Los cuatro grandes de la UE piden acciones urgentes para acabar con el régimen libio
El presidente turco pide a la comunidad internacional que todas las sanciones se piensen por los derechos de los libios y no por el petróleo
David Cameron, el primer ministro británico, cerró este sábado en conversación telefónica con la canciller alemana, Angela Merkel, el círculo de los cuatro grandes de la UE para ejecutar con urgencia la acción europea de acoso y derribo de Muamar Gadafi. Antes había hablado con el presidente Nicolas Sarkozy y el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi. "Hubo un claro entendimiento de que las acciones del régimen libio son absolutamente inaceptables y que la brutalidad e intimidación no serán toleradas", señaló un portavoz británico. "Todos estuvieron de acuerdo en que la ONU y la UE deben actuar con urgencia".
La Unión ya acordó el viernes un paquete de medidas de presión sobre el régimen del coronel libio consistente en un embargo de armas y de material antidisturbios, en la congelación de activos de toda la familia Gadafi y en la prohibición de que pisen suelo europeo los Gadafi, y otros responsables por determinar, por la sangre vertida en los últimos días en Libia.
Ese acuerdo político está pendiente de los flecos jurídicos necesarios para ponerlo en práctica. Como los cuatro dirigentes europeos insisten vehementemente en la urgencia de la aplicación de las medidas, tanto en Naciones Unidas como en la UE, podría haber ya decisiones a escala comunitaria en la primera ocasión que se presente, que será cuando el lunes se reúna el Consejo, en su versión de ministros de Energía, en Bruselas.
En previsión de golpes de mano defensivos del régimen, el Gobierno francés ordenó este sábado que se vigilara y alertara de cualquier movimiento sospecho de fondos financieros del entorno de los Gadafi.
Cameron y Merkel también hablaron de la coordinación de sus respectivos esfuerzos para sacar de Libia a sus nacionales. En medios británicos se ha vendido especulando con que comandos de las fuerza especiales SAS podrían estar preparando desde Malta una operación aerotransportada para extraer a británicos localizados en zonas alejadas de Trípoli o Bengasi.
La OTAN sigue con detalle la situación y se prepara para cualquier contingencia, pero de momento mantiene la más discreta posición posible para no poner en peligro las vidas de los occidentales que aún quedan en el país.
Cameron, como antes Barack Obama y el propio Sarkozy, habló también con el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, sin encontrar ninguno de ellos el acuerdo deseado con el país al que gustan de presentar como posible modelo de democracia con raíz islámica. Erdogan les reclamó prudencia en las actuaciones occidentales y que se evite causar más daño al pueblo libio. "Cualquier intervención agravará las situación", manifestó el sábado en un discurso televisado. "Golpearía no al Gobierno sino al pueblo libio. No se puede garantizar la paz en el mundo tratando de imponer sanciones cada vez que ocurre algo".
El líder turco apuntó a intereses no confesos: "Pedimos a la comunidad internacional que trate a Libia no pensando en el petróleo sino en los valores humanos universales y en la justicia".
A la UE le empiezan a llover recomendaciones de politólogos sobre cómo proceder en Libia. Daniel Korsky, del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, ha elaborado una relación de actuaciones en la que, entre otras, sugiere congelar activos de Libia, reclamar una investigación sobre violación de derecho humanitario, impedir el sobrevuelo del país a las fueras aéreas libias y apoyar a la oposición al régimen. Las dos primeras están en vías de ejecución (la segunda con la decisión del viernes del Consejo de Derechos Humanos de la ONU de reclamar una investigación sobre posibles crímenes contra la humanidad) y la tercera está a expensas de que no queden europeos sobre los que el régimen pueda tomar represalias. Sobre la posibilidad de establecer contactos con quienes combaten al coronel libio el entorno de Catherine Ashton, coordinadora de la política exterior europea, responde: "La situación es muy difícil y compleja. Estamos centrados en la adopción de medidas para presionara a las autoridades libias".
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