Pedro Sánchez recalca que España no participará en una misión en el mar Rojo si no es con la OTAN o con la UE
El presidente del Gobierno mantiene su rechazo a ampliar la operación de lucha contra la piratería en el Índico y apoya una específica en el estratégico paso
El Gobierno se mantiene firme en su rechazo a que la Operación Atalanta, creada en 2008 para luchar contra la piratería en las costas de Somalia, se amplíe con los planes de Estados Unidos para proteger a los buques que navegan por el mar Rojo ante los ataques de la milicia Huthi de Yemen, como respuesta a la ofensiva de Israel en Gaza y Cisjordania. “España no se opone a que se cree otra operación, en este caso del mar Rojo, lo que sí que hemos hablado con nuestros aliados, tanto en la OTAN como en la Unión Europea, es que consideramos que la Operación Atalanta no tiene las características ni la naturaleza de la que se exige y necesita en el mar Rojo”, ha matizado Pedro Sánchez. El presidente se ha mostrado “abierto y dispuesto”, sin entrar en detalles, a participar en una misión específica de la OTAN en el mar Rojo.
Sánchez ha insistido en que el cometido de Atalanta “es luchar contra un fenómeno particular, la piratería”, en el océano Índico, que “no tiene nada que ver” con la crisis en el mar Rojo, una vía estratégica por la que circula en torno al 10% del comercio mundial y donde la milicia proiraní Huthi ha demostrado su capacidad para poner en riesgo el tráfico marítimo en el estrecho de Bab el Mandeb, que separa África Oriental de la Península Arábiga frente a las costas de Yemen. La alternativa es navegar bordeando el cabo de Buena Esperanza, en el extremo sur de África, lo que alarga el trayecto varias semanas.
“La situación es completamente distinta. El riesgo es diferente y la complejidad del desafío”, ha repetido Sánchez, que ha querido dejar fuera de toda duda la implicación de España en misiones de paz bajo bandera de la UE o de la OTAN. El presidente ha recalcado ―antes de iniciar precisamente una visita a Irak para reconocer la labor de las tropas españolas desplegadas en el extranjero― que España “es, dentro de la UE, el país que participa en más misiones militares de paz en el marco de la OTAN”.
“Tenemos más de 3.000 soldados desplegados en distintas operaciones, el compromiso de España con la OTAN y la UE es absoluto, pero entendemos que el marco de la Operación Atalanta y del mar Rojo no es el mismo. Si se quiere lanzar esa operación, bien estará”, ha enfatizado en su balance de final de año. España tiene un papel fundamental en la Operación Atalanta, ya que su cuartel general está en la base de Rota (Cádiz) y su responsable es el vicealmirante español Ignacio Villanueva Sánchez. La fragata española Victoria es, además, la única con la que cuenta. Ni siquiera dispone de un avión de patrulla marítima, pues su despliegue en la zona está condicionado por la temporada de monzones.
El Ministerio de Defensa dejó clara la posición de España el pasado 23 de diciembre, en un comunicado en el que pidió la creación de una misión específica para el mar Rojo ante los ataques de los hutíes, con objetivos “propios” y acordada por la Unión Europea, al margen de la Operación Atalanta. Defensa ha negado que el Gobierno haya vetado el despliegue en el mar Rojo e insiste en que España “es, y será siempre, un aliado serio y fiable comprometido con la UE, la OTAN y Naciones Unidas” y que por tanto, su compromiso con la paz “es total y absoluto”.
Pero el ministerio que dirige Margarita Robles defiende que “para tener la máxima eficacia a la que debe aspirarse en el mar Rojo es imprescindible una nueva y específica misión, con alcance, medios y objetivos propios, acordada por los organismos correspondientes de la UE”. “Cualquier misión en el mar Rojo, para garantizar la seguridad marítima, tiene que ser específica, con entidad propia en la que participen las fuerzas navales de los países europeos que lo deseen y no una mera extensión de la Operación Atalanta”, zanjó Defensa.
La operación militar promovida por Estados Unidos para garantizar la libre navegación por el mar Rojo ha provocado una inesperada tensión entre Madrid y Washington. En el Gobierno generó disgusto que el jefe del Pentágono, Lloyd Austin, incluyera la pasada semana y sin previo aviso a España entre los 10 países que iban a participar en la operación Guardián de la Prosperidad, promovida por Washington. La portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, lo desmintió públicamente, cuando aseguró que España no participaría de forma “unilateral” en la coalición. Defensa dejó claro que sí podría hacerlo, pero “en el marco de la OTAN o la Unión Europea”.
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