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Gobernar bien: los conflictos y la desconfianza en las instituciones empañan los progresos de África

El índice de la Fundación Mo Ibrahim, que mide la eficacia de los ejecutivos del continente, alerta de que los niveles de gobernanza se han atascado pese a los importantes avances en infraestructura y desarrollo humano

Protesta mujeres somalíes
Mujeres somalíes, en una protesta en las calles de Mogadiscio, en octubre de 2020FEISAL OMAR (Reuters)

El panorama general no es optimista: veintiún países que concentran un 47,9% de la población africana registran hoy niveles de gobernanza peores que los que tenían en 2014 y 33 países, que albergan a un 52,1% de la población del continente, han logrado hacer progresos en esta década. Son las conclusiones del Índice Ibrahim de Gobernanza Africana (IIAG, según sus siglas en inglés) 2024, que la Fundación Mo Ibrahim ha publicado este miércoles.

La institución, que elabora este estudio desde 2007, define gobernanza como los bienes políticos, sociales, económicos y medioambientales que un ciudadano tiene derecho a esperar de su Estado, y que un Estado tiene la responsabilidad de proporcionar a sus ciudadanos. Su clasificación, un termómetro exhaustivo y fiable de los gobiernos de África y de la confianza que generan en la sociedad, ha estudiado y comparado el desempeño y tendencias de 54 países entre 2014 y 2023, y concluye que el progreso solo beneficia a la mitad de la población.

En este periodo de 10 años, ha habido importantes avances en materia de desarrollo humano y económico, pero el aumento de los conflictos y la reducción de los espacios democráticos inclinan la balanza hacia el lado negativo.

El índice “es un recordatorio revelador de la amenaza que supone para el progreso del continente una crisis de seguridad cada vez más profunda y un entorno participativo cada vez más reducido”, alertó Mo Ibrahim, fundador y presidente de la fundación. Este magnate de las telecomunicaciones y filántropo sudanés fundó a principios de los años noventa Mobile Systems International (MSI), empresa líder mundial en telefonía móvil, y en 1998 lanzó Celtel International, una de las principales firmas de telefonía móvil de África.

En promedio, los 54 países africanos han progresado solo un punto en esta década y la situación está estancada desde 2018. ¿Por qué? “Lo que ocurre en África refleja la escalada de los conflictos y la creciente desconfianza en las instituciones democráticas que se vive en el resto del mundo, pero en el caso del continente esto amenaza los avances que hemos logrado en materia de desarrollo económico y social, así como los que aún nos quedan por alcanzar”, afirman los autores del informe.

Lo que ocurre en África refleja la escalada de los conflictos y la creciente desconfianza en las instituciones democráticas que se vive en el resto del mundo, pero en el caso del continente esto amenaza los avances que hemos logrado en materia de desarrollo económico y social
Fundación Mo Ibrahim

La fundación elabora su índice basándose en cuatro categorías, divididas a su vez en 16 subcategorías. En seguridad y Estado de derecho, el continente retrocedió un 1,6%, en participación, derechos e inclusión, un 0,2%, pero en bases para las oportunidades económicas avanzó un 2,8% y en desarrollo humano, un 2,9%.

Internet, igualdad de género y salud

“El continente no se puede ver como un todo”, insisten los responsables. La fotografía general puede parecer preocupante, pero esconde unos resultados diversos y algunos muy positivos. Por ejemplo, entre 2014 y 2023, más del 90% de los ciudadanos de África experimentó mejoras en igualdad de género, comenzando por leyes sobre la violencia contra las mujeres, en salud y en infraestructuras, sobre todo acceso a internet y telefonía móvil. Son aspectos “claves para la gobernanza”, se felicita la fundación.

Pero el 77% de la población del continente vive en países donde la democracia y la seguridad han retrocedido en estos 10 años. Además, también se ha deteriorado la percepción ciudadana hacia temas esenciales, como la libertad de asociación, de expresión y de acceso a las oportunidades económicas. La fundación alerta de que “a veces las cosas no van tan mal, pero la percepción es otra, y esto es caldo de cultivo para la frustración, rabia y el conflicto”.

El primer país de este ranking de gobernanza africana es Seychelles: un archipiélago de 115 islas con menos de 100.000 habitantes, que registró importantes progresos en las 16 subcategorías. Especialmente importantes son sus avances en participación ciudadana y lucha contra la corrupción, según este informe.

Algunos de los 10 primeros países de esta clasificación pueden sorprender. Tras Seychelles, están Mauricio, Cabo Verde, Sudáfrica, Botsuana, Namibia, Ghana, Marruecos, Túnez y Kenia. En los últimos lugares se sitúan Sudán del Sur, Somalia, Eritrea, Sudán, Guinea Ecuatorial, República Centroafricana y República Democrática del Congo. Pero el puesto que ocupan en este ranking no refleja de manera automática los progresos o retrocesos que han experimentado en la última década.

Por ejemplo, el segundo país de la clasificación es Mauricio, pero, sin embargo, registra en esta década un retroceso medio de cuatro puntos y es uno de los Estados donde la gobernanza retrocede más, especialmente en lucha contra la discriminación y salud. En el otro lado, Somalia, penúltimo de la lista por delante de Sudán del Sur, ha avanzado, sin embargo, 6,8 puntos frente al tímido punto de avance que registra el continente. “Somalia está entre los tres países que más progresos han registrado en esta década”, celebra el informe, destacando sobre todo sus avances en vivienda, legislación y todo el respeto a las libertades democráticas.

Otros países como Marruecos, Costa de Marfil, Benín y Angola han logrado avances sustanciales durante la década 2014-2023, pese a no estar necesariamente en los primeros lugares de la clasificación. Angola, por ejemplo, se sitúa en el puesto 36º, pero registró importantes progresos en estos años, sobre todo en lucha contra la corrupción.

Por otra parte, la fundación alerta de los preocupantes deterioros observados en Túnez, que registra el mayor retroceso del continente en materia de transparencia y libertades, y en República Democrática del Congo, Sudán y Etiopía, donde los conflictos asfixian otros progresos en desarrollo sostenible e igualdad de género.

Los notables avances registrados por países como Marruecos, Costa de Marfil, Seychelles, Angola y Benín, y en algunos ámbitos clave, como las infraestructuras y la igualdad de la mujer, deberían ofrecer esperanzas de lo que puede lograrse
Mo Ibrahim, presidente de la Fundación

“El nuestro es un enorme continente de 54 países, con tendencias muy divergentes, algunos con trayectorias sorprendentemente exitosas, otros con preocupantes señales de alarma. Los notables avances registrados por países como Marruecos, Costa de Marfil, Seychelles, Angola y Benín, y en algunos ámbitos clave, como las infraestructuras y la igualdad de la mujer, deberían ofrecer esperanzas de lo que puede lograrse”, insistió Mo Ibrahim.

Por último, la fundación subraya la dificultad que conlleva conseguir este amplio abanico de datos en África, donde sigue faltando información oficial sobre aspectos como la corrupción, educación o economía rural que les impiden incluir más variables u ofrecer una información fiable. “Siguen existiendo lagunas de datos sobre gobernanza en cuestiones como la economía informal, las estructuras y capacidades sanitarias, el trabajo infantil, los flujos financieros ilícitos, la prevalencia de la discriminación y los delitos motivados por el odio, la discapacidad y el reciclado y la gestión de residuos”, recalca la institución.

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