Costa Rica abre una segunda opción al crimen del ecologista Jairo Mora
Un Tribunal repite el juicio por el asesinato del activista seis meses después de que una sentencia dejara impune el caso
Seis meses después de la sentencia que dejaba impune el asesinato del ecologista Jairo Mora, símbolo de la protección de tortugas en Costa Rica, un Tribunal de apelaciones ordenó esta semana repetir el juicio contra los mismos sospechosos.
La noticia fue recibida con una mezcla de beneplácito y escepticismo por sectores ambientalistas y familiares del joven asesinado al amanecer del 1 de junio del 2013 durante una ronda de patrullaje en la playa de Moín, provincia de Limón, donde él solía recoger huevos de tortugas baulas para criarlos y evitar que fueran saqueados para comercialización. Por esta actividad el joven había recibido amenazas que lo motivaron a pedir ayuda a la Policía un mes antes de morir.
Aunque la Fiscalía General de la República no acredita en su acusación la causa ambientalista como causa del homicidio, sí reconoce que el crimen ocurrió en el marco de su trabajo de protector de las tortugas, acompañado por voluntarias extranjeras. Entre ellas una veterinaria española de nombre Almudena cuyo testimonio podría resultar valioso, según Celso Gamboa, subjefe de la Fiscalía, quien no se atrevió a mencionar fechas para el nuevo juicio.
El relato de Almudena desde Madrid por vía Skype y otras pruebas podrían cambiar el veredicto, después de que los jueces del primer juicio criticaron con rudeza el manejo de evidencias hecho por los fiscales a cargo del caso de Jairo Mora. Esto provocó reclamos de activistas ambientales, usuarios de redes sociales y hasta del ministro de Ambiente, Édgar Gutiérrez, que participó en una protesta contra la impunidad en la Corte Suprema de Justicia.
De los siete sospechosos de participar en el asesinato y la golpiza previa, cuatro están presos por otros delitos y tres están libres
Esto marcó al país. “Hacia fuera se emitió un pésimo mensaje porque fue interpretado como una desprotección a los que protegen la naturaleza, aunque no se logró acreditar que el crimen esté directamente relacionado a su trabajo de conservacionista. Casos específicos como el de Jairo Mora se ha mancillado la imagen del país”, aceptó Gamboa en referencia a la imagen de Costa Rica como país verde, de tribunales confiables y seguro, al menos en relación con su entorno centroamericano.
De los siete sospechosos de participar en el asesinato y la golpiza previa, cuatro están presos por otros delitos y tres están libres. Sobre la causa de Jairo Mora en Moín, esta ha sido abandonada por la inseguridad que representa para las organizaciones conservacionistas. La playa, de 18 kilómetros deshabitados junto a un río y bosque, queda a expensas de grupos traficantes de droga, pero también de los encargados de construir al lado un megapuerto que, advierten los ambientalistas, igual acabará ahuyentando a las tortugas baulas y a otras especies.
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