El socialista Jaume Collboni alcanza la Alcaldía de Barcelona con el apoyo de última hora de los comunes y el PP
El partido de Ada Colau asegura que no estará en el gobierno municipal, lo que ha facilitado el sí del Partido Popular al candidato del PSC
El socialista Jaume Collboni ha conseguido, casi en tiempo de descuento, los apoyos suficientes para hacerse con la Alcaldía de Barcelona. Lo ha logrado con los votos de Barcelona en Comú, el partido de la exregidora Ada Colau, y los del Partido Popular. En total, ha logrado 23 votos, suficientes para apartar de la Alcaldía a quien creía tenerlo todo de cara para acceder al cargo, Xavier Trias, de Junts per Catalunya, sumando sus votos como primera fuerza (11) a los cinco de Esquerra Republicana. Es la segunda vez que un pacto de última hora frena un gobierno independentista en minoría después de que Ada Colau lograra la Alcaldía hace cuatro años, con los apoyos de los socialistas y del partido que creó el ex primer ministro francés, Manuel Valls. Ha sido una sesión tensa, agria, llena de reproches cruzados entre partidos y con frecuentes abucheos al PSC y a los comunes.
La triangulación que ha permitido la elección de Collboni ha sido posible gracias a que Barcelona en Comú ha decidido apoyar al candidato socialista sin integrarse en su Gobierno. Esto ha abierto la puerta a que el Partido Popular hiciera lo que había apuntado los últimos días: apoyar a Collboni siempre que se comprometiera a no incorporar a los de Colau a su Ejecutivo. Una vez elegido, la incógnita es cómo va a gobernar una corporación de 41 ediles con solo 10 concejales. Es la minoría más débil en la historia del plenario. Los comunes ya han advertido de que el nuevo gobierno en minoría tendrá que acordar con terceros todas sus decisiones importantes. En su discurso, el nuevo alcalde ha evitado expresar compromiso alguno con no incorporar a los comunes más tarde en su equipo de gobierno.
La formación morada ha anunciado la decisión de no entrar en un gobierno del PSC buscaba evitar que un ejecutivo de Junts “extienda alfombras rojas a los lobbies y a sectores favorables a las políticas de derecha”. Su intención, han señalado, “es hacer una oposición clara y sin ambigüedades”, y reprochan a los socialistas que no hayan hecho “ningún movimiento para alcanzar un acuerdo entre las fuerzas de izquierdas”. El partido de Colau precisa también que solo participará en un gobierno si es un tripartito, con PSC y ERC. Hasta ahora, ERC se ha mostrado totalmente contrario a gobernar con los socialistas en Barcelona.
En su primer discurso como alcalde, Collboni ha agradecido a los comunes y al PP que hayan hecho “un esfuerzo en un ejercicio de pragmatismo por razones distintas”. Ha defendido que la carambola de la votación para hacerlo alcalde —comunes votando pero apartándose y PP votándolo con el compromiso de que no gobierne con ellos—, “es lo mejor para Barcelona, es democráticamente legítimo y hay que respetarlo”. Y ha asegurado que ejercerá el cargo “con voluntad honesta e irrefutable”. “Quiero ser el alcalde de todos y todas”, ha concluido. Collboni ha garantizado que su gobierno escuchará y dialogará más que el de Colau. También ha citado al exalcalde Pasqual Maragall, un momento en el que en los bancos de los acompañantes de ERC ha habido un sonoro suspiro y algún que otro “¡joder!”. El jefe de filas de los republicanos, Ernest Maragall, es hermano del exalcalde del PSC. Bajando a la gestión, Collboni ha defendido la transición verde de la urbe, “asegurar el progreso económico de la ciudad, con empleo y vivienda asequible”, oportunidades y humanismo tecnológico. “Porque la gente es el motor de la ciudad”, ha dicho y ha añadido que es partidario de “extender el modelo Barcelona a todos lados”. También se ha referido al “gran reto de la vivienda, que será la gran prioridad de la ciudad”, ha prometido y ha asegurado que Barcelona será la primera ciudad en aplicar la regulación del alquiler. “No seremos dogmáticos, hay que crear alianzas con todos los sectores y administraciones”, ha señalado y se ha referido a la economía de la ciudad.
Fuentes del Partido Popular han asegurado que la mañana del jueves, el coordinador general del PP, Elías Bendodo, se puso en contacto con el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán. En esa llamada, según estas fuentes, el Partido Popular ofreció su apoyo a Collboni para conseguir la Alcaldía de Barcelona. La única condición planteada fue que Colau no entrara en el equipo de gobierno. El PP quería retirar la gobernabilidad de Barcelona “tanto al partido de Carles Puigdemont como a la izquierda rupturista y soberanista”. “Hoy arrebatamos al independentismo la posibilidad de gobernar en la ciudad, y logramos además retirar al populismo su mayor plaza institucional a nivel municipal”, sostienen estas fuentes. En cambio, fuentes socialistas aseguran que todas las conversaciones las han pilotado desde el PSC.
El último movimiento de los comunes ha llegado después de que la tarde del viernes y la mañana de este sábado hayan sido verdaderamente agitadas: ha habido reuniones entre socialistas y comunes —incluso entre Colau y Collboni— y de una coordinadora extraordinaria del partido de Colau a mediodía. La decisión de los comunes supone salvar la cabeza de Colau, que es lo que exigía el PP si los comunes gobernaban con el PSC. Pero contradice lo que hasta el viernes mantenía su dirección: que no participarían en “ningún acuerdo que implique al PP”, ni para dar el gobierno a los socialistas, a quienes el PP exigía desmontar el legado de Colau. “Trias no es lo que necesita Barcelona, no es bueno que llegue a este plenario con un acuerdo con ERC para hacer un frente independentista que haga oposición a un Gobierno de España del Partido Popular”, ha dicho Daniel Sirera, candidato del PP, para justificar su voto.
La hasta hoy alcaldesa de Barcelona ha defendido su voto favorable a Collboni argumentando que no podía permitir que Junts per Catalunya se hiciera con la Alcaldía. “Comprenderá, señor Trias, que nosotros tuviéramos la responsabilidad de evitar un gobierno municipal suyo que pretendía desmantelar toda nuestra obra”, ha dicho recordando que Junts votó en contra de la nueva Ley de Vivienda, entre otras medidas. También ha querido dejar claro que no espera entrar en el ejecutivo municipal a menos que sea posible un pacto de toda la izquierda, incluida ERC. “Vamos directos a la oposición, no porque lo haya dicho el Partido Popular, sino porque así lo han decidido nuestros órganos de gobierno”, ha dicho. También ha aclarado que han votado a Collboni “sin entusiasmo” porque no ha querido facilitar un pacto de las tres fuerzas progresistas. “Hemos actuado para tener un mal menor”, ha concluido.
Visiblemente molesto, Trias ha tomado la palabra y se ha dirigido a su familia (mujer, hijos y nietos): “Las elecciones son esto, unos ganan y otros pierden. Hay gente que sabe perder, y hay gente que no sabe perder con elegancia. No se atreven a mirarme a la cara”. Con un mensaje contundente, muy aplaudido en las filas de Junts y de ERC, el neocovergente se ha dirigido a Collboni, Sirera y Colau y ha afirmado: “Hoy hacen un mal favor a la ciudad, vuelven a hacer lo mismo, saben que no es verdad lo que dicen, cuentan mentiras, se equivocan tanto que no se atreven a mirarme a la cara. Saben que se van a casa sin la conciencia tranquila”, les ha dicho después de recordar la operación de 2019 para impedir que Maragall fuera alcalde. “O el intento del Gobierno central de destituirme, explicando que yo tenía 12 millones [en alusión a la Operación Cataluña, que le atribuyó una cuenta corriente en Suiza que resultó ser falsa] y perdía las elecciones. Y aquí hay gente que se presentó a las elecciones utilizando esto en mi contra [en referencia a Colau en 2015]”. La dureza del discurso de Trias ha llegado hasta el final: “Ustedes crean un ambiente de enfrentamiento. Y les digo tranquilamente, a mis 76 años yo decía ‘si no salgo alcalde, que os zurzan a todos’. Los míos me decían ‘no lo digas más’. No lo digo más, pero lo pienso”. El veterano político ha dejado caer que, como avanzó durante la campaña, abandonará su escaño al no ser investido alcalde.
El pleno constitutivo del Ayuntamiento de Barcelona ha comenzado con retraso porque algunos concejales no estaban presentes en la sala a la hora fijada, las cinco de la tarde. La sorpresa por el movimiento de los comunes que ha permitido finalmente la investidura del socialista Jaume Collboni con el apoyo del PP ha sido mayúscula. El público asistente en el Saló de Cent, el más noble del Ayuntamiento, ha seguido a través de los móviles los últimos acontecimientos. Las caras de sorpresa han sido la norma, especialmente entre los invitados de Junts per Catalunya. El expresidente de la Generalitat, Artur Mas; la presidenta de Junts, Laura Borràs, y el secretario general de la formación, Jordi Turull, han intercambiado mensajes hasta el último momento para ver si su candidato, Xavier Trias, todavía tenía posibilidades de ser alcalde. Pronto se ha visto que no sería así, ya que el candidato del PP, Daniel Sirera, ha retirado su candidatura, con lo que dejaba libre el camino de Collboni. También ha habido caras largas en Esquerra Republicana. En la sala estaba presente Oriol Junqueras, presidente de ERC, y Ester Capella, consejera de Territori de la Generalitat. Los dos han asistido con posado muy serio a la espera por el comienzo del pleno. ERC lo había apostado todo al pacto con Trias en Barcelona, y había desdeñado desde el primer momento un acuerdo con los socialistas y los comunes. La elección de Collboni supone un golpe añadido a unos resultados ya de por sí malos para los republicanos en toda Cataluña.
El candidato de Esquerra Republicana, Ernest Maragall, ha lamentado el acuerdo que ha facilitado la investidura de Collboni. Ha señalado que es un “pacto indigno” y ha felicitado a Xavier Trias por haber “asumido el riesgo” de intentar gobernar con un acuerdo “pensado solo para Barcelona”. Lo ha dicho para contraponer su acuerdo fallido al que ha permitido la investidura de Collboni, que los independentistas señalan por haber estado “cocinado desde Madrid”. “Collboni no lo tendrá fácil, la ciudadanía no perdonará este espectáculo”, ha dicho Maragall.
A cinco semanas del 23-J los populares hacen alcalde a un socialista, pero se llevan un trofeo de caza mayor: la cabeza de Colau y haber evitado un gobierno independentista. El segundo logro, lo reivindicarán también PSC y PSOE. Y la líder de Sumar, Yolanda Díaz, podrá presumir de la responsabilidad de los comunes al frenar el regreso de la derecha en Barcelona. Para los comunes, la decisión tiene una trascendencia de consecuencias imprevisibles.
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