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Iván Duque: “No hay que hacer trizas los acuerdos con las FARC, pero sí modificaciones importantes”

El candidato a la presidencia de Colombia del Centro Democrático, el partido de Uribe, defiende una amplia agenda de reformas y romper con la "impunidad"

Iván Duque, candidato del Centro Democrático a las elecciones presidenciales en Colombia, en el jardín de su residencia en Bogotá.
Iván Duque, candidato del Centro Democrático a las elecciones presidenciales en Colombia, en el jardín de su residencia en Bogotá.Jorge Quintero

Iván Duque (Bogotá, 1976) es candidato a la Presidencia de Colombia por el Centro Democrático, el partido fundado por el expresidente Álvaro Uribe, de quien fue asesor. Es senador y trabajó como consejero del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Washington. A la espera de que se definan las reglas del juego de una coalición con el exmandatario del Partido Conservador Andrés Pastrana, Duque lleva meses de precampaña. Si llega a la Casa de Nariño tras las elecciones de mayo, modificará los acuerdos de paz con las FARC y promete impulsar una agenda de reformas económicas y sociales para romper con el legado de las dos últimas legislaturas. El pasado viernes explicó a EL PAÍS las líneas maestras de su programa. Este jueves participará en Madrid en un desayuno del Foro Nueva Economía.

Pregunta. En diciembre se formalizó su candidatura, pero la alianza de las fuerzas que se opusieron a los acuerdos de paz no está todavía clara.

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In English: “It’s not about ripping up the FARC accords, but about making significant changes”

Respuesta. Yo soy el candidato único del Centro Democrático a la Presidencia de la República. Se ha tratado de consolidar una gran coalición amplia, en la que participen distintos electorados. Y en este momento nuestro deseo es seguir recorriendo el país con nuestro programa de Gobierno, hablando de nuestras propuestas y llegar a la Presidencia para presentar en Colombia una gran agenda de reformas que permitan al país recuperar la legalidad, aumentar el emprendimiento y hacer unas grandes reformas sociales en materia de equidad. Le doy muy poca importancia a la mecánica política y a las decisiones de oficina.

P. Cuando decidió concurrir, la pasada primavera, dijo en una entrevista con EL PAÍS que los temas que iban a vertebrar estas elecciones eran múltiples, no solo el proceso de paz ni la corrupción. ¿Cuáles cree que son las urgencias de Colombia?

R. En este momento el país necesita la recuperación de su economía. Si la economía no se recupera, la afectación es generalizada en todos los frentes: en la salud, en la educación, en el empleo. Tenemos que eliminar todos los gastos innecesarios en el Gobierno, hacer una reforma de la Administración pública para ser un Estado más eficiente, hacer más con menos, reducir la evasión de impuestos de renta y del IVA al 50%. Esto nos permitirá bajar impuestos a las empresas que generan empleo, aumentando la inversión, mejorando la calidad del empleo y los ingresos de los trabajadores para así recuperar economía colombiana y ponerla en un ritmo de crecimiento superior al 5%.

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P. ¿Y además de la economía?

R. Por supuesto, hay unos temas como la legalidad, que tienen que ver con la impunidad que hay en el país para los criminales de las FARC, con la agenda con la que vamos a enfrentar las bandas criminales del narcotráfico y el aumento de los cultivos ilícitos, el ELN, las entre comillas disidencias de las FARC. Para eso necesitamos una gran capacidad ofensiva y disuasiva del Estado acompañada del aparato judicial. Y en el país hay que presentar una nueva agenda social, porque hay muchísima preocupación sobre la calidad y el servicio de salud, y permitir que Colombia tenga una gran agenda de formalización laboral para que pueda ganar viabilidad su sistema pensional.

P. Usted habla de “economía naranja”. ¿Qué es?

R. Es un conjunto de sectores que hoy aportan a la economía colombiana más que el café y más que la minería. Estamos hablando de las artes, de los medios, de las creaciones funcionales como la arquitectura, el diseño, la publicidad, el patrimonio arqueológico, la gastronomía, los museos, las bibliotecas. Todos esos sectores son un potencial enorme y pueden ser uno de los motores importantes de crecimiento económico. Están basados en cultura, servicios y tecnología y son un socio estratégico de un sector tan importante como el turismo.

P. Si gana, ¿qué haría con los acuerdos de paz?

R. Yo siempre he dicho que no se trata de destruir o hacer trizas los acuerdos, pero sí se trata de hacerles modificaciones importantes a aquellas cosas que afectan el Estado de derecho.

P. ¿Cuáles?

R. Es muy grave que se haya permitido que los cabecillas de las FARC sean candidatos a la Presidencia y al Congreso de la República sin haber dicho toda la verdad, sin haber reparado a las víctimas y sin haber cumplido las penas por los delitos que cometieron. Eso le genera un gran daño al país. Además, los cultivos ilícitos en Colombia vienen aumentando y lograron que el narcotráfico fuera un delito amnistiable, diciendo que era conexo al delito político. Lograron que la sustitución y erradicación de cultivos ilícitos fuera voluntaria y no obligatoria. Tengo claro que si yo llego a la Presidencia voy a presentar una reforma constitucional para que quede en la Constitución colombiana que el narcotráfico no es un delito amnistiable. La sustitución y erradicación serán obligatorias y no voluntarias. En tercer lugar, es supremamente importante darle un mensaje a las FARC y es que armas escondidas que no fueran entregadas para su destrucción y dinero escondido que no fuera entregado para reparar a las víctimas implica que los cabecillas de esa organización pierdan todos los beneficios. Y la Justicia Especial para la Paz (JEP) tal como está es un mecanismo de impunidad que permite la elegibilidad política de los criminales de lesa humanidad, y donde quedó claro que decir toda la verdad no significa aceptar responsabilidades. Eso, por supuesto, es una burla a las víctimas y una gran afrenta a nuestro Estado de derecho.

P. También tendría que afrontar una negociación con el ELN.

R. El ELN es una organización sanguinaria, terrorista. Y me parece muy grave que el Gobierno haya aceptado un cese al fuego bilateral como si se tratara de dos Ejércitos equivalentes. El Estado colombiano no puede renunciar en ningún momento a defender la vida, honra y bienes de los colombianos en todo el territorio ni a perder su capacidad disuasiva y ofensiva frente a los actores armados. Lo que se le puede decir al ELN es que si quieren desmovilización, desarme y reinserción se dejen concentrar territorialmente con supervisión internacional y el monitoreo de las fuerzas militares. Podría haber reducción de penas, pero lo que no la ausencia de una pena proporcional y efectiva para los máximos responsables.

P. El expresidente Uribe sigue en la primera línea de la política, acompañándole a todos lados. ¿Qué peso tendrá en la campaña?

R. Con el presidente Uribe trabajamos en equipo. Él va a ser candidato al Senado. Yo soy candidato a la Presidencia. Estamos recorriendo el país juntos hablando de nuestras propuestas y yo espero que él lidere la bancada de Gobierno de nuestro partido después de las elecciones parlamentarias, donde nuestro partido se consolide como la principal fuerza política en el Congreso de Colombia. Con el liderazgo del presidente Uribe en el Congreso, acompañando la agenda de Iván Duque como presidente de los colombianos sacaremos adelante la agenda de reformas de Colombia.

P. La corrupción, una de las principales causas de indignación de los colombianos, se ha metido hasta el corazón del sistema de justicia. ¿Es posible erradicarla a corto plazo?

 R. A la corrupción hay que combatirla sin tregua. Lo primero que tenemos que hacer es empoderar a la ciudadanía para denunciarla con líneas telefónicas, redes sociales, para que los corruptos sepan que la sociedad los está mirando. Segundo: estoy promoviendo la extinción de dominio exprés para los corruptos de tal manera que les quitemos todo el patrimonio que le quitaron al pueblo colombiano. Tercero: no hay beneficios penales para los corruptos. Cuarto: empresa que corrompa a un funcionario jamás podrá volver a contratar con el Estado. Y algo que es fundamental, incrementar todos los niveles de transparencia en la Administración Pública.

P. Sus adversarios van a utilizar la sombra del caso Odebrecht y los supuestos vínculos con su partido para atacarle.

R. Yo no tengo ningún vínculo ni he tenido ningún vínculo con Odebrecht. El Consejo Nacional Electoral ya exoneró de responsabilidad al doctor Óscar Iván Zuluaga, que fue el candidato presidencial. Yo soy una persona que como no tengo rabo de paja me acerco a la candela. Y además a Odebrecht lo denuncié oportunamente ante la superintendencia de Industria y Comercio de Colombia para que le aplicaran la máxima sanción patrimonial por haber ganado un contrato a base de coimas.

P. ¿Qué puede hacer Colombia por Venezuela?

R. En Venezuela la situación es muy grave porque lo que hay es una dictadura de un sátrapa que está oprimiendo al pueblo. Ante el silencio de las autoridades colombianas yo denuncié a Nicolás Maduro ante la Corte Penal Internacional (CPI) con 76 firmas de senadores colombianos y más de 50 chilenos. Necesitamos que América Latina siga denunciando ante la CPI esas conductas sistemáticas para que se abra pronto esa observancia a Venezuela y se le haga una investigación formal a Nicolás Maduro por esos crímenes sistemáticos en contra de su pueblo. Y en el entretanto necesitamos que varios países de América Latina manejen la situación humanitaria y migratoria.

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