Ya está aquí: el Gilead de Milei
El Gobierno argentino hace bandera de su lucha contra lo que denomina ideología de género
![Multitudinaria protesta convocada por colectivos LGTBIQ+, el pasado 1 de febrero en Buenos Aires.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/VVKMCRBMSV2OFR73FDUJA3TAOM.jpg?auth=1fa2f9ae397d5b5fd6c62c47e29c6b38dc9432f1ddd77b989c2869b6da5c80ae&width=414)
En la última conferencia de Davos, el presidente argentino Javier Milei afirmó que “en sus versiones más extremas, la ideología de género constituye lisa y llanamente abuso infantil”; cargó contra la cultura woke —”es la gran epidemia de nuestra época (…), el cáncer que hay que extirpar”—, y asoció a parejas homosexuales con pedofilia. El sábado 1 de febrero las organizaciones LGTBIQ+ convocaron en Buenos Aires a una marcha para repudiar sus dichos. Fue multitudinaria. Días después, el Ejecutivo anunció que la Argentina abandonará la Organización Mundial de la Salud (Milei ya había calificado a sus miembros como “ideólogos de la cuarentena más cavernícola”); que se modificará la ley de Identidad de Género y se prohibirán los tratamientos de hormonización y adaptación en menores de 18 años.
Para que estas medidas se cumplan es necesario atravesar procesos complejos, obtener aprobación en el Congreso, pero toda esa bravata queda ahí —”en la Argentina de Milei, la condición del energúmeno de las redes es el tono de la gestión estatal”, dijo el escritor argentino Martín Kohan—, dibujando un país parecido a Gilead, la nación imaginada por Margaret Atwood en El cuento de la criada, donde las mujeres son cuerpos reproductores sometidos al deseo de sus amos y nadie puede ser gay. Los antecedentes suman alarma: se desfinanció el plan ENIA de prevención del embarazo adolescente y se intenta —en ocasiones con éxito— cancelar contenidos de la Educación Sexual Integral que se dicta en los colegios. Funcionarios y exfuncionarios cuestionaron la ley del aborto y el ministro de Justicia asegura que el Gobierno buscará eliminar “la figura del femicidio del Código Penal. Porque esta Administración defiende la igualdad ante la ley (…). Ninguna vida vale más que otra”. En plena pandemia, mi padre me preguntó: “¿Tenés miedo?”. Le respondí: “No tengo miedo de morirme. Tengo miedo del mundo que va a venir después”. Ese mundo ya está aquí. Y lo que siento no es miedo sino algo mucho peor.
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