El Tribunal Superior recuerda a la policía que no puede expulsar a un inmigrante alegando que le ha detenido
Almeida zanja las dudas sobre su candidatura con los socialistas
"El ADO, un plan de premios y castigos"
Theresa Zabell, al borde de la retirada, vuelve a criticar un sistema de élite que la deja sin beca por criterios "objetivos".
La pernada nacional
Dos intoxicados graves y seis leves al arder un piso en Fuenlabrada
AGENDA [HH] Hecho en Cádiz
Atapuerca 1999
Las empresas pueden ahorrar hasta el 30% de su factura eléctrica negociando precios
"Me encanta la luz de miel del atardecer de Madrid"
Black rain
Nuevas amenazas contra concejales del PP y PSE
Romiti negocia con Murdoch para la TV de pago italiana
Monitores escolares
La oposición achaca al PP el enriquecimiento de la ex concejal tránsfuga de Benidorm
SOS Arana prevé unos beneficios de 590 millones de pesetas en 1999
El consejero arremete contra la prensa y los sindicatos
Yeltsin acude al Kremlin para acallar las críticas tras su viaje a Jordania
LAB advierte que el 93% de los contratos firmados en 1998 fueron precarios
Los vizcaínos Fumas Iskariote se suman al apogeo del "hip hop" en castellano
ANDER REZABAL PRODUCTOR DE "TXAKOLI" "El "txakoli" de barrica recuerda a piña y frutas tropicales"
El PP presentará en quince días sus candidaturas a las municipales
Enterrado en el cementerio de Pasaia el único tripulante del "Marero" localizado
El logotipo que no gustó
"Mi hijo murió por 20 francos"
Mi hijo murió por 20 francos . Uno de los siete casos que el Tribunal de Justicia de la República juzgará a lo largo de las tres próximas semanas en París es la muerte de Charles Edouard, un niño de 5 años que murió hace ocho víctima de una de las transfusiones de sangre que le practicaron nada más nacer en mayo de 1985 para atenuar los efectos de una ictericia. La madre, Agnès Cochin, trabajaba en la industria farmacéutica y supo, en consecuencia, mucho antes que otros, el destino que el virus del sida tenía preparado para su único hijo. Agnès se alegró cuando el niño, ya esquelético y con los ojos hundidos, entró en estado coma. Aquello, recuerda, significaba el fin de su sufrimiento. Lo que sigue es el testimonio de Agnès al diario Le Monde: