Diez ensaladas para salirse de la de lechuga y tomate
Las ensaladas son nuestras grandes aliadas cuando aprieta el calor porque son frescas, sencillas y completas. Si sólo se te ocurre hacerlas de tomate y lechuga, estas 10 ideas te ayudarán a salir de la rutina.
Como todos los años, vuelven los días en que lo único que te apetece para desayunar, comer y cenar -e incluso merendar- es algo fresquito y verduroso como una buena sopa fría o una refrescante ensalada. Es natural que sintamos esa inclinación, porque las ensaladas se toman frías, requieren poca elaboración en los fuegos de la cocina y sus ingredientes tienen una gran proporción de agua, lo que contribuye a hidratarnos, vitaminarnos y supermineralizarnos, como decía Super Ratón. Tomar ensaladas en verano tiene además la ventaja de que puedes usar excelentes hortalizas de temporada en lugar del porexpan que tenemos el resto del año. Y el sabor es otra cosa.
Dos ensaladas con tomate
El tomate es uno de los ingredientes estrella del verano, temporada en la que tenemos alguna posibilidad de que tenga sabor. Un tomate en su punto y de calidad lo admite todo en cuestión de ensaladas, desde tomarlo solo con un chorrito de aceite, unas hierbas y algo de sal -yo tomaba los tomates raf genuinos a bocaos, como una fruta, en los legendarios años en que llegaban a mi zona-, hasta combinaciones más imaginativas, que vayan un poquejo más allá de la consabida ensalada mixta con su lechuga, su atún de lata y demás acompañamientos que todos conocemos; el tomate combina con casi todo, como un vestido negro.
Probadme esta ensalada griega de tomate y pan crujiente que se hace así para 4 personas: tuesta en el horno durante media hora unas rebanadas de pan untadas de aceite de oliva, hasta que estén crujientes. Pica 750 g de tomates maduros en una ensaladera, mezcla con el pan tostado y cortado en picatostes, 150 g de queso feta, un poco de orégano y aliña con sal y aceite de oliva virgen. Ñam. Otra opción: una sorprendente ensalada de sandía y tomate, con el añadido de la fruta, que contribuye muy mucho al frescor, para salir del sota, caballo y rey de las ensaladas de tomate. Atreverse.
Ensalada César original
Como nos contaba Ana Vega, la ensalada César genuina no es estadounidense ni italiana, sino mexicana de Tijuana, y poco se asemeja a esa porquería anegada en salsa industrial -para camuflar la mediocridad de sus ingredientes-, que encontramos con frecuencia. La ensalada César comme il faut lleva lechuga, queso parmesano, huevo cocido y unos picatostes especiados, poco más, todo ello convenientemente aliñado con aceite, limón, salsa Worcestershire, sal, pimienta y ajo. La receta completa y facilísima la tenéis aquí. A Dios pongo por testigo de que nunca os volverán a tomar el pelo en las franquicias que todos conocemos con sucedáneos de ensalada César.
Ensalada rusa de patata con langostinos
Las ensaladas de patata son un clásico del verano porque lo aguantan todo y llenan andorgas a base de bien. Perfectas para los amantes de una buena mayonesa o de salsas algo más ligeras como las que se elaboran con base de yogur, pueden servir casi de plato único para esos sujetos que vuelven de la playa al apartamento muertos de hambre y asalvajados.
Desde nuestra ensaladilla rusa, fórmula que no falta en ningún chiringuito de playa, hasta versiones foráneas como esta ensalada rusa de patata con langostinos, con una salsita de yogur y que sigue la estela de las ensaladas nórdicas o del este de Europa, con sus pepinos y rabanitos encurtidos, las ensaladas con patata siempre triunfan. Patata cocida + langostinos + encurtidos = felicidad.
Ensalada de pasta
Otra habitual de las mesas veraniegas, al igual que las ensaladas de patata, la ensalada de pasta llena más que las ensaladas puramente de hortalizas. Para hacer la ensalada de pasta perfecta tienes aquí las instrucciones pertinentes, con todas las razones de por qué no debes convertir tu ensalada de pasta en el coche escoba de los restos de la nevera (nunca); tampoco es una ensalada mixta, le van bien las hortalizas cocidas, asadas o pasadas por la parrilla, aunque sea ligeramente, en lugar de crudas. Ah, y ni se te ocurra ponerle mayonesa como aliño: no, hombre, no.
Si necesitas una fórmula canónica de ensalada de pasta para 4 personas, cuece 240 g de pasta seca y escúrrela; cocina a la plancha media pechuga de pollo y córtala en trocitos. Cuece 2 huevos y corta en trocitos la clara. Usa las yemas cocidas para hacer un ajilimójili de aliño con 1 diente de ajo majado, un poco de albahaca fresca, 2 tomates secos en aceite, aceite de oliva, vinagre y sal. Monta la ensalada con la pasta, el pollo, un par de tomates frescos, aceitunas negras y el aliño preparado. Para chuparse los dedos hasta de los pies.
Ensalada campera
Entre las ensaladas que ayudan a llenar estómagos está la maravillosa ensalada campera, otra variante de las ensaladas con base de patata en cubos o rodajas. Basta con juntar este tubérculo cocinado al vapor -queda más firme- con la cantidad que te apetezca de atún y aceitunas verdes o negras. Aliñas con unas cuantas hortalizas picadas para dar sabor y color (cebolla o cebolleta, pimiento rojo y verde), aceite, vinagre y sal, y obtendrás otro clásico del veraneo y el tapeo españoles. Si queréis discutir acaloradamente, dilucidamos si esta ensalada debe llevar pepino o no. Desde aquí, una odiadora del pepino os saluda con la manita.
Ensalada verde con trucha ahumada
En esta fórmula Raquel Bernácer combina un clásico de las ensaladas, la ensalada verde, una colección de hojas verdes variadas, que pueden ir desde la ubicua lechuga a las espinacas crudas, pasando por rúcula, berros, canónigos, etc., con el sabor intenso y salado de un pescado ahumado como la trucha. Si te sientes especialmente rumboso o tu presupuesto te lo permite, cambia la trucha por un suculento salmón ahumado. Con su puntito de frutos secos y la deliciosa vinagreta de cerezas que aporta dulzor, una ensalada original, fresca, muy sabrosa y con el sello de toda una señora nutricionista.
Mojete huertano o ensalada murciana
Soy gran fan del mojete huertano, porque no solo es extra refrescante, sino que lo montas en un pispás. Esta ensalada típica de Murcia (qué hermosa eres, tu huerta no tiene igual) se prepara de la siguiente forma: pones cuatro tomates en el horno bajo el grill fuerte, hasta que se les queme la piel por todos los lados. Se dejan enfriar y se pelan. Después los cortas y los pones con todo su jugo en una ensaladera. Añades un poco de cebolleta picada y aliñas con aceite, vinagre y sal. Rematas con una lata de atún, un huevo duro y un puñado de aceitunas negras, y a la mesa con pan abundante para mojar como si llegara el fin del mundo.
Esta ensalada admite el uso de tomates pelados de lata cuando no dispones de buen tomate fresco, y es de esas combinaciones sencillas que lo fían todo a la excelencia de los ingredientes de la huerta murciana, como tantas otras de la cocina tradicional. Destripe: sí, con excelentes tomates y buenas conservas el resultado es magnífico.
Ensalada de garbanzos, bacalao y pimiento
Como nuestro gran jefe sioux Mikel López Iturriaga, soy forofa de los garbanzos; si sois de los que toman cocido con 30° a la sombra, me comprenderéis. Pero en verano conviene no exponerse a la deshidratación más de lo inevitable, por ello las ensaladas con garbanzos frías o templaditas son una excelente solución para el mono de esta legumbre. Así comemos legumbres también en la canícula, que todos los nutricionistas del mundo mundial nos dicen día sí, día también, que es lo mejor para nosotros, que nos suavizan el carácter, nos hacen el pie más pequeño y con ellas llegaremos a los 100 años, aunque sea un poco más flatulentos.
Una propuesta rápida en esta línea: 300 gramos de garbanzos (o judías o lentejas), medio kilo de tomate cortado en trozos, 8 filetes de anchoas, 100 gramos de queso fresco y 50 gramos de aceitunas negras (deshuesadas con tus manitas, a poder ser, que están mucho más ricas). Aliñas con aceite de oliva virgen extra y un poco de sal, y listo. Esta ensalada admite las variaciones que te dé la gana: le puedes poner bacalao desalado desmigado, sardinillas, pepino picado o huevo duro (o mejor aún, cocido sólo 7 minutos para que la yema esté cremosa). Y también se puede animar aliñando previamente las legumbres con especias como comino, pimienta o pimentón y un poco de aceite.
Más ideas: esta fórmula de garbanzos en ensalada combina la legumbre con delicioso bacalao y con el dulzor de los pimientos asados, que si estáis demasiado atocinados para hacerlos en el horno, podéis poner recién sacados de un bote de buena conserva. No todo va a ser sufrir. De propina, otra ensalada con garbancetes con sardinas y cebolla marinada.
Ensalada especiada de melocotón y lima
Fantástica idea la de condimentar la fruta como si fuera un ceviche, con su lima, su jengibre, su guindilla, su cilantro, su camisita y su canesú en esta macedonia salada. La combinación de cebolla u otra hortaliza con fruta no es exclusiva de tierras lejanas, que en nuestro país tenemos ejemplos de ensaladas de naranja con cebolla en el limón serrano salmantino, entre otros, o naranja con pimiento morrón en alguna ensalada andaluza. En esta receta la combinación de sabores dulces y salados produce un efecto especialmente refrescante que potenciaremos si mantenemos los melocotones en la nevera hasta el momento de hacer la ensalada. Y también puedes usar alguna otra fruta que te apetezca en lugar de melocotón, como mango, sin ir más lejos.
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