigir que a su proximidad con la actual presidenta. Cuando parecía que Díaz podía alcanzar la secretaría general de los socialistas, Montero sonaba como la principal candidata para sustituirla en la Presidencia de la Junta. Díaz perdió las primarias y ahora es Montero la que llega a Madrid de la mano del ganador de aquella contienda.
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