Von der Leyen presenta una nueva Comisión Europea para el reto de una UE más competitiva con Teresa Ribera como pieza clave
La vicepresidenta española será comisaria de Competencia y Transición Limpia. El Ejecutivo, con menos comisarias aunque paritario, será el más derechizado en décadas
La Unión Europea afronta un momento crucial. Con la guerra de Rusia contra Ucrania, la crisis climática y la pérdida de competitividad de la Unión frente a Estados Unidos y China en un mundo geopolíticamente cada vez más inestable, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha presentado la estructura del nuevo Ejecutivo europeo que se encargará de afrontar los enormes retos en una legislatura muy marcada por la seguridad económica y el impulso industrial. La actual vicepresidenta tercera del Gobierno de España y responsable de Transición Ecológica, Teresa Ribera, tendrá un papel muy destacado en el nuevo equipo, como vicepresidenta ejecutiva para Transición Limpia, Justa y Competitiva, y será la responsable de la poderosa y codiciada cartera de Competencia. Von der Leyen ha insistido en que todos los vicepresidentes y comisarios son iguales, pero en términos de protocolo Ribera sería la primera del equipo y sustituiría a la alemana en sus raras ausencias, según un portavoz de la Comisión. La socialista está llamada así a convertirse en la mujer fuerte de la política industrial europea. Con Italia, donde gobierna Giorgia Meloni, la ultraderecha tendrá también una vicepresidencia ejecutiva.
“Prosperidad, seguridad y democracia van a ser nuestras prioridades”, ha recalcado la alemana Von der Leyen en una conferencia de prensa en el Parlamento Europeo en Estrasburgo, en la que ha destacado el “compromiso” de la nueva Comisión con la competitividad, el gran lastre de la UE en los últimos años, según reconoce el reciente informe del expresidente del Banco Central Europeo Mario Draghi, que aborda recetas para impulsar la productividad del club comunitario y servirá de hoja de ruta para la próxima legislatura. “[Trabajaremos para] fortalecer nuestra soberanía tecnológica, nuestra seguridad y nuestra democracia; construir una economía competitiva, descarbonizada y circular, con una transición justa para todos; diseñar una estrategia industrial audaz centrada en la innovación y la inversión”, ha apuntado la presidenta de la Comisión, la más poderosa de las instituciones de la UE, que puede proponer nuevas regulaciones, firmar acuerdos de libre comercio y bloquear fusiones entre empresas, entre otras atribuciones.
Ribera es la única socialista con un puesto importante en una Comisión que, como ha pasado en toda Europa, ha girado a la derecha y que además ha dado un pequeño paso atrás en igualdad, con menos mujeres comisarias, aunque paritario (11 mujeres contando a Von der Leyen, un 40%). De hecho, la conservadora ha nombrado a más vicepresidentas mujeres, cuatro, que hombres, dos. La finlandesa Henna Virkkunen (Soberanía Tecnológica, Seguridad y Democracia) y la socialista rumana Roxana Minzatu (Gente, Habilidades y Preparación) tendrán una vicepresidencia.
La designación de Ribera ancla el papel de España, la cuarta economía del euro, como socio clave de la UE. Los nuevos vicepresidentes —también la estonia Kaja Kallas, designada por los Estados miembros como alta representante para Política Exterior y Seguridad— y comisarios tendrán que obtener aún el visto bueno de las comisiones del Parlamento Europeo. Von der Leyen espera que la nueva Comisión eche a andar el 1 de noviembre, pero con las audiencias parlamentarias puede haber retrasos.
Ribera reemplazará en el alto cargo comunitario a Josep Borrell, hasta ahora jefe de la diplomacia europea, y manejará asuntos sustanciales como la investigación de fusiones, la aplicación de normas antimonopolio y la política de ayudas de Estado, que algunos socios ya llevan tiempo queriendo reformar; una cartera que ostentaba la danesa Margrethe Vestager. Además, tendrá un papel destacado en la política industrial, que será la gran área en los próximos años.
El gran reto de Ribera será lograr que la agenda verde mantenga su peso en un Ejecutivo comunitario más derechizado y en un momento en el que los conservadores se han movilizado para diluirla. De hecho, su cargo alude a una transición “limpia”, y no verde. Además, varios comisarios tienen temas ambientales (desde Clima, el holandés Wopke Hoekstra, a Medio Ambiente y Economía circular, la sueca Jessika Roswall) y eso puede tener el riesgo de que, al dividir la materia, esta pierda fuerza. “La presidenta ha hecho una propuesta que refleja bien los grandes desafíos que tenemos por delante”, ha comentado este martes la española después de que Von der Leyen desvelara la estructura de su nuevo equipo. “Cuento con que desde la cartera que me corresponde, pasado el control del Parlamento, podamos contribuir de forma muy importante a mejorar la competitividad europea pensando en las personas, en los límites ambientales y trabajando juntos con el resto de comisarios”, ha añadido Ribera en Estrasburgo.
En primera línea del Ejecutivo comunitario, la conservadora alemana Von der Leyen, reelegida el pasado julio para una segunda legislatura, ha colocado, además de a Ribera, al liberal francés Stéphane Séjourné en Prosperidad y Estrategia Industrial. Como la española, la francesa es una cartera muy relacionada con la competitividad; Ribera y Séjourné tendrán que trabajar mano a mano.
El ultraderechista italiano Raffaele Fitto será vicepresidente ejecutivo para Cohesión y Reformas, otra cartera relevante que implica supervisar parte de la financiación europea y el desarrollo regional. El nombramiento para la cúpula comunitaria de Fitto —del grupo político ultra de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), el de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni—, con una importante vicepresidencia, ha desagradado profundamente a los Socialistas y Demócratas (S&D), a los liberales y a Los Verdes. La presidenta del grupo de los socialdemócratas en la Eurocámara, Iratxe García, lo ha definido como “problemático”.
España ha negociado a fondo para elevar el papel de Ribera dentro de la estructura comunitaria, pero también para tratar de equilibrar políticamente el colegio, con socialistas o afines (como el eslovaco Maros Sefcovic, Política Comercial) en puestos relevantes. Sin embargo, en un equipo con 14 comisarios del Partido Popular Europeo (más la presidenta Von der Leyen), cuatro socialistas, cinco liberales y dos de la extrema derecha, el giro hacia el conservadurismo ya se nota, por ejemplo, con la designación del austriaco Magnus Brunner (del PPE) como comisario de Interior e Inmigración. Austria es uno de los socios más duros en materia migratoria.
El letón conservador Valdis Dombrovskis, un veterano, tendrá un puesto clave en Economía y Productividad. Polonia, con Piotr Serafin, hasta ahora representante de Varsovia ante la UE, gestionará la cartera de Presupuesto, en un periodo crucial en el que muchas voces reclaman una reforma de los paquetes y se avista una modificación de cómo se reparten los fondos de cohesión y la Política Agrícola Común (PAC). María Luís Albuquerque, portuguesa del Partido Popular Europeo, tendrá la cartera de Servicios Financieros. El húngaro Olivér Várhelyi, que hasta ahora llevaba Ampliación, tendrá mucho menos peso en la próxima legislatura (si pasa la criba de la Eurocámara) y ocupará la cartera de Salud y Bienestar animal; un retroceso para Hungría y para su primer ministro nacionalpopulista, Viktor Orbán, que se ha convertido en el socio díscolo y el más problemático de la UE.
En la próxima Comisión Europea habrá además por primera vez un comisario encargado del problema de la vivienda, el socialista danés Dan Jorgensen (Energía y Vivienda), y para el Mediterráneo, la conservadora croata Dubravka Suica, que llevará también asuntos relacionados con migración y los pactos con los países del sur para frenar las llegadas a la UE. El lituano del PPE Andrius Kubilius será el primer comisario de Defensa y Espacio.
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