Ruta turística de las FARC o cómo pasar unos días en la guarida de Tirofijo
La guerrilla colombiana organiza un polémico recorrido hasta el lugar donde comenzó la insurgencia hace 53 años
La paz en Colombia produce a diario fotografías sorprendentes. El camino de las FARC a la vida civil después de más de medio siglo de guerra con el Estado está repleto de señales inimaginables hace tan solo unos meses. Esa transición tiene que ir mucho más allá del mero repliegue y de la entrega de armas, que aún no ha terminado.
Mientras tanto, sus dirigentes comienzan a ocupar espacios de normalidad, no sin avivar la indignación de muchos ciudadanos. Participan en eventos sociales y literarios, como ocurrió hace semanas en la Feria del Libro de Bogotá, dan conferencias de prensa y se comunican con los periodistas a través de grupos de whatsapp. Lo último ha sido la convocatoria de una “gran ruta turística e histórica”, entre el pasado jueves y este domingo, para celebrar su 53º aniversario.
Las FARC invitan a sumarse a este recorrido hasta la vereda de Marquetalia, ahora una de las 26 zonas de tránsito de la insurgencia, porque allí fue donde en 1964 se inició la guerrilla. Ese lugar, un territorio del departamento del Tolima bautizado entonces como República de Marquetalia, estaba ocupado por un movimiento de autodefensa campesino encabezado por un joven llamado Pedro Antonio Marín. Ese fue el embrión de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, y ese líder se convirtió en Tirofijo, comandante en jefe de la organización que permaneció activo hasta su muerte, en 2008.
Los combatientes vuelven al municipio de Planadas para cerrar el círculo, escenificando el fin de la violencia y el comienzo de la convivencia. Pero a la vez lo hacen para levantar los ánimos de sus bases en medio de un proceso de paz exitoso en los aspectos sustanciales, aunque marcado por retrasos logísticos. Las FARC animan a todos a sumarse a la ruta. Lo anunciaron por sus canales habituales y por las redes sociales. Recomiendan acudir pertrechados con tienda de campaña, saco de dormir y linterna y proporcionan un número de teléfono para apuntarse a este viaje a la que llaman “cuna de la resistencia”.
Esta es una de las imágenes a las que tendrá que acostumbrarse Colombia, cuya sociedad está profundamente dividida por los acuerdos alcanzados el pasado noviembre con la guerrilla tras cuatro años de negociaciones. No obstante, pasar la página del conflicto supone concesiones por parte de todo el mundo. Y hacerse a la idea de que lo que hasta hace poco parecía inverosímil puede convertirse en una realidad.
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