Austria avisa de que reforzará su frontera si Alemania activa las devoluciones
Viena dice estar dispuesta a tomar "medidas para proteger sus fronteras en el sur" y así "evitar consecuencias negativas para Austria y para su gente”
Austria no se quedará de brazos cruzados ante las medidas que ha acordado Alemania para alejar a los migrantes de sus fronteras. El Gobierno que dirige Sebastian Kurz ha advertido este martes de que está listo para proteger sus pasos fronterizos con los países del sur (Italia y Eslovenia) si Alemania opta por reforzar sus lindes con Austria, con el consecuente trasvase hacia este país de extranjeros que quisieran acceder a suelo germano.
“Si este acuerdo se convierte en la posición del Gobierno alemán, eso nos permite tomar medidas para evitar consecuencias negativas para Austria y para su gente”, ha avisado el democristiano Kurz en un comunicado suscrito también por dos de los miembros de extrema derecha incluidos en su Ejecutivo: el vicecanciller Heinz-Christian Strache y el ministro del Interior, Herbert Kickl. “El Gobierno está preparado en particular para proteger nuestras fronteras del sur”, precisa el texto, según informa Reuters.
Sin querer desgranar esa estrategia, Kurz ha dejado claro ante el Parlamento Europeo que aprovechará la presidencia rotatoria de la UE que desempeña desde el 1 de julio para impulsar “un cambio de paradigma” en migración. Ante los reproches que le han lanzado algunos eurodiputados sobre esas posibles medidas nacionales, sin contar con el conjunto de la UE, el líder austriaco ha argumentado: “Es más bien Alemania la que está tomando medidas nacionales. Y nosotros tenemos que actuar en consecuencia, lógicamente”. El mandatario austriaco comparecía en la Eurocámara dentro de la ronda de líderes de la UE que celebra esta institución desde hace meses.
Ruegos de Bruselas
El canciller Kurz despierta recelos hasta entre los miembros de su propio partido. El presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, aprovechó sus breves comentarios en el hemiciclo tras la intervención de Kurz para recordarle un dosier que el líder austriaco ha dado señales de querer postergar para otra presidencia: el de la reforma del asilo.
“Nos parece importante que bajo su presidencia se agilice el paquete de asilo. Le agradeceríamos que le diera un espaldarazo”, pidió Tajani. También como forma de tender puentes -y pocas semanas después de un tenso cara a cara que mantuvieron en la sede de la Comisión Europea-, el presidente de esta institución, Jean-Claude Juncker, destacó en la Eurocámara: “Sé que Kurz es un europeísta convencido. Me he leído todo su programa de Gobierno y es claramente europeísta”. El mensaje sonó más a deseo que a constatación de hechos.
A falta de los detalles concretos sobre el plan de Kurz, lo más probable es que intente replicar con Italia —principal lugar de procedencia de los migrantes que hacen ruta hasta el norte— y en menor medida con Eslovenia la medida que Berlín adoptará para sus fronteras, si los socialdemócratas alemanes, también socios de Gobierno de la canciller Angela Merkel, respaldan el acuerdo alcanzado entre el partido de Merkel (la CSU) y su formación hermana en Baviera (la CSU, que amenazaba con romper el Gobierno si Merkel no aceptaba frenar en la frontera a los demandantes de asilo que hubieran presentado su solicitud en otros Estados europeos).
Fuentes de la presidencia austriaca aseguran que aún no tienen detalles de estas medidas. Su efecto, sin duda, supondría que los extranjeros rechazados por Alemania -y devueltos a Austria- al comprobar que sus solicitudes habían sido tramitadas en otro país correrían la misma suerte hacia el sur. Austria comprobaría que tampoco habían arribado a la UE inicialmente por la frontera austriaca y también tratarían de devolvérselos a Italia o a Eslovenia. Sin coordinación y sin el visto bueno de todos los países implicados, esta iniciativa amenaza con provocar grandes tensiones en las fronteras interiores de la UE, un escenario que Bruselas y Berlín han tratado de evitar desde que se desató la crisis de refugiados en el año 2015.
El canciller austriaco ha tratado de tranquilizar al pleno de la Eurocámara en Estrasburgo, aunque su apostilla genera más inquietud que sosiego: “Me he criado en una Europa sin fronteras interiores y haremos todo lo que esté en nuestra mano para volver a eso. Lo que no puedo prometer es que suceda rápido y que sea sin medidas nacionales, como ha hecho Alemania”. Kurz, de 31 años, pertenece a la misma familia política europea que Merkel, pero su línea dura contra la migración, reforzada por la presencia de la ultraderecha en su Gobierno, lo han convertido en un personaje incómodo en la escena comunitaria.
Más allá de esbozar las medidas que planea en la frontera con Alemania, Kurz ha enunciado la “seguridad y la lucha contra la migración ilegal” como objetivo primordial de su semestre de presidencia en la UE, que inaugura oficialmente esta semana en Viena. “Los ciudadanos europeos tienen que tener prioridad absoluta”, ha argumentado. Las disensiones con las instituciones comunitarias están aseguradas.
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