“La corrupción es el enemigo número uno del desarrollo sostenible”
Foluke Michael, impulsora de la Iniciativa de Juventud Creativa contra la Corrupción en Nigeria, sueña con formar a una nueva generación de líderes honestos
Nigeria ocupa la posición 148 de 180 en el último índice de percepción de la corrupción de Transparencia Internacional. Para Foluke Michael, este es el mayor problema que enfrenta su país. Y África. Pero ella no es de las que se quejan de los males que frenan el progreso de su nación y no hace nada al respecto. En su opinión, la solución está en las nuevas generaciones, en los líderes, ciudadanos, trabajadores, funcionarios, padres y madres de mañana, por eso impulsó la Iniciativa Juvenil Creativa contra la Corrupción (CYAC, por sus siglas en inglés). Un proyecto que busca inculcar la cultura de la integridad entre los jóvenes y por el que recibió el Primer Premio de Acción para los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en su categoría de innovación.
"Los jóvenes son creativos y tienen respuestas para grandes problemas de la humanidad. Increíblemente, usan diferentes medios para abordarlos como el teatro, la danza, la gastronomía...", afirma Michael. "Y, por supuesto, el mayor problema que tenemos en África es la corrupción entre los líderes", apostilla. "Más del 80% de nuestros dirigentes son las personas erróneas que, aún si tienen más de un millón de dólares, roban. ¿Qué clase de líderes cleptómanos tenemos que roban lo que no necesitan?", se indigna.
Esto es lo que, en su opinión, impide avanzar al continente en todo lo demás, la lucha contra el hambre y la pobreza, que todo el mundo tenga acceso a agua potable y saneamiento, o electricidad y unos sistemas de educación y sanidad de calidad. "La corrupción es el enemigo número uno del desarrollo sostenible", sentencia rotunda. Ninguno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU se conseguirá si este problema existe y persiste, considera. Pero esta nigeriana tiene una estrategia para erradicarlo: "Necesitamos desarrollar a la siguiente generación que salvará el mundo".
¿Qué clase de líderes cleptómanos tenemos que roban lo que no necesitan?
Michael sabe que su discurso no es muy común. A diferencia de quienes culpan de todos los males del continente a occidente, ella cree que la raíz del problema está principalmente dentro. "África es sostenible si los recursos que tiene son bien manejados. Si tuviéramos buenos líderes, seríamos incluso capaces de prestar ayuda a países que la necesiten", afirma. Pero la realidad es otra. De confirmarse las proyecciones del Banco Mundial, Nigeria podría convertirse en el país con más cantidad de personas en situación de pobreza extrema (99,2 millones) este 2018, superando a India (96,7 millones) que hasta la fecha estaba a la cabeza.
A través de la creación artística, entre otros mecanismos, Michael quiere despertar y afianzar la moral y ética de quienes tomarán decisiones clave en el futuro. "Se tienen que plantear qué harían ellos si llegan a ser presidentes, ministros, responsables el sector privado". Y mucho más que eso, subraya con ímpetu. Primero, enumera, hay que elaborar más campañas de sensibilización dirigidas a los ciudadanos. "Para que nos demos cuenta del impacto que tiene en nuestro entorno inmediato lo que hacemos cada día. Dejemos de lado al Gobierno, hablemos de nosotros, preguntémonos cómo afectan al medio ambiente nuestras acciones".
Con vídeos, la organización quiere lograr un objetivo: erradicar la cultura de la indisciplina porque tiene efectos en el medio ambiente. "Tenemos que decirle a la gente que son parte del problema. No es solo cosa de los líderes". Realizados con un toque de humor, Michael es consciente de que habrá quien los vea y se ría. "Pero otros pensarán ‘mira, si cambio esto, África cambiará", se muestra esperanzada. "Todos en África tenemos un papel que jugar para hacer el continente más sostenible", añade.
"Lo segundo es intervenir en escuelas", sigue. Su propósito es conseguir que la corrupción sea una materia. "Para que los niños desde pequeños sean conscientes de que si son corruptos tendrán problemas", argumenta. De tal modo que cuando vayan creciendo, "sabrán que tienen que esforzarse, estudiar, ser emprendedores de éxito y trabajar duro. Y que no tienen que robar". Michael avanza que su organización ya está en contacto con los responsables políticos del ramo para hacer de esta idea una realidad. "Pero no solo limitándose a ir a una clase para explicar que la corrupción está mal, sino dándoles un tema, por ejemplo una norma que no funciona y debatir después el porqué", sugiere.
El problema de Occidente es que tenemos corrupción y ustedes nos están dando ayuda. ¿Por qué no colaborar para tener menos corrupción?
El tercer paso en el plan de la CYAC es apoyar especialmente a las niñas. "Por eso nos enfocamos el ODS 5, para lograr la igualdad de género. Les damos formación a las chicas, explica. En este sentido, uno de los proyectos que impulsa la organización es Techie Girls (chicas tecnológicas). "Se trata de darles tecnología, proporcionales un entorno adecuado y dejarles crear. Que toman el liderazgo para cambiar las cosas", detalla. Michael cree que si las pequeñas llegan a ser mujeres empoderadas y con voz como ella lo es, "África sería un mejor lugar para vivir".
"También tenemos un foro creativo en el que los jóvenes vienen con ideas e innovaciones y les enseñamos, mientras están en la escuela, a vendérselas a diferentes organizaciones de emprendedores, dueños de negocios, industrias… Les mostramos que sus ideas se pueden convertir en dinero", sigue contando las actividades por la que su organización ha sido reconocida.
Sin rehusar entonar el mea culpa, Michael también insta a los donantes a realizar autocrítica. "La ayuda que traen la ONU o la Unión Europea, ¿cómo la monitorean? Ese es el problema de occidente, tenemos corrupción y ustedes nos están dando ayuda. No se trata de que vengan a alimentarnos, sino de que lo hagamos nosotros mismos. ¿Por qué no colaborar para tener menos corrupción? Es necesaria más rendición de cuentas e integridad", solicita.
Sus críticas sin filtros a los poderosos dificultan, de hecho, que iniciativas como la suya reciban una parte de la financiación internacional que se canaliza a través de los Gobiernos. "¿Quién va a querer dar dinero a una organización que denuncia la corrupción de quienes tienen dinero?".
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