Los artistas de la democracia se consolidan en una muestra dedicada a la abstracción
Una exposición reúne a 41 creadores que dominaron la pintura y la escultura entre 1969 y 1989
El crítico de arte Mariano Navarro plantea en la exposición Imágenes de la abstracción (1969-1989), organizada por la Fundación Caja Madrid en tres salas de la ciudad, que la primera generación de la democracia dominó la escena artística de los años setenta y ochenta. "No es una historia de la abstracción en España, sino la imagen de nuestra realidad histórica a través de los artistas más interesantes". El montaje reúne 108 pinturas y esculturas de 41 artistas, que se han distribuido en la sala de las Alhajas (plaza de San Martín, 1) y en dos espacios del antiguo MEAC, en la Ciudad Universitaria.
"Los años ochenta estuvieron dominados por Barceló, Sicilia y Broto, y parece que no hay nada delante y detrás", declaró Mariano Navarro en la presentación de la muestra Imágenes de la abstracción (1969-1989). Barceló es uno de los ausentes de este recorrido por los artistas de la transición que se consolidan en los años setenta y ochenta. "Barceló, un inmenso pintor, no está por razones cronológicas, estilísticas y por el concepto de la exposición, que señala las líneas de fuerza sobre la abstracción. En los setenta no pinta, y en los ochenta, con temas de bibliotecas, hace figuración". La intención de la muestra, según el comisario, es exponer las figuras que "se han vinculado a tres movimientos que con más fuerza han fecundado la abstracción", como el minimal, el povera y el conceptual, tanto en los materiales como en el sistema de representación. El punto de partida es la ruptura con el grupo El Paso y el informalismo y la publicación en 1969 de Arte último. La nueva generación en la escena española, de Juan Antonio Aguirre, y termina en 1989 con el Premio Nacional de Artes Plásticas a José María Sicilia.
Olvidados
Mariano Navarro insiste en que no ha querido presentar una historia de los pintores españoles de los ochenta, sino rescatar la obra de artistas olvidados de los setenta y seguir la trayectoria de algunos de ellos en las dos décadas. "He querido mostrar el trabajo de los artistas desde la primera formulación de una estética científica hasta el final de los ochenta, y he seguido esos cambios hacia lo que podría definirse como una poética de la subjetividad". La denuncia política de El Paso se convierte en estos artistas en "la historia del propio sujeto". El montaje, con diseño de Andrés Mengs, se ha distribuido en tres espacios diferentes. En la sala 1 (sala Julio González del antiguo MEAC, avenida de Juan de Herrera, 2, en la Ciudad Universitaria de Madrid) comienza la exposición con una tela de Juan Navarro Baldeweg de 1963, que se expone 15 años después; obras de Yturralde y algunas piezas geométricas, difíciles de identificar, de Guillermo Pérez Villalta, Manolo Quejido, Gerardo Delgado, Herminio Molero, José Manuel Broto, Miguel Ángel Campano y Jordi Teixidor. Otras piezas se reconstruyen o recuperan, como las de Nacho Criado, Mitsuo Miura, Gerardo Delgado o José Ramón Sierra, donde se aprecian los cambios radicales en los materiales (como las lonas de Susana Solano o la fibra de vidrio de Eva Lootz). En otros espacios se enfrentan grandes telas de Teixidor, Delgado, Tovar, Broto, Gonzalo Tena, Javier Rubio, Xavier Grau y Santiago Serrano con esculturas de Miquel Navarro y Sergi Aguilar. En el recorrido figuran otras obras de Elena Asins y Soledad Sevilla, Salinas, Suárez, Sierra, Broto, Grau y Campano.Algunos de ellos se encuentran también en la sala de las Alhajas, donde se vuelve a plantear "un diálogo permanente" entre pintores y escultores de los ochenta. Un cambio que se aprecia en las cartelas es que las obras pertenecen en su mayoría a colecciones de instituciones oficiales y museos, frente a la sala anterior, donde la procedencia señala más a las colecciones de los propios artistas -señal de que no vendieron en su momento- o de los fondos de galería.
En la planta baja se han situado tres enormes lienzos de Sicilia y dos piezas de Susana Solano, para llenar las paredes con Broto, Grau y Uslé. En los pisos superiores se combinan Delgado, Bados, Teixidor, Serrano, Miura, Urzay, Álvarez Basso y Tovar con Goyenetxea, Colomer y Badiola.
La sala Manuel Millares (MEAC) está dedicada por completo a la escultura, "uno de los aspectos más innovadores de los ochenta", según el comisario. Se han distribuido piezas de Ángeles Marco, Aguilar, Sinaga, Cristina Iglesias, Bados, Irazu y Badiola, con predominio del acero. Mariano Navarro afirmó que en estas últimas décadas "no se ha dejado de pintar". El comisario dedicó la exposición, que estará abierta hasta el 20 de abril, a la conservadora Ángeles Dueñas, vinculada al centro de documentación del Museo Reina Sofía, fallecida en noviembre, que formó parte del equipo.
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