Un helicóptero de EE UU se estrella tras ser alcanzado por un misil en Faluya

Los ataques que día tras días lanza la resistencia contra la ocupación angloestadounidense en Irak se han cobrado la vida hoy de al menos tres personas. La acción más espectacular se ha saldado sin víctimas, pero con el derribo y destrucción a primera hora de la tarde de un helicóptero estadounidense de vigilancia aérea en Faluya.

Según ha informado un portavoz del Pentágono, el aparato, un OH-58 Kiowa, no se ha estrellado sino que ha realizado "un aterrizaje controlado" por causas "aún desconocidas", lo que técnicamente ha denominado "aterrizaje duro". Según estas fuentes, nadie ha resultado herido, pero el helicóptero ha quedado completamente destruido.

Testigos presenciales han indicado a la cadena de televisión árabe Al Yazira que el aparato fue alcanzado por un misil. En noviembre, tres helicópteros estadounidenses se estrellaron tras ser atacados por la resistencia iraquí (uno de ellos precisamente en Faluya); perdieron la vida 16 soldados.

El ataque más mortífero se ha producido esta mañana en Bagdad, donde la explosión de una bomba en la mezquita suní de Ahbab al Mustafá poco después del rezo matinal ha causado la muerte a tres iraquíes. Otros dos han resultado heridos, según han informado fuentes policiales. El estallido ha abierto un boquete en el muro que rodea el templo religioso, situado en un barrio del oeste de la capital, y ha provocado un incendio en su interior.

Horas antes, de madrugada en España (4.45 en Irak), un terrorista suicida ha estrellado un vehículo cargado de explosivos contra la entrada de la base militar estadounidense de Tall Afar, cerca de la norteña Mosul. Al menos 58 soldados han resultado heridos. Según fuentes militares, los guardias que protegían la instalación han disparado contra un coche que no se detuvo en el puesto de control a las puertas de la base; el vehículo ha hecho entonces explosión.

Además, tres soldados estadounidenses murieron ayer y otro resultó herido al caer por accidente dos vehículos militares en un canal al norte de Bagdad, según ha informado hoy un portavoz del Pentágono.

Un total de 448 soldados de EE UU han muerto en Irak desde que el 20 de marzo empezara la invasión del país liderada por Washington. Según ese recuento, 308 cayeron en ataques de la resistencia —tanto durante los combates como en la posguerra—, y 140 murieron en accidentes o como consecuencia del denominado fuego amigo.