Qué se puede esperar de la nueva Comisión Europea
El nombramiento más destacado del equipo inmediato de Von der Leyen es el de Teresa Ribera quizá la única con el peso, la posición y los medios para plantar cara a su autoridad
Cuando se analiza una Comisión Europea recién constituida, es importante no quedarse en los nuevos títulos tan relucientes ni en quién ha conseguido qué vicepresidencias. Lo más importante es saber qué va a hacer por el futuro de la UE.
No parece que se vaya a avanzar mucho en los cambios que creemos que necesita la Unión. Por supuesto, el Gobierno francés estará descontento por haber perdido influencia, y el alemán está en pleno caos. Los políticos italianos se dan más prisa en alabar a su héroe local, Mario Draghi, que en seguir sus recomendaciones. Y tampoco hay un gran margen para impulsar el cambio desde los Estados miembros.
Con la sustitución de Thierry Breton por Stéphane Séjourné, y a cambio de ceder a los deseos de Ursula von der Leyen, Francia ha obtenido una de las vicepresidencias ejecutivas de la Comisión y una cartera de estrategia industrial. Pero la verdad es que Séjourné ha llegado hasta ahí de una forma que le deja en una posición un poco comprometida. Además, es un neófito, en comparación con las figuras que ocupan puestos más ejecutivos. De acuerdo con los planes de Von der Leyen, Valdis Dombrovskis va a ser el comisario de Economía y Maros Sefcovic, antiguo comisario de Relaciones Interinstitucionales, el nuevo comisario de Comercio.
Son dos de los miembros más experimentados y competentes de la Comisión. Dombrovskis ha ocupado diversos puestos desde 2016. Sefcovic, que ya había sido también comisario de Relaciones Interinstitucionales entre 2010 y 2014, es otro de los que permanecen de la última legislatura. Da la sensación de que su experiencia y su conocimiento de cómo funciona la Comisión van a hacer que, en la práctica, tengan más peso que Séjourné cuando sus competencias se solapen.
El polaco Piotr Serafin, que será el nuevo comisario de Presupuesto, es otro nombramiento crucial en el mismo sentido. Tiene mucha experiencia en las instituciones de la UE, incluida la propia Comisión, porque trabajó a las órdenes de Janusz Lewandowski cuando este ocupaba esa misma comisaría. El próximo presupuesto septenal de la UE entrará en vigor en 2028, así que su papel en estos años va a ser fundamental.
El nombramiento más destacado del equipo inmediato de Von der Leyen es el de Teresa Ribera como nueva comisaria de la Competencia. Ribera ha demostrado su capacidad como ministra para la Transición Ecológica en España y es el tipo de persona firme que conviene en este cargo. La pregunta es cómo va a alterarse la dinámica respecto a la actuación de Margrethe Vestager, que era de tendencia más liberal, y sin Breton para que sirva de contrapeso.
Otra cosa que se deduce de estos nuevos nombramientos es que Von der Leyen no está muy dispuesta a abandonar del todo la agenda verde. Ribera también asumirá parte de esa responsabilidad. En España ha sido una firme defensora de las políticas verdes, igual que lo ha sido el danés Dan Joergensen, nuevo comisario de Energía. Ninguno de los dos es muy partidario de la energía nuclear, aunque Ribera ha dicho que no va a impedir que se siga desarrollando.
Lo que no parece probable que cambie es el estilo de Von der Leyen a la hora de gobernar. En su mandato anterior, tomó muchas veces decisiones individuales y ahora ha demostrado que va a continuar en la misma línea, al quitarse de en medio a Breton. Los comisarios que están a sus órdenes tienen varias carteras cuyos contenidos se solapan, lo cual es perfecto para que los subordinados se dediquen a pelearse mientras ella se consolida en el centro. Ribera es quizá la única con el peso, la posición y los medios para plantar cara a su autoridad.
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