La inversión pierde brillo
Los flujos de dinero que llegarán a la región en 2015 sumarán 227.500 millones de euros
La inversión extranjera en Latinoamérica se frena. La caída del precio de las materias primas, la creciente aversión al riesgo de los inversores, las tensiones domésticas en un buen número de países y la volatilidad de los tipos de cambio han reducido el atractivo de la región para el capital extranjero. No cabe duda de que los países de la zona siguen siendo mercados con unas expectativas muy favorables en su potencial de crecimiento, que cuentan con enormes recursos naturales, con una clase media en expansión que demanda bienes y servicios y que ha registrado notables avances de gobernanza en los últimos años. Pero la desaceleración económica de China y el cambio en la política monetaria estadounidense previsto para este ejercicio perfilan un escenario de bajo crecimiento económico, con incrementos del PIB que apenas rondarán el 2% anual, según elFondo Monetario Internacional (FMI). Todo en un entorno en el que cada vez más regiones compiten por atraer esos flujos. Unas condiciones insuficientes para continuar con la reducción de la pobreza y mantener los avances de desarrollo económico y social.
Estados Unidos y España son los países que más fondos han destinado a esta zona de América
El Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) prevé que los flujos de capitales a la región caerán hasta los 246.000 millones de dólares (227.500 millones de euros) este año, lo que supondrá un descenso del 12% respecto al año anterior y el menor nivel desde 2009. La organización que agrupa a los principales bancos privados del mundo espera, sin embargo, que la tendencia cambie para 2016 y que los flujos vuelvan a registrar subidas. Menos optimistas se muestran los economistas de BBVA Research, especialmente en un escenario de subida de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal estadounidense. A su juicio, “la retirada de estímulos monetarios de la Fed se traducirá casi con seguridad en una reducción de flujos de capital hacia las economías emergentes, entre las cuales Latinoamérica será la más afectada”. Sus cálculos apuntan a que la región puede experimentar salidas de flujos de capital por el equivalente al 3% del PIB en los dos próximos años, lo que supone que la zona “perderá uno de los vientos de popa que la acompañaron en los últimos años, resaltando la necesidad de relanzar las fuentes internas de crecimiento a través de reformas estructurales”.
Alza en Centroamérica
En esas circunstancias, “la rebaja de las expectativas quizás sea mucho más acertada y cercana a la realidad tras unos años en los que la región pareció El Dorado”, apunta IE Business School en su octavo informe sobre la Inversión Española en Iberoamérica, que recoge esa misma tendencia también en el caso concreto de las empresas españolas.
Si se analiza la evolución de la Inversión Extranjera Directa (IED) en toda América Latina y el Caribe, los datos apuntan un incremento del 6%, que sin embargo resulta muy desigual, con un fuerte aumento en los países de Centroamérica y un descenso de las inversiones en los países del Sur. Brasil sigue siendo el principal país receptor de IED, con una entrada de 64.045 millones de dólares (59.230 millones de euros) en 2013, último año con cifras disponibles para la región y agrupadas por la CEPALen el Panorama Económico y Social 2014. Le sigue México, con 35.188 millones (32.500 millones de euros), más del doble de un año antes; y Chile, con 20.258 millones (18.735 millones de euros), un 29% menos que en 2012. El sector que recibió mayor inversión del exterior fue el de los servicios, con un 38%; seguido de cerca por la manufactura (36%) y los recursos naturales (26%). No obstante, excluido Brasil, en América del Sur el grueso de la inversión extranjera se dirige al sector de los recursos naturales. Según el informe de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), las perspectivas de futuro para la región “son mejores, con nuevas oportunidades en el petróleo y el gas y los planes de inversión de las empresas transnacionales en el sector manufacturero”, especialmente el automotriz en Brasil y México.
China adquiere peso ejercicio tras ejercicio como inversor y banquero en Latinoamérica
“Los países más estables, que más reformas han realizado y más abiertos al sector exterior serán los ganadores en un escenario en el que se vislumbra cada vez más la existencia de ‘dos Américas’ que crecen a ritmo diferente”, recalca Igor Galo, del IE. Los datos del IIF constatan esa creciente disparidad entre los países de la Alianza del Pacífico y los del Mercosur. La inversión extranjera en el primer bloque comercial ronda el 3,5% del PIB frente al 2% en Brasil y menos del 1% en Argentina y Venezuela. Según Galo, “la Alianza del Pacífico, el crecimiento de Centroamérica, las reformas en México y quizás el cambio en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos podrían abrir nuevas oportunidades para el crecimiento” de cara al futuro.
Disparidad
El balance de las inversiones extranjeras en Latinoamérica no solo esconde profundas diferencias entre los países sino, también, el dispar origen de esas inversiones. Estados Unidos sigue siendo el primer inversor regional, seguido por España. Sin embargo, un nuevo jugador empieza a tener una presencia cada vez más destacada en América Latina y es China. Aunque es difícil comparar datos oficiales, dado el retraso de las estadísticas del país asiático, la evolución de la IED de China en América Latina ha tenido un fuerte incremento tras la crisis financiera de 2008. En conjunto, entre 2004 y 2012, la inversión directa china en la región se multiplicó casi por diez, al pasar de 1.762 a 10.538 millones de dólares (de 1.619 a 9.685 millones de euros), según las estadísticas del Ministerio de Comercio de China.
Es más, China se ha convertido en 2014 en el banquero de Latinoamérica, al proporcionar a la zona más financiación que el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) juntos. Según datos de la Iniciativa de Gobierno Económico Global de la Universidad de Boston y del Diálogo Interamericano, los préstamos de China a la región ascendieron a 22.000 millones de dólares (20.220 millones de euros), con Brasil a la cabeza (8.600 millones de dólares), seguido de Argentina (7.000 millones) y Venezuela (5.700 millones), una distribución que refleja más los intereses geopolíticos del gigante asiático y no tanto como respuesta a las relaciones comerciales concretas que tiene con cada país.
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