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Francisco reivindica la ecología y llama a la reconciliación con la naturaleza

El Pontífice hila un alegato en defensa del medio ambiente en una tierra azotada por el conflicto y la sobreexplotación

F. MANETTO
El papa Francisco siembra un árbol en Villavicencio.
El papa Francisco siembra un árbol en Villavicencio.Orlando Barría (EFE)

La simbología de Villavicencio, la ciudad colombiana donde el Papa alentó este viernes la reconciliación nacional después de más de medio siglo de guerra entre el Estado y las FARC, le permitió ahondar en una de sus principales preocupaciones, plasmada en la encíclica Laudato Si'. Colombia es el segundo país más biodiverso del mundo, y Francisco habló a las puertas del Amazonas, una de las regiones más amenazadas. La degeneración de la convivencia no es una prerrogativa de las relaciones políticas y humanas, como ha ocurrido en ese país en las últimas décadas, sino que afecta también al medio ambiente. 

“La violencia que hay en el corazón humano, herido por el pecado, también se manifiesta en los síntomas de enfermedad que advertimos en el suelo, en el agua, en el aire y en los seres vivientes”, afirmó Jorge Mario Bergoglio ante las cerca de 400.000 que según las autoridades asistieron a la misa campal. “Que el sí a la reconciliación incluya también nuestra naturaleza”, exhortó.

Villavicencio es la capital del departamento del Meta, en la región de Los Llanos, donde sus habitantes -los llaneros, algo así como los vaqueros de Colombia- no sufrieron solo las dramáticas consecuencias del conflicto armado, sino también la sobreexplotación del campo, los cultivos de coca y la minería ilegal. El Pontífice, recibido por la llamada “guardia indígena”, es decir, integrada por representantes de varias comunidades, extendió el concepto de reconciliación a todo ello.

El Papa llega a Villavicencio para oficiar una misa y un acto de reconciliación. EFEFoto: atlas | Vídeo: EFE / ATLAS

Sabiduría indígena

A esas comunidades se había dirigido el Papa el jueves tras mantener un encuentro con los obispos colombianos, ensalzando su sabiduría y experiencia en la protección del medio ambiente. Ayer estos pueblos le enviaron una carta. “Unimos nuestra voz y voluntad como frente a las buenas intenciones manifestadas por su Santidad, referidas al perdón por todos aquellos hechos de colonización en nuestro continente, los cuales aún hoy día, traen consigo genocidio, etnocidio y ecocidio”, manifestaron. El fin de la guerra con las FARC ha abierto las puertas al descubrimiento de entornos naturales y nuevas especies, pero trae consigo un posible efecto colateral, esto es, una excesiva exposición a la sociedad. El Papa hiló su alegato contra las "pasiones posesivas" y el "afán de sometimiento" de la naturaleza. Citó a Juanes, uno de los cantantes colombianos más populares en el mundo. "Los árboles están llorando, son testigos de tantos años de violencia. El mar está marrón, mezcla de sangre con la tierra". Y sembró un árbol, símbolo de la paz y de la creación.

El Pontífice también hizo referencia a la lucha de las mujeres en una ofensiva contra la violencia de género que azota a Colombia, donde solo el año pasado se registraron 731 crímenes machistas. “En comunidades donde todavía arrastramos estilos patriarcales y machistas es bueno anunciar que el Evangelio comienza subrayando mujeres que marcaron tendencia e hicieron historia”, dijo.

“En este mundo donde la violencia psicológica, verbal y física sobre la mujer es patente”, continuó para reivindicar la figura “de varón respetuoso, delicado que, aun no teniendo toda la información, se decide por la fama, dignidad y vida de María”.

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Sobre la firma

F. MANETTO
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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