Banana split 100% casero
Convertimos el viejunísimo banana split en un postre saludable, casero y sin azúcares añadidos. Te damos el secreto del helado hecho con un solo ingrediente: la sombrillita de papel y las bengalas las pones tú.

En la colección comidista de postres viejunos ya tenemos la tarta al whisky, la ídem de galletas y chocolate, los limones helados o la piña rellena. La colección de dulces infantiles y ochenteros casi completavamos, en la que -para completar el álbum- sólo faltaba el banana split. Junto al pijama era el postre con el que todos los niños soñaban, ése que prometían las madres durante el viaje de 12 horas a la playa y parecía que nunca iba a llegar.
En su versión original, el banana split tiene menos complicación que el funcionamiento de un chupachús: se trata de un mero ensamblaje de piezas, una cadena de montaje que junta un plátano abierto por la mitad con bolas de helado, nata y todos los adornos churriguerescos que se tuvieran a mano. Guindas, fresas, piña, chocolate líquido, caramelo, chispitas de colores, frutos secos, barquillos, lacasitos; en el plato cabía de todo y cuanto más cosas llevara el split, más alucinaban los comensales. Las sombrillitas de papel en colores fosforitos y las bengalas eran el no va más, lo que todos mirábamos con envidia en el chiringuito mientras comíamos unas tristes natillas.
Inventado en 1904 en Latrobe (Pennsylvania, EEUU), el banana split sufrió en España diversas modificaciones al tuntún que, francamente, lo mejoraron: del trío vainilla-chocolate-fresa se pasó al tutti frutti, al chorrete de licor y al helado de ron con pasas —para solaz de adultos—, y del plato pequeño a la copa de helado tamaño bañera.
Igual que en el caso del ilustre postre pijama, la receta del split es a+b+c, y un poco siesa para poner aquí porque se trata de cortar el plátano, sacar helado de bote y chimpún. De modo que la he cambiado un poco -o bastante- para convertirla en un plato saludable y apto para caer en la tentación sin sentir ni una miaja de remordimiento. En vez de usar helado comprado o normal (con su nata, sus huevos y su todo), vamos a hacerlo en casa de una manera aún más fácil que ésta, que ya es decir. Tan sólo necesitas plátanos y un procesador de alimentos, picadora de cuchillas o un aparato similar. Parece mentira pero mira, mira la foto de portada y comprueba la cremosidad cochinera de esas bolas de helado: están hechas únicamente con plátano, cacao y fresas. Alucina, vecina.

El misterio está en cortar el plátano en rodajas, congelarlas y triturarlas. Y punto. Aunque al principio dudes, persona de poca fe, verás cómo de repente la masa de tropezones congelados se convierte e una crema untuosa y espesa, como un helado ligeramente derretido. Se puede dejar así tal cual, en helado de plátano sin más, o añadir otros ingredientes en ese momento para conseguir sabor a vainilla, cacao, especias u otras frutas. De medio kilo de plátano salen unas siete bolas de helado hermosas, más si agregas fresas o frambuesas congeladas, como es el caso, o varias cucharadas de cacao puro en polvo.
¿Me puedo volver locatis y echar todo lo que me venga en gana a este mágico helado? Depende. La fruta -queda muy bien con mango-, hay que integrarla de la misma manera que el plátano, congelada en láminas o trozos pequeños. Con los ingredientes secos como cacao, canela, vainilla o frutos secos no hay límite, pero sí con los cremosos o líquidos. No se te ocurra echar azúcar normal (ya sea blanco o moreno), si quieres que sepa más dulce porque el frío rebaja un poco el dulzor a todo: mejor prueba con un poco de miel, jarabe de arce u otros azúcares en estado líquido. Poner nata o yogur es innecesario, porque este helado es cremoso de por sí, y en caso de que lo hagas y quieras volver a congelarlo para que coja consistencia, es posible que tengas que volver a triturarlo para recuperar su textura original.
Los plátanos se ponen normalmente abiertos por la mitad y crudos, pero también puedes freírlos o caramelizarlos en una sartén con una cucharada de azúcar. Claro que entonces nos alejamos del objetivo 0% azúcar, pero bueno, haremos la vista gorda. Yo en lugar de nata he puesto yogur, pero siéntete libre de hacer lo que te dé la real gana, faltaría más. Las cerezas son la guinda literal del postre, pero igualmente admite fresas, piña en trozos, melocotón, y por supuesto, caramelo o sirope de chocolate como éste que hicimos para tortitas y que se puede guardar en la nevera para accesos de vicio.
Ten preparados previamente los plátanos y los acompañamientos, para comer el helado recién hecho o con muy poco tiempo en el congelador después de triturado, para que no se vuelva duro.
Dificultad: 2 + 2 = 4
Ingredientes
Para 2 personas
Para 6 bolas de helado
- 400 g de plátanos
- 100 g de fresas
- 3 cucharadas de cacao puro en polvo
- 2 plátanos
- Yogur natural, normal o griego (o nata montada)
Para decorar
- Fruta
- Frutos secos
- Cereales
- Caramelo o sirope de chocolate
Instrucciones
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