El Gobierno y las FARC retoman los diálogos en medio de la tensión
La guerrilla dice que no pueden “echarse por la borda tres años de conversaciones”
Los negociadores de paz del Gobierno y las FARC se volvieron a sentar a la mesa este lunes en Cuba. Lo hicieron mientras en Colombia crece la tensión por el recrudecimiento de la violencia debido a la suspensión de la tregua que mantenía esa guerrilla desde diciembre. Lo que ha ocurrido en el campo de batalla en los últimos días demuestra lo difícil que será seguir negociando en medio del conflicto, ya que cada nuevo ataque deteriora aún más la confianza de los colombianos en que el proceso de paz terminará con la firma de un acuerdo.
Los golpes más duros los ha recibido la guerrilla. Primero perdieron a 27 soldados en un bombardeo el jueves —lo que provocó el levantamiento de la tregua—, y el sábado, a 10 más, también en un bombardeo. Otros dos murieron en combates. Las FARC serían las responsables de la muerte de un policía tras lanzar una granada a una patrulla.
Las Fuerzas Armadas están en alerta por otros ataques y comunidades como las del Cauca, epicentro del primer bombardeo, han empezado a desplazarse. “Hay riesgo de que aumenten los atentados contra la infraestructura minero-energética y en menor medida, pequeñas operaciones con explosivos”, dice Jorge Restrepo, Director del Centro de recursos para análisis de conflictos, CERAC.
De ahí la expectativa de lo que las FARC anunciarán en el reinicio de los diálogos, que se suspendieron durante el sábado por la tensa coyuntura. “No podemos echar por la borda los esfuerzos empeñados en ya casi tres años de conversaciones”, dice un comunicado leído en La Habana. La guerrilla mantiene su voluntad de seguir negociando pero califica los bombardeos como “un paso atrás” en la negociación. “Ese es un camino equivocado y es obvio que la paz no se alcanzará nunca escalando el conflicto”, señala la nota.
Cese al fuego
El presidente Juan Manuel Santos había suspendido los bombardeos a mediados de marzo pero se vio obligado a reanudarlos un mes después, cuando la guerrilla mató a 10 soldados mientras dormían. Aún así, no se suspendieron los diálogos.
Lo mismo ocurre ahora. Las negociaciones continúan en medio de la crisis y se seguirán rigiendo por esa premisa tan difícil de entender para la mayoría de los colombianos que es negociar en medio del conflicto. Santos ha reiterado que es un deber constitucional que las Fuerzas Armadas combatan todo tipo de criminalidad, en este caso, a estructuras de las FARC vinculadas al narcotráfico, la minería ilegal y la extorsión. También dijo que está dispuesto a acelerar los diálogos para obtener lo más rápido posible el cese al fuego bilateral en el que la guerrilla insiste desde el primer día.
Para las FARC, ese es precisamente “el fuerte impulso” que hoy necesitan las negociaciones. Sin embargo, para el director del CERAC, la tregua bilateral no puede ser impuesta por la guerrilla por fuera de la negociación. “No se puede obtener por medio de la violencia, que era lo que en últimas estaba detrás de su tregua”.
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