_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Tóxico Waterloo

El mal perder es cosa mala. Peor, si sucede a un mal ganar

Laura Borras y Jordi Turull saludan a Xavier Trias, en la investidura de Jaume Collboni como alcalde de Barcelona, el 17 de junio.
Laura Borras y Jordi Turull saludan a Xavier Trias, en la investidura de Jaume Collboni como alcalde de Barcelona, el 17 de junio.Albert Garcia
Xavier Vidal-Folch

Que us bombin”, o sea, que os den, que os zurzan. Esta frase de Xavier Trias al perder la Alcaldía de Barcelona ha ingresado en los anales del mal perder nacionalista. Juega en su favor que al candidato de Junts se le suele perdonar casi todo por su irónica bonhomía, casi siempre entrañable. Y que no supera el vitriolo supremacista de Marta Ferrusola. Cuando en 2004 Pasqual Maragall eyectó a su marido, Jordi Pujol, de la Generalitat, ella barbotó que se sentía “como si hubieran entrado a robarnos en casa”.

El mal perder es cosa mala. Peor, si sucede a un mal ganar. Porque Trías no llegó el primero al recuento por tener programa, ni por haber sido buen alcalde (aunque fue un buen conseller), sino por haber estigmatizado con eficacia a su principal rival, en idéntica táctica que el feijoísmo: tanto más que “derogar” el colauismo, intentó destruir la figura de Ada Colau. Feo.

Las explicaciones posteriores de los protagonistas y voceros indepes se sostienen mal. Ernest Maragall, el socio de Trias que siempre pierde aunque gane, calificó estrambóticamente la coincidencia que los desbancó (sociatas y comunes con apoyo pepero) de “un 155″; y Pere Aragonès, de “operación de Estado”. Cierto que el PP apoyó en el último minuto al socialista Jaume Collboni, pero porque no podía presentarse ante los suyos habiendo consagrado, siquiera pasivamente, al candidato de Waterloo: el problema es que Trias opacó en la campaña que lo era. Pero cuando él y Maragall pactaron y se ufanaron de que Barcelona tendría un alcalde secesionista, el efecto tóxico del unilateralismo despertó a los durmientes. Hizo estragos.

Enseguida se reveló que los convergentes carecen de un derecho natural a ocupar podios, como suelen creer. Y se verificó su doble vara de medir, pues una alianza tan natura o antinatura en Girona como la de Barcelona (Junts, Esquerra y la CUP y asociados) hizo alcalde a un indepe, cuando la candidata socialista había sido la primera: igual que Trias en la capital catalana.

Solo ocurrió que en esta el tipo del PSC logró una holgada mayoría de votos, 24 concejales, frente a los 15 de Trías (con Maragall): y pese al férreo apoyo de la patronal Foment, y otros círculos empresariales y editoriales. O que, como bien apunta Albert Branchadell en un diario trianero, “la realidad de los hechos es que el independentismo ni tiene ni ha tenido jamás [en Barcelona] esa mayoría” soñada: nunca ha superado el 41%.

Mal augurio para el 23-J. El mal perder allega poco entusiasmo. Y la principal candidata juntera, Míriam Nogueras, es Waterloo en estado puro de toxicidad, y para más inri, sin simpatrías.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_