Latinoamérica reclama un nuevo reparto de poder
Argentina y Brasil apoyan la demanda palestina
La presidenta argentina, Cristina Fernández, defendió hoy ante la Asamblea General de la ONU el reconocimiento de Palestina como miembro de pleno derecho de la organización. Para Fernández, impedir la entrada de Palestina a la ONU, en alusión al poder de veto de Estados Unidos, puede seguir "dando coartadas a quienes ejercen el terrorismo a nivel internacional", según informó Efe. "Ruego que Dios ilumine a quienes tienen que tomar esta trascendental decisión en el mundo para lograr mayor equilibrio y que Palestina pueda tener este año su asiento número 194", afirmó.
Fernández criticó también con dureza el actual reparto de poder de la ONU, con un Consejo de Seguridad que sirve "solo para el posicionamiento de sus integrantes".
Los países más poderosos de Latinoamérica hace tiempo que reclaman un nuevo reparto de poder en la ONU y más concretamente en su Consejo de Seguridad. Brasil, como potencia emergente, ha hecho de su entrada en este órgano de la ONU una prioridad de sus relaciones internacionales.
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, insistió en que el mundo necesita un Consejo de Seguridad que "refleje la realidad contemporánea" y que incluya también a los países en desarrollo. La crisis global es "demasiado grave para ser manejada por un pequeño grupo de países" y consideró que "todos tienen el derecho de participar en las soluciones".
Sobre la petición palestina dijo que "solo un estado soberano libre podrá responder a los deseos legítimos de paz con sus vecinos" y de estabilidad en la región. Se da la circunstancia de que Rousseff fue la primera mujer en la historia en inaugurar hoy una sesión de la Asamblea General de la ONU.
Por su parte, el presidente de México, Felipe Calderón, no se mostró favorable a las demandas palestinas y centró su discurso en la violencia del narcotráfico y el crimen organizado, una realidad que "está matando a más jóvenes que todos los regímenes dictatoriales juntos". El mandatario pidió a los países consumidores de droga, como Estados Unidos o España, que reduzcan la demanda de estupefacientes. Calderón inició en 2006 una ofensiva contra el crimen organizado que ya ha costado más de 45.000 vidas en México. "La demanda de drogas sigue en crecimiento. Aquí, en Estados Unidos casi un 30% de los muchachos consumen drogas".
En un tono coloquial y refiriéndose a los presidentes reunidos como "amigos", Calderón dijo que las Naciones Unidas tienen "chamba [un mexicanismo para trabajo] qué hacer". Calderón pidió "continuar impulsando el Tratado Internacional sobre Comercio de Armas y evitar su desvío hacia actividades prohibidas por el derecho internacional". Calderón aseguró que los países deben también tomar decisiones coordinadas para evitar el lavado de dinero y así detener la violencia y muerte que el narcotráfico genera especialmente en América Latina y el Caribe.
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