Productos para comer y beber como un rey (o una reina)
No solo de perdices y grandes vinos viven los monarcas: turrones, gazpachos, sardinas o espárragos forman parte de su dieta. Recopilamos algunas de sus marcas favoritas de alimentación y bebida.
Las interioridades de las casas reales son más propias del ¡Hola! que de El Comidista. Pero si la expresión "comer como un rey" significa "comer bien (y abundante)", alguna enseñanza gastronómica podremos sacar de las preferencias en cuanto a productos y marcas de los monarcas, cuyo paladar suponemos mimado por siglos de privilegio alimentario.
En España no resulta fácil saber qué comen los reyes. En las cenas de Estado "se establecen patrones de rotación de los más destacados chefs de cocina española que otorga una gran variedad de platos tradicionales gracias a la excelente gastronomía de España", según explica el director de comunicación de la Casa del Rey, Jordi Gutiérrez. Respecto a la vida diaria, Zarzuela es todavía más opaca. "El servicio de cocina de la Familia Real pertenece a su ámbito privado", asegura Gutiérrez.
Sin embargo, con el tiempo han trascendido informaciones sobre algunos aspectos de las vidas gastronómicas de la familia. Como que el Rey emérito, por ejemplo, es un gastrónomo de morro fino que ha visitado a todos los grandes (Berasategui, Arzak, los Roca…), a menudo acompañado de la infanta Elena. O que la reina Sofía es vegetariana. Pero a pesar del secretismo -y gracias a que otras familias reales europeas apuestan justo por lo contrario, publicando hasta la marca de pañuelos de papel que usan- hemos podido descubrir algunos productos que te harán digerir al alimón con reyes y reinas. Para lo del sueldo vitalicio, me temo que tendrás que esperarte un poquito más.
El jerez que bebe Isabel II cuenta con la distinción de haber obtenido un Royal Warrant. Es decir, un sello que otorga la propia reina y que habilita a la marca como proveedora de su casa. Los poseedores de un Royal Warrant tienen incluso su propia asociación, y como comenta Eugenia Herrera, la directora de marketing de las bodegas, "es algo muy importante, porque Gran Bretaña es el principal destino de las exportaciones de jerez y, además, el Harvey’s Bristol Cream es el más consumido de todo ese mercado". El Bristol Cream es una variedad a la que en España prestamos poca atención, porque nos suelen gustar más los finos y manzanillas, pero que es deliciosa. Se suele elaborar a partir de vinos olorosos, y es dulce y con cuerpo. Eso sí, resérvala para el postre, aunque en Buckingham Palace prefieran servirla, por ejemplo, en las salas de espera de las audiencias reales. Precio: a partir de 9 euros, en bodegas y grandes superficies.
Si hay una bebida que se haya ganado el corazón de las casas reales -con permiso del champán, claro- es el Dubonnet. Aunque no suele encontrarse en los mueblebares modernos, y el revival del vermut no parece haber alcanzado a sus primas las quinas (al menos, fuera de las coctelerías), éstas formaban parte del panorama común del bebercio durante todo el siglo XX, y se daban incluso a los críos para reforzar la salud (como en el caso de la famosísima quina San Clemente). Y si es bueno para los niños, mejor aún era para los reyes. El sabor amargo del Dubonnet -derivado de la misma quinina que se empleaba en la tónica- combina, oh sorpresa, a las mil maravillas con la ginebra, y en este combo solía tomarlo la Reina Madre. Alfonso XIII, en cambio, dio su nombre a un cóctel, el "Alfonso", que lo combina con jerez. Precio: a partir de 7 euros en bodegas.
Clásicos entre los clásicos, saben como tiene que saber un turrón, a almendra y miel, con una textura entre blanda y crujiente. Lo decimos nosotros y lo dijeron varias generaciones de monarcas españoles, desde Isabel II hasta Alfonso XIII, puesto que eran Proveedores de la Real Casa hasta 1936, cuando dejó de existir este sello. En la Zarzuela siguen disfrutándolos porque la propia tienda "manda cada año una bandejita por Navidad a Zarzuela, como recuerdo de esta tradición", según nos cuenta Laly Arias, administrativa de la empresa. Si estás en Madrid, no dejes de ir, que todavía ostenta en su local el cartel que recuerda este singular pasado. Precio: según producto, consultar tienda online.
Una leyenda urbana afirma que hace dos o tres décadas alguien mandó una lata de estos espárragos al rey Juan Carlos. Cuando el monárquico emprendedor preguntó por la opinión del soberano sobre ellos, al parecer obtuvo como respuesta que los había encontrado literalmente "cojonudos". Si non e vero, e ben trovato, y los espárragos de esta marca, aunque enormes de tamaño, son tiernos y suaves. Eso sí, asegúrate de que los que elijas lleven también el sello de calidad Navarra Reyno Gourmet, para certificar que se han producido en la propia comunidad. Precio: a partir de 10 euros los envases de 1 kilo, en tiendas gourmet y grandes superfícies.
Si es bien conocida la afición de la difunta reina madre inglesa y la de su longeva hija por el combo de ginebra y Dubonnet antes de las comidas, el palacio de Balmoral tiene no menos de cinco whiskys en cartera. El preferido del príncipe Carlos es el Lagavulin, un estupendo Islay que sabe niebla y turba, con toque seco que le hace ser muy apreciado tanto por los que toman estos destilados solos como en algunas preparaciones de coctelería. Precio: a partir de 47 euros (el de 16 años).
Desde la proclamación en 2014 de Felipe VI, la Casa del Rey firmó un compromiso de transparencia que activó la contratación mediante subasta de los suministros alimenticios, los acuerdos se firman con compañías como Pinipesca, a la que se le adjudicado un total de 140.00 euros para pescado y marisco fresco, congelado o ahumado. No sabemos si en esta partida se siguen incluyendo los ahumados Carpier que tanto gustaban al rey emérito -y a cualquier persona con paladar-, pero si es así entendemos perfectamente por qué. Los ahumados de Carlos Piernas -salmón, bacalao, trucha y otros cefalópodos como pulpo, además de su línea de confitados- son de lo mejor que puedes comer solo con abrir una bolsa. Sutiles, respetuosos con el sabor del pescado y con el punto de melosidad perfecto: para comer como un Rey en el salón de tu casa. Precio: según producto, consultar en tiendas gourmet.
La revista Interviú desveló en 2012, a través de unos informes secretos del grupo 45 del Ejército, el menú que solían tomar los diferentes miembros de la Familia Real en sus vuelos de los Falcon 900 y los Airbus A310 del Ejército del Aire. Parece que uno de los entrantes favoritos del Rey emérito en estas excursiones eran las sardinas picantes en aceite de la marca Cuca. El informe incluso concretaba la sugerencia de presentación que más gustaba al monarca: "Quitar la piel, picar la guindilla y colocarla aparte en el mismo plato, regar todo con un poco de aceite de la misma lata". Seguramente es de las comidas reales más asequibles que puedes hacer (aunque nosotros nos quedamos con las de Balea). Precio: alrededor de 1,50 euros en supermercados.
El mismo informe desveló la dieta de la reina Letizia: un desayuno a base de "queso fresco, pechuga de pavo, fruta y zumo de naranja natural" y, de primero o como entrante, el mismo gazpacho Alvalle que te compras en el súper cuando hace calor y tienes el día vagoneta. No sabemos si le da al clásico, al sin pepino o al gourmet con almendra, pero por unos 3 euros en tu súper de confianza puedes compartir un litro de sopa fría con la realeza. Aunque fue el que sacó la mejor nota en la cata de gazpachos envasados de supermercado que hicimos en 2015, nos atrevemos a afirmar que el fresco de Hacendado podría desbancarle si repetimos la cata en la actualidad. Precio: por unos 3 euros en cualquier supermercado es tuyo.
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