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China advierte a Canadá de “graves consecuencias” por el ‘caso Huawei’

"La única manera de evitar pagar un precio muy caro" es la liberación inmediata de Meng, afirma el 'Diario del Pueblo'

El 'stand' de Huawei en el Mobile World Congress 2017, en Barcelona. En vídeo, acusaciones de espionaje por la detención de la vicepresidenta de Huawei.Foto: atlas | Vídeo: Eric Gaillard (reuters) | atlas
Macarena Vidal Liy

China ha elevado la tensión en torno al arresto en Canadá de la directora financiera de Huawei, Meng Wanzhou, sospechosa de haber cometido fraude para violar las sanciones que Estados Unidos mantiene contra Irán. En una señal de la furia que la detención ha suscitado en Pekín, el sábado convocó al embajador canadiense, John McCallum, para expresar la “enérgica condena” a una medida que el Gobierno chino considera políticamente motivada. Y este domingo, un editorial del Diario del Pueblo, el periódico del Partido Comunista, advierte al país norteamericano de “graves consecuencias” si no pone de inmediato en libertad a Meng, hija del fundador del gigante chino de las telecomunicaciones. Pekín ha convocado también este domingo al embajador de EE UU.

El artículo está firmado por “Zhong Sheng”, o “Sonido de la Campana”, un pseudónimo que se reserva a los editoriales que expresan directamente la opinión del liderazgo chino sobre asuntos de política internacional.

En términos muy duros, el texto denuncia la supuesta violación de derechos humanos contra la ejecutiva china y resalta la importancia de Huawei, una de las grandes compañías chinas, en la economía global. “Con cada uno de sus movimientos, Huawei influye en el mundo… Los analistas de mercado han dicho que la detención creó incertidumbre en los mercados sobre el futuro”, apunta el editorial, en una aparente insinuación de que el peso de la compañía es una de las razones por las que Meng debe ser puesta en libertad, con independencia de los cargos contra ella.

“Detener a alguien sin ofrecer una razón clara es una violación sin tapujos de los derechos humanos de esa persona”, sostiene el comentario. “La parte canadiense, aunque no ha habido un juicio ni determinación de culpabilidad, fue en todo contra el espíritu de la ley, optando por considerar [a Meng] culpable y esposarla".

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El editorial insta a Canadá a “pensar con claridad”. “La única manera de que Canadá evite pagar un precio muy caro es corregir su error, desistir inmediatamente de esta violación de los derechos legales y razonables de la ciudadana china y transmitir al pueblo chino la explicación que merece”.

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El editorial asegura que China “no creará problemas”. Pero tampoco “nadie debe subestimar la confianza, voluntad y fuerza de China” para responder a la situación, agrega.

Pekín no ha apuntado cómo podría responder si se prolonga la detención de la ejecutiva. Pero en el pasado ha respondido con medidas como boicots comerciales a los productos de países que incurrieron en la ira de este Gobierno. Así ocurrió en 2016 cuando Corea del Sur dio el visto bueno a un sistema de defensa antimisiles que China consideraba una amenaza a su seguridad nacional. Tras la concesión del premio Nobel de la Paz a Liu Xiaobo en 2010, las relaciones entre China y Noruega tardaron seis años en normalizarse.

Al editorial del Diario del Pueblo se han sumado otros medios estatales chinos. El periódico Global Times, de línea muy nacionalista, declara que “los intereses nacionales de Canadá no se verán beneficiados si pretende congraciarse con EE UU tratando a la señora Meng de manera injusta. Si no se le concede la fianza y se la extradita a Estados Unidos, Canadá obtendrá la mínima gratitud de EE UU, pero la máxima oposición de China”.

Meng, detenida el 1 de diciembre mientras hacía escala en Vancouver (oeste de Canadá), comparecerá de nuevo este lunes ante un tribunal en esa ciudad, en la continuación de una audiencia preliminar que comenzó el viernes para determinar si se le concede la libertad bajo fianza.

En la sesión del viernes, los fiscales denunciaron que la directora financiera de Huawei participó en un fraude para engañar a instituciones financieras y hacer transacciones que violaban las sanciones estadounidenses contra Irán. La detención se produjo después de que EE UU hubiera emitido una petición de arresto el 22 de agosto contra Meng. Como consecuencia de la solicitud del país vecino, un juez canadiense emitió a su vez una orden de detención contra la ejecutiva el 30 de noviembre, al conocerse que iba a volar de Hong Kong a México con una escala en Vancouver.

Huawei niega que su directora financiera haya cometido delito alguno. La compañía, según ha declarado en un comunicado, asegura cumplir “con todas las leyes y regulaciones aplicables en los países en los que opera, incluidas las leyes y regulaciones que se aplican sobre el control y sanción de las exportaciones de las Naciones Unidas, Estados Unidos y la Unión Europea”.

La detención, desde el momento en que se dio a conocer el pasado miércoles, ha suscitado una profunda furia no solo del Gobierno, sino también entre los ciudadanos chinos, que han volcado su ira en las redes sociales. El sentimiento es que Estados Unidos está dispuesto a cualquier tipo de medida para evitar el auge de una China cada vez más fuerte y que amenaza con hacer sombra al dominio de la primera potencia mundial. Y Washington tenía en el punto de mira a Huawei desde hace años, al sospechar vínculos entre esta compañía privada y el Ejército Popular de Liberación chino.

El arresto ha echado leña al fuego en el deterioro de unas relaciones entre Washington y Pekín ya muy perjudicadas por la guerra comercial entre los dos países. Una guerra que va más allá de los aranceles que la Casa Blanca de Donald Trump ordenó a mediados de este año para reclamar un mayor equilibrio en la balanza comercial entre ambos, y que se ha extendido a las prácticas chinas sobre acceso a sus mercados y a la protección de la propiedad intelectual. De momento, no obstante, Pekín ha tenido buen cuidado en subrayar que considera la detención de Meng y las disputas comerciales con Estados Unidos asuntos separados.

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Sobre la firma

Macarena Vidal Liy
Es corresponsal de EL PAÍS en Washington. Previamente, trabajó en la corresponsalía del periódico en Asia, en la delegación de EFE en Pekín, cubriendo la Casa Blanca y en el Reino Unido. Siguió como enviada especial conflictos en Bosnia-Herzegovina y Oriente Medio. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.

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