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El avance de los derechos de las mujeres en el mundo se topa con el racismo y la desigualdad

La mortalidad materna o la tasa de embarazos adolescentes han mejorado en términos globales en las últimas décadas, pero han empeorado “en un número alarmante de países”, según el último informe de población de la ONU

Derechos de las mujeres
Mujeres refugiadas de Darfur Occidental esperan recibir un paquete de comida, en un campo de refugiados de Adre, en Chad, en la frontera con Sudán, el pasado 12 de abril.STRINGER (EFE)
Patricia R. Blanco

Los progresos conquistados en los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres han beneficiado especialmente a las más ricas, a las que pertenecen a grupos étnicos que ya tenían mejor acceso a la atención sanitaria y a las que más educación han recibido. Esta es la conclusión a la que llega el último informe del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), hecho público este miércoles, que confirma que millones de mujeres y niñas no han podido disfrutar de estos avances “por quiénes son o por dónde nacieron”.

“En el periodo que comprende una generación, hemos reducido los embarazos no deseados en una quinta parte, hemos bajado un tercio la tasa de mortalidad materna y hemos aprobado leyes contra la violencia machista en más de 160 países”, afirmó Natalia Kanem, directora ejecutiva del UNFPA, durante un encuentro con periodistas el pasado lunes. Sin embargo, “pese a este progreso, las inequidades en nuestras sociedades y en nuestros sistemas de salud se han ensanchado” porque el racismo, el sexismo y otras formas de discriminación siguen bloqueando la conquista de los derechos sexuales y reproductivos de millones de mujeres en el mundo, según consideró. Y añadió: “No se han priorizado los derechos de las mujeres” y, en cambio, se “politiza su cuerpo” como arma para “dividir” a la sociedad.

El documento del UNFPA, titulado Vidas entrelazadas, hilos de esperanza: acabar con las desigualdades en materia de salud y derechos sexuales y reproductivos, se publica en el año en el que se cumple el 30º aniversario de la Conferencia sobre Población y Desarrollo de El Cairo, un momento histórico en el que 179 gobiernos se comprometieron por primera vez a situar los derechos de las mujeres en el centro del desarrollo sostenible. Desde entonces, las cifras avalan muchos de los hitos alcanzados: la mortalidad materna ha caído un 34% desde 2000, el número de niñas y jóvenes que son madres entre los 15 y los 19 años se ha reducido en un tercio durante el mismo periodo, entre 1990 y 2021 se ha duplicado el número de mujeres que utilizan métodos anticonceptivos modernos y el número de nuevas infecciones de VIH fue en 2021 un tercio menor que en 2010.

Una mujer africana con complicaciones durante el embarazo o el parto tiene 130 veces más probabilidad de morir que una mujer de Europa o Norte América

Sin embargo, alerta el UNFPA, las mujeres y niñas que son pobres, que pertenecen a minorías raciales, étnicas o indígenas, que viven en países en conflicto, que tienen una discapacidad o que no se identifican con los cánones heteronormativos apenas forman parte de la población que se ha beneficiado.

Los datos también avalan esta conclusión. Una mujer africana con complicaciones durante el embarazo o el parto tiene 130 veces más probabilidad de morir que una mujer de Europa o Norte América. Pero aunque viva en Estados Unidos, si es afrodescendiente la estadística tampoco juega a su favor: la posibilidad de que pierda la vida es tres veces más alta que la media nacional. Unas 800 mujeres fallecen cada día en un parto, 500 de ellas en países en conflicto, pese a que la mayor parte de estas muertes se podrían evitar con la asistencia sanitaria adecuada. Y es 10 veces más probable que una mujer con discapacidad sufra violencia machista que otra sin ella, agresiones que también experimentan con mayor frecuencia las mujeres LGTBI.

Crisis climática y conflictos

La mortalidad materna es, según el UNFPA, un reflejo de la “disparidad” que existe entre los territorios y dentro de ellos. En las últimas décadas, en términos globales, muchas menos mujeres mueren durante la gestación o al dar a luz, aunque la cifra lleva estancada desde 2016 y está empeorando en “un número alarmante de países”, avisa el organismo de la ONU. “Las madres mueren porque no hemos priorizado sus derechos reproductivos, pese a que en la conferencia de El Cairo, hace 30 años, se acordó que no tenían que morir al dar a luz”, añadió Kanen. Por ejemplo, según el UNFPA en América, una afroamericana tiene más probabilidades de sufrir maltrato obstétrico que otra de procedencia europea y en Madagascar las mujeres más ricas tienen cinco veces más posibilidades de ser atendidas en el parto que las mujeres pobres.

Entre los derechos por conquistar, Kanen recordó que todavía una de cada cuatro mujeres en el mundo no puede decir “no” al sexo con su pareja y una de cada 10 no puede elegir los métodos anticonceptivos que desea emplear.

Una de cada cuatro mujeres en el mundo no puede decir “no” al sexo con su pareja
Natalia Kanem, directora ejecutiva del UNFPA

Y la situación empeora aún más en conflictos y en contextos de catástrofes climáticas, cada vez más frecuentes como consecuencia del calentamiento del planeta, porque “son situaciones que dejan a las mujeres sin atención sanitaria”, añadió Kenan. “Siempre que hay huracanes o inundaciones, por ejemplo, las mujeres y los niños son sin excepción los más desfavorecidos”, lamentó. La directora ejecutiva del UNFPA recordó que es responsabilidad de la comunidad internacional asegurar que en una crisis las mujeres pueden dar a luz en condiciones de seguridad y no sufran violencia sexual. “La vulnerabilidad de las mujeres en conflicto es enorme: están aumentando los ataques contra ellas”. Y al mismo tiempo, denunció, “los trabajadores sanitarios y los centros de salud se han convertido en objetivos de guerra”.

“Las mujeres están siendo atacados en gran parte del mundo”, coincidió Tlaleng Mofokeng, una de las autoras del informe, durante el encuentro con periodistas. “Hay maquinarias que buscan quitarles los derechos o limitar su participación en el activismo”, añadió la investigadora, que abogó por “hacer visibles a los invisibles” para seguir poniendo en primera línea la defensa de la mujer como base del desarrollo.

La solución pasa, según el UNFPA, por una mayor inversión. “Estas inversiones también generarían importantes beneficios económicos”, explicó Kanen. Por ejemplo, gastar 79.000 millones de dólares (74.320 millones de euros) en planificación familiar y salud materna salvaría “a un millón de mujeres” de morir en un parto hasta 2050, lo que a su vez supondría beneficios económicos de unos 660.000 millones de dólares, según el organismo de Naciones Unidas. Acabar con la violencia machista, que la ONU calcula que le cuesta a la economía mundial un 5% del PIB, “supondría beneficios inmediatos y a largo plazo para la productividad y los ingresos, con efectos en cascada a través de las generaciones”, añade el informe. Además, añadió Kanen, “promover la igualdad de género en los sectores público, privado y social” añadiría al producto interior bruto mundial unos “12 billones de dólares”.

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Sobre la firma

Patricia R. Blanco
Periodista de EL PAÍS desde 2007, trabaja en la sección de Internacional. Está especializada en desinformación y en mundo árabe y musulmán. Es licenciada en Periodismo con Premio Extraordinario de Licenciatura y máster en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid.
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