España solo intervendrá en una misión en el mar Rojo en el marco de la OTAN o la Unión Europea

El Ministerio español de Defensa ha reiterado este martes que España no planea participar de forma bilateral, en contra de lo que ha anunciado Estados Unidos, en la Operación Guardián de la Prosperidad, promovida por Washington para proteger los buques que circulan por el mar Rojo de los ataques de la milicia yemení Huti, aliada de Irán. Las mismas fuentes han indicado que España solo intervendría en la operación si decidieran hacerlo la OTAN o la UE y siempre en el marco de dichas organizaciones. La portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, ha insistido en esta idea durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros celebrado este martes, en la que ha enfatizado que España no participará “de forma unilateral” en la fuerza naval internacional que está poniendo en marcha la Administración de Joe Biden.

El jefe del Estado Mayor de la Defensa, el almirante Teodoro López Calderón, ha asistido esta mañana, junto a los representantes de 43 países, a una videoconferencia convocada por el secretario de Estado de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, de visita en Manama (Baréin). El jefe del Pentágono aseguró el lunes por la noche que el Reino Unido, Francia, Italia, Canadá, Países Bajos, Noruega, Baréin, Seycheyes y España participarían en patrullas navales por el mar Rojo y el golfo de Adén. La operación Guardián de la Prosperidad, dirigida por el Mando Central de las Fuerzas Navales de Estados Unidos, con base en Baréin, se hará bajo el paraguas de las Fuerzas Marítimas Combinadas (CMF), una asociación de 39 marinas de guerra creada en 2001 para garantizar la seguridad del tráfico marítimo en el entorno de la península Arábiga. España participa en esta asociación, que dirige un vicealmirante estadounidense y tiene como adjunto a un comodoro británico.

Fuentes militares españolas han matizado que la participación española solo sería posible si la OTAN decidiera intervenir con alguna de sus flotas permanentes a las que España aporta buques; o si la UE cambiase el mandato de la misión de la Operación Atalanta, dedicada a la lucha contra la piratería en el Índico, para encargarle este nuevo cometido. El problema, explican dichas fuentes, es que, después de tres años de inactividad, la piratería somalí se ha reactivado en las últimas semanas, coincidiendo con el estallido del conflicto de Gaza.

Un pesquero iraní fue secuestrado el 22 de noviembre y el carguero búlgaro MV Ruen, con bandera maltesa, el pasado día 14. La fragata española Victoria, integrada en la misión europea, se ha dirigido a la zona donde se encuentra el MV Ruen para monitorizar los movimientos de los secuestradores. Abandonar el Índico para desplazarse al mar Rojo supondría desvestir un santo para vestir a otro, alegan las fuentes consultadas.

Lo que sí está haciendo ya la Operación Atalanta es intercambiar información con los buques de Estados Unidos y otros países aliados que se encuentran en el mar Rojo sobre los ataques lanzados desde Yemen contra mercantes supuestamente relacionados con Israel. Hasta el momento, según fuentes estadounidenses, se han lanzado más de 100 drones y misiles balísticos contra una decena de buques y uno de ellos, el Galaxy Leader, permanece secuestrado por los hutíes desde el pasado 19 de noviembre.

El portavoz de Exteriores de la Comisión Europea, Peter Stano, ha afirmado este martes que los países de la UE están discutiendo tanto entre ellos como con sus socios internacionales cuál debe ser la forma de actuar en el mar Rojo “porque este es obviamente un problema internacional y se necesita una solución internacional”, informa la agencia Efe. “Se están llevando a cabo discusiones para analizar cómo debemos adaptar nuestra respuesta a esta comportamiento inaceptble de los hutíes”, ha añadido.

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