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Un hospital de Vigo, condenado a indemnizar a un paciente al que le dijeron por error ser portador del VIH

La sentencia sostiene que el diagnóstico, asumido durante 15 años, “desmoronó” la vida social del afectado que acabó delinquiendo, intentando suicidarse y en la cárcel

El hospital Povisa en Vigo.
El hospital Povisa en Vigo.Lalo R. Villar

El Juzgado Contencioso 1 de Vigo ha condenado al hospital Povisa a indemnizar con 60.000 euros a un hombre que en febrero de 2000 fue diagnosticado erróneamente como portador del VIH y hepatitis B, enfermedades que asumió como reales durante 15 años y que provocaron el desmoronamiento social del afectado, que acabó en la cárcel.

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La sentencia que condena al hospital vigués (concertado con el Servicio Galego de Saúde de la Xunta) destaca que, como consecuencia del diagnóstico, el hombre fue repudiado por su familia y le impidieron el contacto con su hija, que entonces tenía 10 años, por “temor a que la contagiase y “recayó en el consumo de sustancias estupefacientes". Todo ello, unido a lo que él creía una corta esperanza de vida, "lo metió en una espiral delictiva que lo llevó a ingresar en prisión en el año 2002”. “Se trata de un caso particular de exclusión social, caracterizado por dificultad en la continuidad laboral, ausencia o insuficiencia de apoyos familiares o comunitarios, marginación social y, desde luego, falta de sensibilización de la población”, sostiene el magistrado Luis Ángel Fernández Barrio.

El damnificado, que tenía 32 años en el momento del diagnóstico, acudió al hospital Povisa, su centro de referencia, por una herida en una pierna tras haberse caído accidentalmente en la calle. En el informe de alta del Servicio de Traumatología y Cirugía Ortopédica, del día siguiente, consta que el paciente había ingresado a través de urgencias con una “herida inciso-contusa en cara póstero-externa de pierna derecha, siendo el diagnóstico principal el de herida inciso-contusa en pierna”. Y en el apartado de “otros diagnósticos” figura: “VIH. VHB. VHC. ADVP”.

Los informes médicos posteriores recogen sistemáticamente estos diagnósticos como antecedentes hasta que en 2015 el Servicio de Microbiología de la Gerencia de Gestión Integrada de Pontevedra y O Salnés (al que estaba adscrito por su internamiento en la cárcel de A Lama), constata el resultado negativo de los análisis de HVB ,VIH, VHC y Hepatitis B. “En la resolución administrativa recaída en el expediente se reconoce explícitamente que existió un claro error de diagnóstico, mantenido durante quince años, por lo que queda acreditada la antijuricidad del daño”, sostiene el magistrado.

La sentencia reconoce que el diagnóstico sumió en una fuerte depresión al damnificado, “con reiterados intentos de suicidio (en particular, aparece uno de ellos reflejado en su historia clínica, datado en 2002), debiendo, durante su estancia en prisión, serle aplicado el Protocolo de Suicidio en diferentes ocasiones”. Todo ello, derivado del rechazo que las enfermedades que le diagnosticaron provocaban a comienzos de la década del 2000.

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