Los bombardeos en Siria han destruido seis hospitales en un mes
Médicos sin Fronteras alerta de posibles focos de cólera y sarampión en Alepo
La ONG Médicos sin Fronteras (MSF) ha alertado este miércoles sobre los efectos colaterales de los bombardeos y la intensificación del conflicto en Siria. Solo en octubre, han referido desde la ONG, seis hospitales han sido destruidos en las provincias sirias de Latakia, Ildib, Hama y Alepo. Los médicos y los sanitarios, ha asegurado MSF, se están convirtiendo en el blanco diario de todos los bandos involucrados en el conflicto: desde las milicias de Bachar el Asad y sus opositores, hasta el Estado Islámico (ISIS, en sus siglas en inglés). “Solo por llevar morfina a un hospital, un médico arriesga la vida”, ha explicado este miércoles en Madrid la responsable de la unidad de emergencia de MSF en España, Teresa Sancristóval.
La provincia que está sufriendo más la escalada bélica es la de Alepo, en el norte del país, cerca de la frontera con Turquía. Los hospitales son cada vez más lugares inseguros y la falta de abastecimiento de agua y electricidad podría generar pronto epidemias de cólera y sarampión. “Además de Yemen, solo en Siria he visto a pacientes que prefieren pasar su estancia posoperatoria lejos de un centro de asistencia”, ha afirmado Sancristóval, aludiendo al peligro que se corre en los hospitales. La situación en Siria es tan dramática que MSF ha calculado que en las tres últimas semanas se han producido 100.000 desplazados en las provincias de Idlib y Hama, y en Alepo, 50.000. “Ha habido varias ofensivas donde hay una presencia elevada de población” y frente al recrudecimiento de la violencia la única salida es la huida, ha aclarado Sancristóval.
Según los datos de la entidad, hoy se encuentran siete u ocho hospitales operativos en Alepo, para atender a 300.000 personas. De 3.000 médicos que había antes del inicio de la guerra se ha pasado a 52. El personal sanitario que queda, “verdaderos héroes” según la entidad, va de un centro a otro cada día para asistir a los pacientes. MSF ha aconsejado a los médicos en Siria de trasladar las instalaciones en sótanos como contramedida a los bombardeos: “Con todas las consecuencias de higiene que esta elección comporta”, han añadido.
La organización no ha podido averiguar las responsabilidades en los los bombardeos, aunque desde el pasado 1 de octubre ha sido la aviación rusa la que ha llevado a cabo más ataques en las regiones donde se hallaban los hospitales derribados. En los últimos dos días, los cazas rusos han realizado en concreto 118 bombardeos en las regiones de Idlib, Homs, Alepo, Hama, Damasco y Latakia, según ha informado Moscú. El pasado agosto, la ONG Amnistía Internacional denunció, además, que las fuerzas gubernamentales de El Asad utilizaban los bombardeos para atacar a los civiles, y que en los últimos tres años, solo en el distrito de Guta, en la periferia este de Damasco, han destruido aproximadamente 10 hospitales. Según la ONG los aviones de El Asad utilizan a menudo las llamadas bombas de racimo (o cluster bombs, en su denominación en inglés), artefactos que liberan a pocos metros del suelo un gran número de pequeñas bombas que destruyen todo lo que encuentran en un radio de 25 metros.
Médicos sin Fronteras ha remarcado que los países fronterizos con Siria son los que están garantizando mayor y mejor asistencia a los refugiados. Jordania asegura asistencia médica desde hace cuatro años a los 600.000 desplazados en su territorio. En Líbano el 25% de la población está formada por sirios y únicamente en Estambul hay más refugiados que en toda Europa. Pablo Marcos, responsable de la ONG de las operaciones en Siria para España, ha asegurado en conversación con EL PAIS que “el mundo árabe ha hecho un esfuerzo incomparablemente superior al de Europa”.
Para la ONG, la llamada crisis de los refugiados es algo inferior respecto al problema humanitario que viven los sirios en su país. “La mayoría no quiere irse y los que lo hacen están convencidos de volver pronto”, relatan desde la entidad. Admiten, sin embargo, que nadie esperaba que el conflicto pudiera durar tanto tiempo, y que frente a la hipótesis de una paz en Siria que mantenga en el poder a El Asad, esto sería la definitiva invitación a que no regresaran jamás.
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