Trump viajó en el avión de Epstein “muchas más veces” de lo que se creía, según nuevos papeles del Departamento de Justicia

El Departamento de Justicia de Estados Unidos liberó este lunes al filo de la medianoche nuevos documentos relativos al caso del millonario pederasta Jeffrey Epstein. En el nuevo lote, accesible aquí, hay unos 11.000 archivos, entre correos electrónicos, fotos, documentos judiciales y múltiples referencias al presidente Donald Trump, prácticamente ausente en la primera desclasificación, del viernes pasado. También llama la atención la imagen de un pasaporte falso del financiero. Es austriaco, y en él se hace llamar Marius Robert.

A falta de un estudio pormenorizado del conjunto, que, de nuevo, viene profusamente censurado, en este destaca un correo electrónico enviado por el fiscal del distrito sur de Nueva York el 7 de enero de 2020. Se titula “Registros de vuelos de Epstein”. Se puede leer aquí, y dice: “Para su conocimiento, queríamos informarles de que los registros de vuelos que recibimos ayer reflejan que Donald Trump viajó en el jet privado de Epstein muchas más veces de lo que se había informado anteriormente (o de lo que sabíamos), incluso durante el periodo en el que prevemos presentar cargos en el caso de Maxwell”.

Maxwell es Ghislaine Maxwell, mejor amiga del financiero pederasta, condenada en 2020 a 20 años de prisión, que está cumpliendo en una cárcel de mínima seguridad en Texas. Fue hallada culpable de complicidad en la red de tráfico sexual con centenares de víctimas menores de Epstein.

En ese mail, se especifica también que Trump “figura como pasajero en al menos ocho vuelos entre 1993 y 1996, incluyendo al menos cuatro en los que también estaba presente Maxwell”. Se indica asimismo que viajó con varios miembros de su familia: Marla Maples, su segunda esposa, la hija de ambos, Tiffany, y Eric, fruto del primer matrimonio del entonces magnate inmobiliario.

En uno de esos registros, consta que en cierta ocasión “él y Epstein fueron [en 1993] los únicos pasajeros registrados”. En otro, a los dos amigos les acompaña una “mujer de 20 años cuya identidad ha sido censurada”. Hay dos vuelos más, en los que figuran “nombres de mujeres que podrían ser posibles testigos en el caso de Ghislaine Maxwell“.

También hay una carta enviada en 2019 por el financiero a Larry Nassar, médico del equipo femenino de gimnasia de Estados Unidos, condenado por abusar de decenas de deportistas menores entre 1996 y 2014. Dice: “Estimado L.N., como ya sabes, he tomado el camino más corto a casa. ¡Buena suerte! Compartimos algo en común: nuestro amor y preocupación por las jóvenes, con la esperanza de que alcancen todo su potencial. Nuestro presidente también comparte nuestro gusto por las chicas jóvenes y atractivas. Cuando una joven hermosa pasaba a su lado, le encantaba manosearlas, mientras que nosotros hemos terminado comiendo en los comedores de la prisión. La vida es injusta. Atentamente, J. Epstein“. La misiva la envió poco antes de su muerte, que el forense dictaminó que fue un suicidio.

Una amistad rota

Trump y Epstein fueron amigos durante unos 15 años. Su relación se rompió, según el presidente de Estados Unidos, en 2004, después de que, de nuevo a tenor de su relato, este lo echara de su club-residencia Mar-a-Lago, en Palm Beach (Florida) porque el financiero se comportaba como un “bicho raro” con algunas empleadas. En estos años nunca ha sido posible demostrar que Trump participara de los delitos de Epstein ni que tuviera conocimiento de ellos. Los últimos papeles difundidos por el Departamento de Justicia tampoco prueban nada en ese sentido.

Son el tercer conjunto de documentos del caso puestos a disposición del público tras los del viernes y de un pequeño lote, el sábado. Se publicaron primero en la tarde del lunes para después desaparecer sin explicación de la web en la que el Gobierno está obligado a publicarlos por una ley aprobada por la inmensa mayoría del Congreso. Finalmente, los 11.000 documentos, casi 30.000 páginas en total, volvieron a salir a la luz pocas horas después. Fue otra prueba del caos que está gobernando en los últimos días las acciones del Departamento de Justicia.

En los nuevos papeles hay un vídeo falso que supuestamente muestra el momento en el que Epstein se suicidó en 2019 en una celda de máxima seguridad de Manhattan en la que aguardaba a ser juzgado; dura 12 segundos, y se lo envió al FBI alguien, que se identifica como “amigo de un amigo” del millonario, porque quería saber si el material es verdadero. Horas después de su publicación fue retirado por las autoridades, que siempre han sostenido que en el interior de su celda no había una cámara de seguridad.

También llama la atención un documento que muestra que en 2021 se envió una citación judicial a Trump a Mar-a-Lago, se entiende que solicitada por el FBI, para pedir documentos relacionados con el caso de Maxwell. The Washington Post destaca, por su parte, “varias pistas recopiladas por el FBI sobre la relación de Trump con Epstein y las fiestas celebradas en sus propiedades a principios de la década de 2000″. Los documentos no revelan si se llevaron a cabo investigaciones posteriores ni si se corroboró alguna de las pistas.

El Departamento de Justicia envió a eso de las 7.30 un mensaje en su cuenta de X, con una advertencia: “Algunos de estos documentos contienen acusaciones falsas y sensacionalistas lanzadas por el FBI justo antes de las elecciones de 2020 [que ganó el demócrata Joe Biden]. Seamos claros: esas afirmaciones no tienen fundamento y son falsas, carecen de cualquier atisbo de credibilidad. (...) Pese a todo, debido a nuestro compromiso con la transparencia, estamos liberando estos documentos con las obligaciones requeridas por la ley para proteger a las víctimas de Epstein”.

Personas “muy respetadas”

El lunes, durante una comparecencia ante los medios en Mar-a-Lago, Trump dijo que la publicación la semana pasada de miles de fotografías de los papeles Epstein corría el riesgo de implicar a personas “muy respetadas” sin conexión con los crímenes del financiero. La prensa quiso saber concretamente la opinión del republicano sobre las comprometedoras imágenes del expresidente Bill Clinton, que fueron las verdaderas protagonistas de aquella primera desclasificación. Trump calificó de “terrible” el hecho de que se hubieran difundido.

“No me gusta que se muestren las fotos de Bill Clinton. No me gusta que se muestren las fotos de otras personas. Creo que es algo terrible”, dijo Trump. “Creo que Bill Clinton es un hombre adulto, y que puede defenderse. Pero probablemente se estén exponiendo fotos de otras personas que se cruzaron con Jeffrey Epstein inocentemente hace años... y son banqueros, abogados y otras personas muy respetadas”. Trump añadió que el millonario pederasta “estaba por todas partes en Palm Beach”, exclusivo municipio de Florida en el que este tenía una casa y en el que se encuentra Mar-a-Lago.

Clinton, quien, como Trump, nunca ha sido acusado de ningún delito, envió el lunes a través de su representante, Ángel Ureña, un recado. “Hacemos un llamamiento al presidente Trump para que ordene a la fiscal general [Pam] Bondi que publique de inmediato cualquier material restante que haga referencia, mencione o contenga una fotografía de Bill Clinton”. En su comunicado, Ureña también acusa al Departamento de Justicia de “proteger a alguien” con el modo en el que están difundiendo los papeles de Epstein. “No sabemos quién, qué ni por qué”, añade. “Pero sí sabemos esto: no necesitamos ese tipo de protección”.

Con la publicación de una ingente cantidad de documentos, Bondi está cumpliendo con la obligación que le impuso el Congreso con la Ley de Transparencia con los Archivos de Epstein. Esa norma le daba 30 días para hacerlo (plazo que expiró el viernes pasado) y le exigía la difusión de “todos” los papeles que obran en poder del Departamento de Justicia. La primera liberación parcial no cumplió con esa exigencia.

Y no solo ha recibido las críticas de Clinton, que aparece en unas 25 imágenes (en un jacuzzi con una joven con el rostro tapado o en una piscina con Maxwell y otra mujer, también con la cara tapada). Las víctimas han hablado estos días de “encubrimiento”, porque en esos papeles abundan las partes censuradas; más de 500 páginas en el primer lote.

Bondi, que se pasó meses negándose a publicar los archivos, estaba autorizada por la ley a esas censuras para proteger a las víctimas, aunque los políticos de ambos partidos que sacaron adelante la norma la acusan de excederse y de faltar a la obligación de transparencia.

La publicación y posterior eliminación de la única foto que mostraba a Trump en ese primer conjunto, en la que se le ve acompañado de cuatro mujeres, también desató la polémica. Un día después, el Departamento de Justicia volvió a colocarla en el microsite creado ex profeso para la difusión de los materiales de los casos de Epstein y Maxwell.

El fin de semana pasado, el vice fiscal general, Todd Blanche, calculó que el Departamento de Justicia tiene cerca de un millón de páginas en total, que irán publicando, avisó, en las próximas semanas. No es posible establecer el porcentaje de papeles que ya han visto la luz, y que, por otra parte, se suman a las distintas desclasificaciones parciales de los últimos años. Blanche también dio una cifra de víctimas del “depredador sexual más peligroso de la historia de Estados Unidos”, como lo definió en cierta ocasión un juez, obtenida tras el examen de los documentos por parte de un equipo de 200 funcionarios que trabajan en su purgado: son 1.200. Un número más alto del que se manejaba hasta ahora.