Xi Jinping y Zelenski hablan por primera vez desde el inicio de la guerra en Ucrania
El presidente ucranio confía en que la conversación dé un “impulso” a las relaciones con China
La esperada conversación telefónica entre Pekín y Kiev se ha producido finalmente un año y dos meses después del inicio de la invasión rusa en Ucrania. El presidente chino, Xi Jinping, ha llamado este miércoles a su homólogo ucranio, Volodímir Zelenski. “El diálogo y la negociación son la única salida viable”, le ha confiado Xi, según la lectura oficial de Pekín publicada por la agencia oficial Xinhua. En la conversación, el mandatario chino también ha destacado que “el respeto mutuo de la soberanía y la integridad territorial es la base política de las relaciones” entre ambos países. La charla a distancia, que según Zelenski ha durado una hora, llega tras un intenso despliegue diplomático del Gobierno chino, que en los últimos meses ha presentado una hoja de ruta de 12 puntos con su visión para frenar la contienda bélica, y se ha ofrecido como facilitador para la paz.
La llamada ha tardado en producirse, pero ha dado sus frutos. “He mantenido una larga y significativa conversación telefónica con el presidente Xi Jinping”, ha dicho Zelenski a través de redes sociales. “Creo que esta llamada, así como el nombramiento del embajador de Ucrania en China, darán un fuerte impulso al desarrollo de nuestras relaciones bilaterales”, ha anunciado. Más tarde, en un mensaje en Telegram en el que ha dado cuenta de la conversación, el presidente ucranio ha advertido de que “no puede haber paz a expensas de cesiones territoriales”, y ha añadido que “se debe restaurar la integridad territorial ucrania dentro de las fronteras de 1991″.
Pekín, además, prevé mandar un “representante especial para asuntos euroasiáticos a Ucrania y otros países relacionados con el fin de mantener una comunicación en profundidad sobre la resolución política de la crisis ucrania”, según le ha dicho Xi a Zelenski. En la conversación, el presidente chino ha destacado que su país no ha creado la “crisis” en Ucrania ni es parte implicada. Y ha recalcado el papel de China como un país “honesto”, que no ha contribuido a echar “leña al fuego” ni ha aprovechado “para sacar provecho”. Tras recordar que el “diálogo y la negociación son la única salida viable”, Xi ha asegurado que en “una guerra nuclear no hay vencedores”. Ha pedido contención y aprovechar un momento, en su opinión, propicio “para la solución política de la crisis”. “La posición central de China es promover la paz mediante conversaciones”.
En el mismo mensaje de redes sociales, Zelenski ha agradecido a China su ofrecimiento de ayuda humanitaria a Ucrania, y ha afirmado que la potencia asiática “es bienvenida para desempeñar un papel importante en el restablecimiento de la paz y la resolución de la crisis ucrania por medios diplomáticos”, según la lectura ofrecida por la agencia Xinhua.
La reacción de Rusia no ha tardado en llegar. Moscú no se ha salido de su guion y ha alabado la iniciativa china a la vez que ha descartado tajantemente que Kiev esté dando cualquier posible paso hacia la paz, informa Javier G. Cuesta. “Tomamos nota de la predisposición de la parte china para establecer un proceso de negociación”, ha manifestado la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova. Esta representante considera que Kiev “y sus promotores occidentales” rechazan “cualquier iniciativa sensata que se encamine a una solución diplomática y pacífica de la crisis ucrania”. Moscú sigue, sin embargo, sin hacer concesiones, y el Kremlin ha reiterado estos meses que todos sus objetivos serán cumplidos.
Objetivo de los dirigentes europeos
La llamada de Xi era uno de los principales objetivos que buscaban los dirigentes europeos que han visitado Pekín en las últimas semanas. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que viajó a China junto al presidente francés, Emmanuel Macron, a principios de abril, aseguró en una comparecencia tras entrevistarse con el mandatario chino que este había mostrado “disposición” a hablar con Zelenski “cuando las condiciones y el momento” fueran “los adecuados”.
Tanto Von der Leyen y Macron como el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, que estuvo de visita en Pekín a finales de marzo, tuvieron buenas palabras sobre algunos puntos del papel de “posición” (que no plan de paz) del Ejecutivo chino para la “solución política de la crisis” (que no guerra) de Ucrania. Entre otros, el “rechazo total y rotundo” al empleo y la amenaza del uso de las armas nucleares, y el “respeto de la integridad territorial”, que “está violentando [el presidente ruso, Vladímir] Putin”, según aseguró Sánchez ante la prensa en Pekín.
La llamada pone de algún modo en cuarentena las dudas de Occidente sobre la neutralidad que pueda mantener China ante la contienda. Pekín ha mantenido desde el principio un calculado equilibrio escorado hacia Moscú y en ningún momento ha condenado la guerra (a la que nunca denomina así). Tanto la UE como Estados Unidos recibieron con escepticismo ese plan de 12 puntos presentado por Pekín, en buena medida porque no distingue entre agresor y agredido. Antes de recibir la visita de diversos dirigentes de la Unión Europea, Xi estuvo de viaje en Moscú y en su encuentro con el presidente ruso, Vladímir Putin, el chino le dijo: “Se están produciendo cambios que no han ocurrido en 100 años. Cuando estamos juntos, pilotamos esos cambios”. A lo que el ruso respondió: “Estoy de acuerdo”.
Pero el primer día de su visita en la capital del país euroasiático, Xi también le confió a su homólogo: “En la cuestión de Ucrania, se están reuniendo voces a favor de la paz y la racionalidad”, y le aseguró que la mayoría de los países apoyan “el alivio de las tensiones, apuestan por las conversaciones por la paz y se oponen a echar leña al fuego”, según la lectura oficial que fue facilitada por Pekín. Xi también le recordó que si uno repasa la historia se da cuenta de que, al final, “los conflictos deben resolverse mediante diálogos y negociaciones”.
La conversación entre Xi y Zelenski llega además después de que las declaraciones de un diplomático chino sobre la soberanía de las antiguas repúblicas soviéticas elevaran en los últimos días la desconfianza de la UE ante el papel del gigante asiático en la guerra de Ucrania. En una entrevista televisiva emitida el viernes, el embajador chino en Francia, Lu Shaye, puso en duda la soberanía internacional de las antiguas repúblicas soviéticas, incluidos los países bálticos y Ucrania, así como la pertenencia de Crimea a este país, levantando una polvareda diplomática de proporciones considerables, especialmente en Estonia, Letonia y Lituania, ahondando su ya tensa relación con Pekín.
Este mismo lunes, China dio marcha atrás de forma casi inmediata y concluyente sobre las palabras del embajador, negando que esta sea la postura oficial de Pekín: “China respeta el estatus de las antiguas repúblicas soviéticas como países soberanos tras la disolución de la Unión Soviética”, dijo Mao Ning, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino. “El país que usted menciona”, remarcó en referencia a una pregunta específica sobre la soberanía de Ucrania, “es un Estado miembro de pleno derecho de la ONU. Todos sabemos que solo los países soberanos pueden convertirse en Estados miembros de la ONU”.
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