_
_
_
_

El ministro de Exteriores de Ucrania visita China para explorar nuevas vías de paz

Dmitro Kuleba tiene previsto un encuentro con su contraparte china, Wang Yi, para discutir la búsqueda de fórmulas para detener la agresión rusa y el papel de Pekín en el proceso

El ministro de Exteriores de Ucrania, Dmitro Kuleba, el 3 de junio durante una visita a Kiev.
El ministro de Exteriores de Ucrania, Dmitro Kuleba, el 3 de junio durante una visita a Kiev.Gleb Garanich (REUTERS)
Guillermo Abril

El ministro de Exteriores ucranio, Dmitro Kuleba, ha aterrizado en China con el objetivo de sondear nuevas perspectivas de paz con el que quizá sea el único Gobierno que mantiene una capacidad de influencia sobre Rusia. Su visita, que arranca este martes y dura tres días, es la primera desde la invasión rusa de Ucrania y llega apenas dos semanas después de que la OTAN haya acusado a Pekín de ser un “facilitador decisivo” del esfuerzo bélico de Moscú. “Saludos desde China”, ha dicho Kuleba a su llegada en un vídeo compartido en su cuenta oficial de Instagram. “Con el objetivo de desarrollar los contactos entre los líderes ucranio, Volodímir Zelenski, y chino, Xi Jinping, estoy realizando la primera visita de un funcionario de alto rango a China desde que Rusia comenzó su agresión a gran escala contra Ucrania”, informa Inma Bonet.

Kuleba tiene previsto un encuentro con su contraparte china, Wang Yi, con el objetivo de debatir “la búsqueda de vías para detener la agresión rusa y el posible papel de China en la consecución de una paz sostenible y justa”, según anunciaba la Embajada ucrania en Pekín a través de Weibo, la red social china más popular. “Estamos trabajando incansablemente con la comunidad internacional para lograr la paz sobre la base de la fórmula presentada por Ucrania”, añadía Kuleba en un vídeo colgado en esta red destinado a los usuarios chinos.

El viaje llega en un momento en que las conversaciones para un posible alto el fuego se encuentran en punto muerto, después del intento fallido en una cumbre por la paz celebrada en Bürgenstok (Suiza) a mediados de junio. China, a pesar de haber sido invitada, no acudió. Tampoco fue Rusia. Pekín insiste desde hace meses en que cualquier conferencia internacional de paz ha de contar con el visto bueno de Moscú y Kiev, debe ser reconocida por ambas partes, con participación igualitaria, y permitir un debate de todas las opciones. El presidente ucranio, Volodímir Zelenski, criticó entonces duramente a China al considerar que estaba ayudando a Rusia en sus intentos de “impedir” que se celebrara la cumbre y la acusó de ejercer presión sobre otros países para evitar que asistieran.

Las relaciones entre China y Ucrania no han sido fáciles desde la invasión. El presidente chino, Xi Jinping, y Zelenski tardaron más de un año en mantener una conversación telefónica. En la charla, el mandatario asiático aseguró que su país no era responsable del conflicto ni una parte implicada, ni había contribuido a echar “leña al fuego” o “sacar provecho”. “La posición central de China es promover la paz mediante conversaciones”, dijo Xi entonces. La postura de Pekín ha sido denunciada desde Occidente por mantener un calculado equilibrio escorado hacia Moscú. China, que nunca ha condenado la invasión, sigue sin denominar “guerra” a la guerra, y se ha convertido en el gran aliado diplomático internacional de Rusia y en su bombona de oxígeno económico. Putin y Xi sellaron una amistad “sin límites” durante un encuentro en Pekín tan solo tres semanas antes de que los tanques rusos cruzaran las fronteras de Ucrania.

En la cumbre por la paz de Suiza, Zelenski se pronunció sobre la ausencia de China, un país con el que entonces dijo querer “acortar distancia”. “Respetamos a China y su integridad territorial; todo lo que pedimos es que China respete la de Ucrania. China es un Estado serio con influencia en Rusia y espero que nos ayude”. También añadió que en el momento en el que Pekín quisiera participar, estaría encantado de escuchar sus opiniones, aunque no sean compartidas, informa Lola Hierro. “No esperamos ningún apoyo militar de China. Nunca lo hemos pedido… Pero tampoco esperamos que China proporcione apoyo defensivo a Rusia”, dijo el presidente ucranio a finales de mayo, en otra reunión sobre seguridad y defensa en Singapur. “Eso es lo que discutimos con el líder chino por teléfono. Él me prometió que China se mantendría al margen, que no apoyaría a Rusia con armas. Hoy en día, hay información de que, de alguna forma, algunas cosas llegan a los mercados de Rusia a través de China… Los elementos del armamento ruso provienen de China”.

Los líderes chinos subrayan a menudo que están promoviendo activamente las conversaciones de paz “a su manera”. Las condiciones de esta pax sinica están resumidas en una iniciativa de 12 puntos para la “solución política del conflicto” presentada el año pasado, que es vista con buenos ojos por Putin, pero aún no ha cosechado frutos, aunque sí ha atraído a países como Brasil. En las capitales occidentales, la propuesta fue recogida con escepticismo. El esfuerzo diplomático de Pekín incluye el nombramiento el año pasado de un enviado especial para buscar una salida negociada a la guerra, cuyos viajes, de momento, solo han constatado la falta de condiciones para un alto el fuego.

En su primer viaje a Europa desde el inicio de la guerra, Xi Jinping y su homólogo francés, Emmanuel Macron, reclamaron que se aplique una “tregua olímpica” y cesen todas las guerras durante los Juegos de París este verano. A nadie se le escapa tampoco la cercanía del viaje con la ronda de visitas del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, en una supuesta “misión de paz” que ha despertado la ira de las instituciones europeas. En Kiev, el verso más suelto de los Veintisiete, y el mayor aliado de Rusia y China en la UE, se reunió con Zelenski, al que pidió un alto el fuego, a pesar de ser Ucrania el país agredido; en Moscú, guardó silencio cuando el presidente ruso, Vladímir Putin, pidió una retirada de las tropas ucranias de las cuatro provincias que Rusia ocupa parcialmente; en Pekín, donde se entrevistó con el presidente chino, Xi Jinping, aseguró que China es una potencia clave para crear las condiciones de paz. Por último, se reunió en Florida con el candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, que ha cargado contra la política de apoyo a Ucrania de la Administración de Joe Biden y de la UE.

La visita de Kuleba “indica, en primer lugar, que China se ha esforzado por mantener conversaciones de paz, lo que Ucrania reconoce”, valora Li Lifan, profesor asociado en la Academia de Ciencias Sociales de Shanghái, un instituto vinculado al Gobierno chino. A esto se añade la cercanía de las elecciones presidenciales en Estados Unidos. “Si Trump asume el cargo, Ucrania teme que se detenga la ayuda”, analiza. Este académico cree, además, que la reconstrucción de posguerra requiere de la capacidad de China; ve en los viajes de Orbán señales de una UE “no muy unida” en su política hacia Ucrania, y opina que la cercanía de este viaje con los Juegos Olímpicos es un posible indicador de que Kiev también tiene expectativas de una tregua estival.

Sigue toda la información internacional en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Guillermo Abril
Es corresponsal en Pekín. Previamente ha estado destinado en Bruselas, donde ha seguido la actualidad europea, y ha escrito durante más de una década reportajes de gran formato en ‘El País Semanal’, lo que le ha llevado a viajar por numerosos países y zonas de conflicto, como Siria y Libia. Es autor, entre otros, del ensayo ‘Los irrelevantes’.
Tu comentario se publicará con nombre y apellido
Normas
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_