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Bielorrusia, Rusia y Ucrania celebran el fin de la II Guerra Mundial

Los tres Estados eslavos padecieron con dureza la invasión de la Alemania Nazi en 1941 cuando formaban parte de la URSS

Pilar Bonet

Los problemas del presente marcaron y dividieron el recuerdo de la victoria en la Segunda Guerra Mundial en la conmemoración del 71 aniversario de esta efeméride en Rusia, Ucrania y Bielorrusia, los tres Estados eslavos que padecieron con dureza la invasión de la Alemania Nazi en 1941 cuando —en calidad de repúblicas federadas— formaban parte de la Unión Soviética, el país desaparecido en 1991.

El presidente ruso, Vladimir Putin, celebra los 71 años del fin de la Segunda Guerra Mundial.
El presidente ruso, Vladimir Putin, celebra los 71 años del fin de la Segunda Guerra Mundial.Alexander Zemlianichenko (AP)

En Moscú, la impronta la marcó el presidente Vladímir Putin y su afán de superar el desequilibrio entre Rusia y Occidente, consolidado tras la Guerra Fría. En Kiev afloraron las tensiones internas ucranias y los conflictos con Rusia mientras en Minsk, el presidente Alexandr Lukashenko presentó a Bielorrusia como un escenario de paz y estabilidad dispuesto a ayudar a los “hermanos” rusos y ucranianos, lo que efectivamente hace como anfitrión del único foro sobre la guerra en Donbás (la zona oriental de Ucrania) en el que participan Kiev, Moscú y los insurgentes prorusos.

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En la plaza Roja, Putin afirmó que “el terrorismo se ha convertido en la amenaza global” y aseguró que su país está dispuesto a “unir fuerzas con todos los Estados” y a trabajar en la creación de “un sistema de seguridad internacional moderno y por encima de los bloques”. El líder no mencionó explícitamente a Siria, pero la participación rusa en la guerra en aquel país de Oriente Próximo se reflejó en el desfile militar (más de 10.000 personas), en el que participó el equipo que ha sido utilizado en la contienda, tales como aviones Tu 95MC y bombarderos Su-23M y Su-34, así como baterías antiaéreas y otras piezas. Aviones rusos empleados en Siria sobrevolaron el cielo de los Urales, en la ciudad de Yekaterinburg, por ejemplo. En la misma Siria, en la base de aviación rusa de Jmeimim, las tropas de Moscú realizaron también su propio desfile militar, según informó la agencia Ria.

Junto al mausoleo de Lenin, el fundador del Estado soviético, Putin presidió el desfile acompañado del presidente de Kazajistán, Nursultán Nazarbáyev. Posteriormente, el líder ruso desfiló por el centro de Moscú en la llamada marcha del “Regimiento Inmortal”, formada por ciudadanos que recuerdan la guerra portando retratos de sus antepasados. Este es el segundo año que Rusia celebra masivamente el “Regimiento Inmortal” (idea originaria de la ciudad siberiana de Tomsk), y, como en 2015, Putin portaba una foto de su padre en uniforme de marinero.

En Grozni, la capital de la república de Chechenia, dos presuntos suicidas perecieron en un intento de atentado que hirió a varios policías en un puesto de control. En aquella ciudad del norte del Cáucaso, el líder local Ramzán Kadírov, presidió un desfile militar sobre el telón de fondo de la mayor mezquita de Rusia. El desfile fue parcialmente retransmitido por la televisión rusa y veteranos de la guerra de Siria participaron en los festejos en la capital chechena. Justamente el 9 de mayo de 2004, Ajmat Kadírov, el padre de Ramzán, murió víctima de un atentado en las celebraciones de la Victoria en Grozni.

En Ucrania, el modelo de las celebraciones fue modificado el año pasado a tenor de las leyes para superar el comunismo, y el símbolo oficial de las fiestas es hoy una amapola roja, y no la cinta de San Jorge con la que las conmemora Rusia. En Kiev, el presidente, Petró Poroshenko, realizó una ofrenda floral ante la tumba del soldado desconocido. “En dos años de esta guerra patria por nuestra independencia, hemos enseñado al mundo que al enemigo se le para no solo con la fuerza de las armas de los soldados ucranianos, sino también con la fuerza espiritual y la unidad del pueblo ucraniano”, dijo Poroshenko antes de rezar por la paz y la victoria.

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A la ceremonia asistían veteranos de la guerra en el Este, que Kiev denomina oficialmente “operación antiterrorista”. Dos soldados ucranianos murieron víctimas de explosiones en el Este (uno en la región de Lugansk y otro en la de Donetsk) en la jornada que precedió a la celebración. En la capital ucraniana hubo escaramuzas y quemas de cintas de San Jorge protagonizadas por sectores radicales.

En Minsk, Alexandr Lukashenko recordó que Bielorrusia fue la primera de las repúblicas soviéticas que recibió el cruel golpe del agresor (las víctimas superaron el 25% de la población) y subrayó que su país, recordando las lecciones de la guerra, valora profundamente las relaciones fraternales con los rusos y los ucranianos. En la ex URSS, el fin de la Segunda Guerra Mundial se conmemora el 9 de mayo (y no el 8, como en Occidente) debido a que, según el horario de Moscú, la capitulación de la Alemania Nazi se firmó pasada la media noche del 8 al 9 de mayo de 1945. La URSS perdió a más de 20 millones de personas en la guerra.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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