Japón aprueba el envío de tropas a Irak a pesar de las críticas de la oposición y la sociedad
Esta decisión histórica ha levantado una fuerte polémica debido a la inseguridad en Irak y al pacifismo de la Constitución nipona
El Gobierno japonés ha aprobado esta mañana el envío a Irak de un contingente de soldados para tareas humanitarias y de reconstrucción. Esta decisión histórica ha levantado una fuerte crítica en el país debido, principalmente, al aumento de la inseguridad en el país ocupado y, de fondo, al pacifismo consagrado en la Constitución nipona.
El primer ministro japonés, Junichiro Koizumi, y sus ministros han dado luz verde al plan básico según el cual unos 600 soldados de las Fuerzas de Auto Defensa (SDF), nombre que recibe el Ejército nipón, estarán destacados durante un año al sur de Irak, a la región de Muthana, cuya principal ciudad es Samawa, a unos 250 kilómetros al sudeste de Bagdad. El contingente nipón desempeñará trabajos de suministro de agua a la población, reconstrucción de infraestructuras públicas y mejora de los servicios médicos y educativos, entre otros.
Koizumi ha ampliado los detalles del plan en una conferencia de prensa, aunque no ha revelado lo fundamental: la fecha en que saldrá el contingente, que decidirá la Agencia de Defensa la semana próxima. Según fuentes oficiales, citadas por la prensa local, la salida se producirá entre enero y febrero próximos, aunque se estudia el despacho de una avanzadilla de las fuerzas aéreas antes de fin de año. Además, la agencia Kiodo afirma que Koizumi prevé enviar a las fuerzas del aire en un primer momento para, a continuación, enviar una unidad del las fuerzas de tierra. El contingente de las fuerzas militares niponas incluye diferente material de transporte como 200 vehículos armados, ocho aviones, dos vehículos anfibios y dos destructores.
China, contraria a la decisión
Durante la rueda de prensa, el primer ministro ha defendido la necesidad de enviar a los militares japoneses y ha subrayado que irán en misión no bélica y de paz para ayudar a reconstruir un país diezmado por los ataques bélicos de la coalición internacional que derribó al ex presidente iraquí Sadam Husein. "No vamos a una guerra, sino a la reconstrucción de un país. Pero vamos preparados ante la posibilidad de ser objeto de ataques terroristas", ha reconocido Koizumi. "No puede decirse que no haya peligro, pero tenemos la responsabilidad de ayudar a la reconstrucción de Irak, junto con casi 40 países", ha añadido Koizumi en su residencia oficial, en cuyo exterior un centenar de manifestantes de organizaciones cívicas mostraba su oposición al envío de militares.
Por vez primera en una misión fuera del archipiélago, el Gobierno autorizará a las tropas a portar armamento anticarro y bazocas para la defensa de su personal contra ataques de elementos insurgentes que puedan surgir debido a la inseguridad que reina en Irak, donde han aumentado las hostilidades contra las fuerzas multinacionales allí desplegadas. Hasta la fecha y desde que hace 12 años comenzaran a participar en misiones internacionales junto a los cascos azules de la ONU, los soldados japoneses no han llevado fuera del país otras armas que pistolas o fusiles y su uso ha estado muy restringido.
Los partidos de la oposición se han apresurado a criticar la decisión y han considerado equivocada la promesa que Koizumi hizo al presidente estadounidense, George W. Bush, de enviar soldados para la reconstrucción de Irak. La sociedad japonesa también ha reaccionado con virulencia después de la muerte en atentado de dos diplomáticos japoneses destinados en ese país, al final del mes pasado. Además, el envío de tropas entra en contradicción con la Carta Magna del país, deudora de la II Guerra Mundial y que proclama el pacifismo entre los rasgos fundamentales de Japón. Por su parte, el Gobierno chino ha afirmado que la paz y la estabilidad en la región y en el mundo se beneficiarían "si Japón dejara sus fuerzas dentro de sus fronteras".
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