Milei acusa a Sánchez en Davos de querer “callar a todos los que piensan distinto”
El presidente argentino exhorta a la alianza internacional derechista a “extirpar el cáncer de la ideología ‘woke”
El presidente de Argentina, Javier Milei, ha tratado este jueves en el Foro de Davos de espolear la cruzada cultural de las formaciones de ultraderecha con un discurso de contenido ideológico radical que aboga por “extirpar el cáncer de la ideología woke”, en referencia a la corriente izquierdista especialmente atenta a las injusticias sociales que afectan a grupos discriminados, proponiendo una fuerte acción correctiva. Desde el principio, Milei saludó a los que considera compañeros de una “alianza internacional”, desde el “maravilloso” Elon Musk hasta la “feroz” Giorgia Meloni, desde Donald Trump y Nayib Bukele, líder de El Salvador, hasta Viktor Orbán, primer ministro húngaro, y Benjamín Netanyahu, el dirigente israelí. Y justo después del discurso, en las instalaciones del centro de congresos que hospeda el Foro Económico Mundial, acusó al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, de intentar “callar a todos los que piensan distinto”, según recoge la agencia Efe, en alusión a las propuestas en materia de redes sociales que el líder español había planteado el día anterior en el foro. Milei calificó el discurso de Sánchez de “lamentable, como todas las cosas que dice y hace”.
La alocución y la polémica con Sánchez encarnan la voluntad de Milei de librar una gran batalla ideológica. El intento es de tal calibre que, en un discurso de media hora ante la platea del Foro Económico Mundial, el presidente argentino no hizo ninguna referencia al desempeño económico de su país, ciñéndose a ese tipo de mensajes ideológicos. El líder argentino ha protagonizado ya varios desencuentros previos con el presidente español.
Milei presentó el “virus mental de la ideología woke” como el denominador común en “los países que están fracasando”, y sostuvo que ha “colonizado las instituciones más importantes del mundo”. Según Milei, “muchos Estados y la Unión Europea han sido brazos armados de esa ideología siniestra y asesina”. También lanzó ataques contra organismos multilaterales bajo el mismo concepto, e incluyó al propio Foro Económico Mundial en el saco.
En su construcción, esa doctrina woke —una ideología con especial arraigo entre nuevas generaciones y en sectores cultivados— sería la raíz de una evolución desde el apego a la “libertad frente al tirano” hasta “la liberación” de injusticias sociales que él rechaza, calificando de “siniestra, injusta y aberrante” la idea de la justicia social. De ahí lanzó sus habituales andanadas contra el papel del Estado, a su juicio abusivo y contraproducente.
El discurso estuvo plagado de hipérboles retóricas —como contra la que denominó “agenda sanguinaria y asesina del aborto”— y de abiertas y abundantes manipulaciones de la realidad, como aquellas referidas a cuando un “hombre se disfraza de mujer y mata a su rival en un ring de boxeo” o “cuando un preso alega ser mujer y termina violando a cuanta mujer se le cruce por delante de la prisión”. En materia de cambio climático, Milei dijo: “Cuando uno argumenta que la Tierra ha tenido ya cinco ciclos de cambio brusco de temperatura y que en cuatro de ellos el hombre ni existía nos tildan de terraplanistas para desacreditar nuestra idea sin importar que la ciencia y los datos estén de nuestro lado”. Según él, “pasamos a un ambientalismo fanático donde los seres humanos somos un cáncer que debe ser eliminado”. El consenso científico acerca del papel decisivo de las actividades humanas en el cambio climático que se acelera es absoluto.
El discurso de Milei dibujó con claridad los términos de una brutal batalla ideológica que líderes populistas de ultraderecha acompañados por oligarcas tecnológicos —convencidos por ideas o por intereses— libran en los últimos tiempos. El objetivo es demoler consensos básicos de las últimas décadas, como los elementos de contención al capitalismo, la redistribución de la riqueza o la agenda para favorecer la igualdad de grupos discriminados. El regreso de Trump a la Casa Blanca sin duda galvaniza a estas fuerzas en el emprendimiento.
En su discurso del día anterior, Sánchez había llamado a responder ante los flujos de información tóxica que envenenan las democracias. “La tecnología que pretendía hacernos más libres se ha convertido en la herramienta de nuestra opresión. Las redes sociales que iban a traer unidad, claridad y democracia han traído división, mentiras y una agenda reaccionaria”, dijo, señalando el riesgo de erosión de la democracia y proponiendo medidas para corregir la deriva.
La platea de Davos recibió con frialdad el discurso de Milei. Al menos una docena de personas se levantaron de sus sillas y salieron de la sala durante la alocución, en un flujo poco habitual en las intervenciones de los jefes de Estado en Davos. El tradicional aplauso final sonó mínimo, no hubo el consuetudinario intercambio de ideas posterior a la alocución oficial de un jefe de Estado, y no era difícil encontrar rostros atónitos y comentarios indignados al final del acto.
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