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Los candidatos uruguayos buscan conquistar al sector agrario

Los productores rurales representan el motor de crecimiento económico

Los candidatos uruguatos: a la izquierda, Pedro Bordaberry, del Partido Colorado; Tabare Vazquez, del Frente Amplio y Luis Lacalle Pou, del Partido Nacional
Los candidatos uruguatos: a la izquierda, Pedro Bordaberry, del Partido Colorado; Tabare Vazquez, del Frente Amplio y Luis Lacalle Pou, del Partido NacionalAFP

En plena campaña electoral para las elecciones del próximo 26 de octubre en Uruguay, los candidatos tratan de seducir al poderoso sector agropecuario, motor de once años de crecimiento económico ininterrumpido con tasas promedio del 5,7%. Los productores temen un nuevo escenario de desaceleración económica y cuestionan la viabilidad del proyecto de inversiones que propone el Frente Amplio, partido en el poder desde hace nueve años.

Los políticos se suceden en el epicentro de la campaña electoral de los últimos días: las calles y pabellones de la Expo Prado, la feria agrícola anual de Montevideo, la capital del país. Los rodeos son el escenario de un particular concurso de belleza ganadera, algunas vacas alcanzan los 9.000 dólares en los remates, reciben fotos y calificativos del jurado. "Muestra de ubre interesante, animal homogéneo pero con falta de armonía dorsal", concluyen los jueces. El país que el presidente José Mujica definió ante la ONU como un lugar "de poco más de tres millones de habitantes y 13 millones de vacas" exhibe su mejor genética animal y su rango de sexto productor mundial de carne.

Y precisamente la carne es el sector que parece resistir mejor a una bajada de los precios internacionales de las materias primas, especialmente los granos, que algunos analistas consideran poco alarmante y otros señalan como el final de un ciclo. En menos de diez años, la soja se convirtió en el principal producto de exportación de Uruguay por encima del sector tradicional de la carne. En 2014 China pasó a ser el primer destino de las ventas del país por encima de Brasil. Uruguay ha diversificado fuertemente sus exportaciones, para el pequeño país sudamericano, que tiene un débil mercado interno. Salir al exterior es esencial: el 80% de su producción tiene como destino el extranjero. Al mismo tiempo, las cifras señalan una disminución de los intercambios con el Mercosur (Mercado Común del Sur), sobre todo en el caso de Argentina, donde las relaciones comerciales está en mínimos históricos.

Tradicionalmente, el sector agrícola es hostil a la izquierda uruguaya, pero el Frente Amplio (FA) ha cuidado las relaciones con los productores, evitando subirle los impuestos como sucedió en la vecina Argentina. Sin embargo, en una nueva coyuntura económica menos boyante, la cuestión vuelve a plantearse y el candidato del FA, Tabaré Vázquez, ha anunciado un tímido incremento de los tributos de las explotaciones mayores de 200 hectáreas que podría representar unos ingresos de unos 50 millones de dólares anuales.

"No esperamos un gran giro tributario. Nosotros no estamos a favor de impuestos fijos a la propiedad de la tierra, sino que pensamos que tienen que salir de la renta, si el productor tiene ganancias que pague. No nos gusta la idea de pagar impuestos a la tierra porque hay años buenos y malos y, si siempre hay que pagar lo mismo, los propietarios se desfinancian", afirmó Rubén Echeverría el presidente de la Asociación Rural de Uruguay.

Las organizaciones rurales reconocen que los dos Gobiernos del FA promovieron la apertura de nuevos mercados, crearon nuevas políticas sanitarias, mejoraron la investigación científica y mantuvieron la estabilidad legal y regulatoria. La principal queja del sector es la falta de infraestructuras: las redes de carreteras están deterioradas, los puertos no dan abasto, la existencia de trenes de mercancías se hace indispensable. Además, los empresarios rurales critican el aumento de los salarios y del gasto social propiciado por el Gobierno del FA con el argumento de que produce un deterioro de la competitividad.

En esta temporada electoral, el campo uruguayo cosecha promesas y busca el mejor modelo de futuro para sus intereses. El Partido Nacional, formación tradicional del campo uruguayo, ha dejado claro que no cambiará el marco general de la política actual pero ha asegurado que atenderá las demandas de los productores. La otra formación conservadora del país, el Partido Colorado, ha sido más radical en su propuesta de bajar impuestos, ahorrar en la gestión del Estado y recortar prestaciones sociales. Por su parte, el Frente Amplio exhibe como bandera una inversión millonaria en infraestructuras, la multiplicación por tres de la investigación científica y la mejora de las conexiones de Internet. Conservadores. Los productores agrícolas temen que se dispare el gasto público y desconfían del voluntarismo de la izquierda.

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