Menú semanal de El Comidista (16 a 22 de abril)

Esta ensalada tiene como principal gracieta unos garbanzos crujientes facilísimos de hacer: solo hay que especiarlos y meterlos en el horno.

¿Se pueden conseguir unas alitas perfectamente crujientes sin tener que freír? ¡Por supuesto! El secreto está en tu propia alacena.

Pobre pomelo, relegado a la categoría de desayuno de dieta por su punto amargo y su ligereza. ¿Lo has probado asado?

Unos cachos de pan seco, unos ajos, aceite de oliva y unos trozos de cerdo y tendrás una maravilla gastronómica de primer orden.

Como una ensalada de pasta, pero en su versión caliente: con los tomates jugosos y ligeramente caramelizados.

Aprovechemos la recta final de las naranjas sabrosonas para hacer un flan diferente, con leche de almendras y agua de azahar.

Este aperitivo es apto para los que no comen animales, con el punto dulce de la miel, el crujiente de las nueces y la intensidad del queso azul.

Un lecho de fina patata crujiente con tomillo y chalota, coronado por una sabrosa caballa regada con una salsa de ajo asado y limón.

Uno de esos postres para disfrutar sin ningún tipo de control calórico de por medio, pura lujuria hecha carbohidrato. Muy apto para vacaburras.

Un corte de cordero que se viene arriba en una combinación dulce, ácida y aromática con guisantes, miel, mostaza y ralladura de limón.

Esta delicia turca es jugosa, maravillosamente equilibrada de especias y con un punto picante perfecto. ¿Tienes el babero a mano, no?

La masa mantecosa y con un punto salado, el relleno ácido y sabroso y la dulzura y la textura del merengue convierten a esta receta en un éxito.

¿Ves las alcachofas en la frutería pero no sabes qué hacer con ellas? Te enseñamos a pelarlas, cocinarlas y usarlas en esta deliciosa tortilla.

Hoy, en ensaladas que lo petan: esta de arroz con mejillones en escabeche, que, sin duda, te sabrá a sobremesa bajo la parra.

Convertimos el viejuno banana split en un postre saludable, casero y sin azúcares añadidos. La sombrillita de papel y las bengalas las pones tú.

Buenos, bonitos, baratos y rápidos, los garbanzos o judías de bote pueden ser tan dignos como los caseros si los cocinas bien.

Si no tenéis frambuesas a mano, podéis usar cualquier otra fruta roja, mango, papaya o incluso plátano como pareja de baile.

La cebolla es uno de nuestros ingredientes básicos. Y en esta receta lo más difícil es caramelizarla mientras conectas con tu yo más profundo.

La piña rellena es viejuna, sí. Y qué: eso no hace que pierda ni un ápice de molonidad y ricura. Rindamos un homenaje a este postre exótico.

Los hay con ensalada o sin ella, pero esos gintonics están muy vistos. Nosotros te proponemos una vuelta a sus orígenes con este copazo.