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EDITORIAL
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Tolerancia cero frente a la corrupción

La gravedad de los indicios contra el exministro Ábalos en el ‘caso Koldo’ requiere una mayor transparencia por parte del Gobierno

Ábalos, en septiembre en su escaños en el Congreso.
Ábalos, en septiembre en su escaños en el Congreso.Claudio Álvarez
El País

José Luis Ábalos, ex secretario de Organización del PSOE y exministro de Transportes, es una de las personas clave para explicar el éxito de Pedro Sánchez en su carrera orgánica e institucional. Desde esta semana es, además, la mancha principal en el expediente de ejemplaridad de todos los miembros de un Gobierno y un partido que en 2018 se presentaron ante la sociedad como ejemplo de tolerancia cero frente la corrupción. El informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil sobre las andanzas de Ábalos al frente de Transportes deja un rosario de pruebas que retratan a un político que unió su suerte a la de un asesor sin currículo, Koldo García, y un empresario sin escrúpulos, Víctor de Aldama, ya en prisión por una trama ajena a caso Koldo.

Durante los años que ejerció como ministro (2018-2021) Ábalos cobró en especie por los favores que supuestamente prestaba. Testaferros de Aldama y familiares de García pagaron casi 90.000 euros de un apartamento que habitó su pareja. Aldama, además, le consiguió en Cádiz un chalé valorado en más de medio millón de euros. Esos pagos en especie se produjeron después de que el empresario hiciera un negocio redondo —se calcula que ganó más de seis millones de euros— al lograr que el ministerio comprase mascarillas durante la pandemia a Soluciones de Gestión, una empresa en declive que se activó para ese fin.

El informe sobre el caso Koldo intenta descifrar también otros episodios. El rescate de Air Europa —avalado por el Tribunal de Cuentas y por el Tribunal General de la Unión Europea— estuvo precedido de todo tipo de presiones a Ábalos por parte de los directivos de la aerolínea a través de Aldama. En su intento por presentar a Pedro Sánchez como líder de la trama corrupta, el PP trata de vincular ahora la decisión del rescate de la compañía aérea con un encuentro de Begoña Gómez, esposa del presidente, con Javier Hidalgo, entonces consejero delegado de la aerolínea, que durante la pandemia se benefició del mismo trato que firmas como Volotea, Air Nostrum o Plus Ultra. No parece que los hechos recogidos en el informe avalen las sospechas del PP.

El viaje a España en enero de 2020 de la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, y su reunión con Ábalos en el aeropuerto de Madrid también es radiografiado por la UCO. Los mensajes de WhatsApp del entonces ministro al presidente sobre aquella visita destapan las medias verdades y mentiras que Ábalos contó acerca de su reunión en Barajas con la mandataria venezolana. Este episodio, sobre el que el Gobierno no dio explicaciones ni detalles, fue denunciado en los tribunales, pero la Audiencia Provincial de Madrid terminó archivando el caso. Con todo, las explicaciones de Sánchez este viernes no coinciden exactamente con las que dio en el Senado en 2020 sobre el momento en el que supo de la visita de Rodríguez. Es, por tanto, imperativo que aclare cuál de las dos versiones es la cierta. Nada en el informe de la Guardia Civil le implica, pero la presunción de inocencia en el ámbito jurídico no sustituye la exigencia política de transparencia. Se trataba de un miembro de su Gabinete y de una persona de su máxima confianza.

El presidente del Gobierno prescindió de Ábalos en 2021 sin que entonces se explicaran las causas, y decidió cortar por lo sano cuando estalló el caso Koldo y aún no había suficientes indicios para imputar al exministro. El PSOE lo suspendió de militancia y le pidió que entregara el acta de diputado. Ábalos se negó, se pasó al Grupo Mixto y dio explicaciones que, a la vista de lo conocido ahora, no eran más que una huida hacia delante. Sin embargo, sus presuntas ilegalidades y sus mentiras durante estos meses agravan la situación. Alguien que se ha aprovechado de esa forma de sus cargos públicos no debería seguir un minuto más sentado en el escaño que ganó al frente de la candidatura valenciana del PSOE en las últimas elecciones generales.

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