¿Es Europa una zona con una fuerte presencia de tornados?
España ostenta el triste récord europeo de víctimas por los efectos de un fenómeno natural de estas características, que tuvo lugar en 1671
Todos hemos visto las imágenes de potentes tornados en Estados Unidos destruyendo todo a su paso. Muchas de ellas están tomadas por cazatormentas particulares que arriesgan su vida por captar el mejor detalle de un fenómeno que puede ser tremendamente destructivo.
A pesar de la creencia popular, e incluso entre los profesionales, Europa es una zona con gran presencia de tornados. Así se pone de manifiesto en un reciente estudio publicado por la Sociedad Americana de Metereología con el título Tornados en Europa. La amenaza infraestimada. En él, se detalla que el número medio de dichos fenómenos naturales por año en Europa se eleva a 83, en el periodo que va desde 1950 a 2015. No es una cantidad despreciable, aunque para la misma franja de tiempo en Estados Unidos el valor medio alcanza los 913. Los originados en suelo europeo han causado daños a 4.462 personas 316 muertes y daños materiales por valor de un billón de euros.
España ostenta el triste récord europeo de víctimas por los efectos de un tornado. Aunque haya que remontarse a 1671, cuando tuvo lugar el tornado de Cádiz, con un número aproximado de 600 fallecidos. De poderse confirmar la cifra de muertos, se habría convertido en uno de los más mortíferos del mundo.
Como curiosidad, esta misma semana se celebra el aniversario del tornado que arrasó Madrid el 12 de Mayo de 1886: causó 47 fallecidos, numerosos heridos y cuantiosos daños materiales en la zona centro de la capital.
De vuelta al presente, desde enero de 2016 hasta hoy se han registrado 47 de estos fenómenos naturales o trombas marinas que han afectado al territorio español, recogidas por el Sistema de Notificación de Observaciones Atmosféricas Singulares de AEMET (SINOBAS). Todos ellos se encuentran ligados a los vientos generados por una tormenta. En el caso de las trombas, los vientos fuertes se registran sobre el mar y normalmente tienen menor virulencia que un tornado.
Las tormentas tienden a agruparse y eso las hace intensificarse de nuevo. Cuando se aglutinan pasan a denominarse sistemas convectivos. La convección en la atmósfera mueve las enormes cantidades del calor absorbido por el agua contenida en el aire, desde las cercanías del suelo hasta decenas de kilómetros de altura. Estos movimientos generan las grandes nubes de tormenta conocidas como cumulonimbos.
Los tornados son más frecuentes en un caso particular de sistema convectivo conocido como supercelula, que en realidad es una gran tormenta en rotación. La dinámica del interior de una tormenta, y más aún de una supercelula, es difícil de predecir.
Las simulaciones por ordenador, los radares meteorológicos y las observaciones in-situ resultan fundamentales para saber cuándo se desarrollará un tornado. Todos estos medios sirven de ayuda a los meteorólogos para poder avisar con suficiente antelación a los ciudadanos de su presencia, para actuar en consecuencia y que estos tomen las medidas preventivas que palien sus daños. Por eso, no debemos subestimar la presencia de fuertes tormentas con tornados asociados en España.
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